—¿Así que tienes novio? —preguntó Isaac, intentando aparentar desinterés. Terra se quedó estática unos segundos, como si le sorprendiera la pregunta. Rápidamente se compuso.

—Sí —dijo, encogiéndose de hombros restándole importancia— . ¿Por qué te importa?

Isaac se quedó callado hasta que no tuvo más opción que decirle la verdad.

—No lo sé —Isaac creyó ver algo como decepción en los ojos de Terra pero tan pronto parpadeó, desapareció.

No volvieron a hablarse ni tocar el tema hasta noches después. El padre de Isaac se había ido a una competencia de natación a una ciudad cercana dejando al chico pasar la noche solo. A pesar de la ausencia de la presencia imponente de su padre, Isaac aún se sentía como si estuviera vigilado por él, consiente de cada error que cometía aunque no hubiera nadie que se lo recriminara e incapaz de dormir.

Isaac estaba mirando por la ventana de su cuarto cuando vio a una chica correr por la calle. Pronto, vio una figura masculina persiguiéndola. El chico alcanzó a la chica y la sujetó fuertemente del brazo.

—¡Suéltame! —rugió la chica, Terra, intentando librarse de su agarre.

—No —contestó el chico con voz grave y demandante, sujetando más fuerte a Terra.

—No me vuelvas a tocar —chilló Terra, histérica, luchando por librarse de su agarre. Aunque no podía ver su rostro bien por la oscuridad de la noche, el tono de su voz le dejaba ver a Isaac que estaba al borde del llanto.

Isaac bajó las escaleras de su casa corriendo, y cuando salió a la calle pudo ver con más detalle lo que estaba sucediendo. No lo pensó dos veces y zafando a Terra del chico, le dio un puñetazo en el rostro. Brandon se lo respondió de inmediato, haciendo que Isaac perdiera el equilibrio. Sin embargo bastó de distracción para que Terra llegara por detrás y le pegara con una roca que había tomado del jardín en la cabeza, dejando a su novio inconsciente.

Terra se quedó parada, incapaz de moverse ante lo que había hecho. Fue Isaac el que se paró y tomó el pulso del chico.

—Está vivo y no está sangrando —dijo Isaac lentamente, intentando tranquilizar a Terra—. Terra, está bien. No hiciste nada malo.

—Lo quiero muerto —gruñó Terra antes de lanzarse a llorar. Fue entonces cuando Isaac se dio cuenta del panorama completo. La ropa de Terra estaba hecha tirones, incluso parecía que había sido cortada por tijeras ante los cortes rectos y limpios. Tenía manchas de sangre en la piel, moretones y cortes de pelea en el rostro y el maquillaje corrido.

—Terra, ¿estás bien? —preguntó Isaac quedamente, sin saber qué hacer. Terra negó con la cabeza—. ¿Te hizo algo? —Terra empezó a llorar aún más. Incómodamente, Isaac se paró, al haberse arrodillado previamente a tomarle el pulso a Brandon.

Se acercó a ella lentamente sin saber qué hacer, pero no tuvo que pensarlo mucho. Terra se lanzó a sus brazos, abrazándolo fuertemente. Enroscó sus brazos por su cuello y escondió su rostro en él. Isaac solo pudo sostenerla, abrazándola con fuerza como si fuera lo único que la sostuviera, sabiendo perfectamente que lo único que lo sostenía a él era esa chica castaña.

—Necesito quedarme en tu casa esta noche —dijo Terra. Dándose cuenta de la falta de amabilidad, añadió—: Por favor.

Isaac solo pudo asentir. En ese momento, al tenerla tan cerca de sí, le hubiera dado hasta el jodido sol si se lo hubiera pedido.

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—¿Quieres hablar? —le preguntó Isaac a Terra, una vez que ésta se hubo duchado. La chica prácticamente lo había arrastrado a la cama con ella, haciendo de una manera cómoda que ambos pudieran estar en la pequeña cama de Isaac. Sin ninguna vergüenza ni temor a que le dijera que no, Terra se puso del lado de la ventana y puso el brazo de Isaac sobre ella de modo que estuvieran acurrucados, la espalda de Terra pegada al pecho de Isaac. Él solamente rezaba para que mini Isaac no decidiera despertar en esos momentos.

—No quiero recordarlo —murmuró Terra en respuesta. Isaac asintió, respetando su decisión. Durmió al instante, pues dormir era mejor que considerar... pensar sobre lo que Brandon le había hecho a Terra.

Terra no pudo dormir, sin poder apartar la vista de la luna llena sobresaliente en la noche oscura, sintiendo la mordedura en su pecho como si quemara.

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Isaac no supo qué cambió en Terra esa noche, pero algo lo hizo. La chica pareció aceptar que Isaac y ella no iban a hablar en la escuela públicamente pero sí comenzó a mandarle notitas, a darle guiños secretos por los pasillos cuando nadie veía, a visitarle todas las noches como una rutina. Con los meses, Isaac comenzó a bajar la guardia a su alrededor. Confiaba en Terra más que en nadie en este mundo, aprovechando la luna y el misterio detrás de la noche para confiarle sus secretos. Terra hizo lo mismo, contándole todo a murmullos y sonrisas cómplices.

Se hizo una rutina encontrarse ya fuera en el techo de Terra o en la habitación de Isaac. Los chicos formaron un vínculo inquebrantable. Isaac había descubierto que Terra no era la niña perfecta que aparentaba. Terra podía ser ruidosa, terca, mandona y mimada, siempre acostumbrada a conseguir lo que quería luchando por ello con dientes y garras. Pero también Terra era la persona más compasiva que había conocido, gracias a sus habilidades sociales era amiga de todo el mundo y siempre estaba ahí para ellos. Terra era valiente, nunca se hacía para atrás en nada. Era observadora, siempre notaba cuando algo andaba mal.

Era la mejor jugadora de lacrosse. Antes de ella el equipo era únicamente masculino. Terra era la que había luchado para que la dejaran entrar al equipo y una vez que el entrenador la vio jugar no había manera de decirle que no. Había sido ella la que le había insistido tanto a Isaac para que entrara con ella. Isaac sólo había accedido por tres cosas: para pasar más tiempo con Terra, para pasar más tiempo fuera de su casa... Y para ver las piernas de Terra en shorts.

Qué va, podía ser su mejor amiga pero él era aún un chico. Uno con dos ojos que difícilmente podía ignorar el atlético cuerpo de Terra. Y no era como si no hubiera notado que Terra también se lo comía con la mirada en ocasiones. Isaac aparentaba no notarlo, pero cuando lo hacía no podía dejar de sonreír en todo el día.

Terra era su apoyo. Era su escape a los problemas en su casa. Era a quien podía contarle todo porque ella nunca lo juzgaría. Era la única persona con la que podía ser auténticamente él. Terra sabía todo de él como Isaac sabía todo de ella.

Eso no era totalmente cierto, pues había aun cosas que ambos no se decían. Terra no le había dicho qué exactamente le había hecho su ex novio, así como él nunca le había dicho lo mal que estaban las cosas con su padre en casa.

Así como tampoco le había revelado cómo su corazón latía cada vez que ella lo veía como lo estaba haciendo en ese momento, en el techo de la casa de Terra. Ambos sabían que debían dormir pero ninguno se atrevía a decir que ya era momento, no queriendo separarse el uno del otro.

Terra estaba mirándole con la cabeza recargada en su hombro, los ojos verdes brillándole con las estrellas y con una sonrisa juguetona en los labios.

Podría estar contigo toda la vida, pensó Isaac, incapaz de decírselo en voz alta. Sin embargo, Terra pareció sentirlo, pues tímidamente como en pocas ocasiones se mostraba con él o con cualquiera en realidad, alzó la cara para darle un beso en la mejilla. Isaac cerró los ojos, pretendiendo tener sueño para no mostrarse cuán afectado estaba. 


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Probablemente tengan dos preguntas: Sí, Terra e Isaac dejaron el cuerpo de Brandon en la calle como si nada xd lol, y respecto a la mordedura de Terra... bueno, ya pronto sabrán más. 

Perdón si los capítulos son medio aburridos pero pronto entraremos en la temporada y como podrán ver, este libro tiene un poquito menos de humor. Digo, igual va a tener partecitas pero ya verán. 

Muchas gracias por sus comentarios. Por favor, comenten este capítulo para saber qué piensan al respecto y voten. Las adoro xx


Far away /Teen WolfWhere stories live. Discover now