3. Don't stop me now

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—Eres perfecto —Agoney, que al principio no sabía a quién le estaba hablando, se giró con una expresión mezcla de extrañez y miedo.

—¿Qué?

—Sí, sí. Que tienes unos rasgos así como... perfectos —el susodicho se sonrojó y, sin saber cómo continuar la conversación, se giró hacia Miriam.

—Amiga, ¿quién es esta loca? —pero la gallega no le respondió, sino que saludó a la chica con una sonrisa.

—Hola, Amaia.

—Hola, Miriam. Ay, qué guapa estás hoy.

—Amaia es así. Es muy directa —dijo Miriam entre risas, sin responder al piropo.

—Es verdad. Te debo de haber asustado. Lo siento mucho. Qué horror.

Mientras Agoney le quitaba importancia al asunto, Nerea se dirigió al grupo. Parecía algo conmocionada y sus compañeros intentaron animarla alabando su actuación. Miriam avisó a Amaia de que le tocaba cantar ahora. Subió a las tablas insultándose a si misma, entre murmullos, por llegar tarde. Una vez encima del escenario su personalidad cambió por completo. Interpretó Estando contigo de Marisol. Tenía una voz muy fina y agradable, y derrochaba un aura tan elegante que recordaba a la de una estrella del cine de los años 50. Tras ella cantó Miriam, y todos pudieron ver el talento que se estaba desperdiciando en el club de teatro. Su versión de Try de P!nk estaba cargada de sentimiento y, además, incluía una coreografía que ejecutó sin ahogarse y con una afinación perfecta.

El último era Agoney. La percusión de I wanna dance with somebody retumbaba en la sala. Un ritmo discotequero comenzaba a sonar y el canario podía sentir cómo se le resecaba la garganta. Cantó el primer verso algo inseguro, sin saber muy bien dónde pisar. Durante el pre-estribillo se atrevió a levantar la mirada del suelo. Desde el patio de butacas se veía a sus amigas, Miriam y Nerea, alzar los pulgares en señal de apoyo. Su ánimo fue creciendo y en el puente ya se movía por todo el espacio como si se hubiese dedicado al espectáculo durante toda su vida. Cuando acabó sus compañeros se acercaron a él entre vítores y Nerea saltó para darle un abrazo como si fuera un koala.

—Hala, Agoney. Lo has hecho genial —exclamó Amaia.

—Es lo que tiene. Una semana de trabajo conmigo —respondió Miriam. Agoney entendió que le estaba felicitando también.

—Lo has hecho muy bien —dijo Ricky, mientras le daba un apretón cariñoso en el hombro.

—Gracias —sonrió Agoney.

—Muy bien, muy bien —la voz de Javier Ambrossi se escuchó por encima de las del resto—. Como podéis habido adivinar, y visto el nivel que hay, estáis todos dentro —los alumnos aplaudieron y el profesor esbozó una sonrisa—. Nos vemos el viernes que viene a la misma hora en el aula de música.

—¿En el aula de música? ¿Y por qué aquí no? —preguntó Nerea.

—Por ahora somos muy pocos para rellenar todo este espacio. Además, quiero que se traten otros temas durante esta extraescolar. Este club no os servirá sólo para mejorar como artistas, sino para mejoras como personas y sentiros mejor con vosotros mismos. Creo que es mejor que se haga en un espacio más acogedor, ¿no creéis? —los presentes asintieron; les parecía un razonamiento bastante lógico—. Pues, lo dicho. El viernes que viene nos vemos.

Y así fue. Pasada una semana se reunieron todos en la clase de música. Tenía un espacio suficiente para que cupiesen treinta pupitres. Había una pizarra marcada con un pentagrama y sobre las estanterías descansaban varios instrumentos de percusión. Junto a la puerta había un piano de pared y dos guitarras. Retiraron las sillas y mesas vacías que había en el centro de la sala y se sentaron en el suelo formando un círculo. Ambrossi les contó su idea de formar un grupo para presentarse a la primera competición de coros escolares, que se celebraría ese año. Los alumnos parecían muy ilusionados, así que él les pidió por favor que corriesen la voz para captar miembros, pues era necesario que cada grupo estuviese compuesto por al menos catorce personas. Después de eso, pasaron a presentarse brevemente, en el sentido de las agujas del reloj:

Y te estoy diciendo que no me voyOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz