El Surf en sus Venas

Eres terca

No sabía donde me encontraba pero estaba oscuro, casi no podía ver nada pero además de mi respiración escuchaba la de alguien más y como por arte de magia o tal vez porque yo estaba controlando mi sueño la luz se hizo presente pero tuve que tapar mis ojos con mi brazo ya que la claridad me había mareado, estaba a tan solo metros donde había vivido antes pero lo que más me motivo a ir corriendo fue ver a Eliana 

No sabes cuanto te extrañe --No pude evitar abrazarla así que a penas estuve a centímetros de ella me abalance para que nuestros cuerpos se unieran--

También te extrañe --Una sonrisa se había formado en el rostro de ambas pero la de ella desapareció y luego mi sonrisa fue reemplazada por confusión-- 

¿Que pasa? --Eliana soltó una risita que no podía entender, no entendía ninguno de sus gestos porque tenía tiempo sin verlos--

No te das cuenta ¿cierto? --Mi confusión había aumentado y ella lo notó--

¿De que estas hablando? --Mi gemela me tomo por la muñeca y comenzó a correr, trataba de seguir su paso pero se me hacía difícil-- Eliana deja de correr --Ignoro por completo mi petición pero al parecer quería hacer todo lo contrario porque de repente aumento su velocidad conmigo atrás--

Ya casi llegamos --Y en menos de cinco minutos habíamos parado en seco, su rostro tenía una sonrisa mientras miraba hacia alguna dirección así que fije mi mirada en ella y no podía creer lo que veía-- Tu estas ocultando todo y lo sabes --Estaba en lo cierto, tenía días o más bien, desde que había pasado eso lo había estado ocultando para todos pero en especial para el--

Claro que no, estas equivocada Eliana --La mirada que tenía ahora mismo la conocía de memoria... ''¿en serio?''-- 

Entonces explícame eso que estas viendo --Me señalo la dirección en la que hace un momento estaba viendo y no me la creía, no podía creerla aunque me pusieran al frente de ella--

Solo es producto de mi sueño, eso jamás pasara --Antes de hacerle creer eso a mi hermana tenía que hacérmelo creer a mi pero ver esa imagen me revolvía el estomago--

A veces los sueños pueden ser una visión del futuro --Ella siempre fue fanática de ese tipo de cosas, sus carpetas tenían como portada un atrapa sueños al igual que hojas las cuales guardaba en una carpeta que metía en su armario-- ¿Porque eres tan terca y cerrada Vanessa? --Se estaba desesperando porque yo también lo estaba, cada uno tenía puntos diferentes y muy opuestos--

Eliana eso jamas pasara, entiéndelo --Aunque me dolió haber dicho eso tenía que creérmelo para dejarlo en claro y que cambiara su opinión, sabía que sería difícil pero tenía que tratar-- 

Tu eres la que no entiende Vanessa, eso pasara y cuando ocurra te acordaras de mi --Mi propia gemela me estaba irritando y era como discutir conmigo misma porque ambas eramos tercas y sordas al momento de admitir la verdad-- Admítelo --Su mano derecha estaba apoyada en mi hombro como dándome aliento para poder decirlo-- 

Lo admito, admito que trato de ocultarlo pero a veces me es imposible --La sonrisa de mi hermana se hizo más grande tras mi confesión mientras que yo sentía como un peso de encima se me quitaba, lo había admitido-- 

Hasta que al fin --Ambas volvimos nuestra mirada a la imagen y ahí estaba yo con una gran sonrisa al ver lo que estaba a mi al rededor pero al parecer la yo de la imagen nos vio-- 

Al fin lo admití --Esa frase creo que jamas la volvería a escuchar en mi vida porque mi gemela había muerto y yo no podía hablar conmigo misma frente a frente--  

Tengo miedo --Ya Eliana no estaba, solo estaba mi yo del presenta y la del futuro pero una sonrisa salió de su rostro--

Yo también tenía miedo pero decidí hacerlo con el y mira a donde llegue --Ambas dirigimos nuestras miradas hacia la dirección de siempre y una sonrisa se había dibujado en mi rostro, tal vez ese era mi futuro y se veía increíble-- Tal vez haya contratiempos pero lograran enfrentarlos, todos los tengan que pasar --De nuevo mi mirada se volvió negra pero cuando logre enfocarla bien me encontraba en una casa que no conocía pero ahí estaba mi yo del futuro, cuando me vio me guiño el ojo y me regalo una sonrisa--

¿Donde estamos? --Esto parecía la película del viejo que odiaba la navidad y vinieron tres fantasmas para hacerle entrar en razón de que no debía odiarla porque era la época más linda y bla bla bla pero a mi me había aparecido mi gemela muerta para hacer que admitiera a lo que tenía miedo y ahora mi yo del futuro me estaba mostrando cosas--

Tu casa en un futuro --Me había quedado asombrada porque la casa donde estábamos era muy linda, paredes blancas con diseños morados y sillones que hacían juego con ella, y si esto era solo la sala no me quería imaginar el resto de la casa-- Mira allá --Me señalo la puerta y ahí estaba la persona de la cual admití cosas, se veía elegante y sus facciones no eran las misma pero igual era sexy-- 

Guao ¿segura que esto no es solo mi imaginación? --Mi yo futuro soltó una risa mientras negaba, me agarro por la muñeca mientras me acercaba al sujeto que estaba parado en la puerta con una gran sonrisa--

Esto no es tu imaginación, es la realidad futura --Su voz había cambiado pero era igual de sexy, sus ojos se conectaban con los míos como si estuviera con el verdadero y su sonrisa me hacía derretir justo como en el presente--

Y aquí estaba yo al frente de lo que podía ser mi futuro y aunque ambos me decían que si lo era no estaba del todo seguro porque el destino podía cambiar y todo esto se esfume como por arte de magia pero me había admitido a mi misma que el era la persona y que ya no podía ocultar nada porque yo ya estaba clara en lo que desde un principio, desde que abrió esa puerta a pesar de que sabía que iba acabar con mi calma también iba hacerme de alguna manera feliz y por todo lo que había visto lo hizo de una manera que jamas imagine; tuvo que venir el espíritu de mi gemela y mi futuro para hacerme admitir de una buena vez lo que quería ocultar aunque ¿mi consciencia podrá aceptar todo esto y lograra entender lo que pasa afuera? 

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Todo este capítulo fue el sueño de Vanessa mientras dormía en el pecho de Madison