Capítulo 2

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Yunho POV

La noche en Corea parecía un poco más llena de vida que en Japón. A pesar de gran parte de mi vista era un montón de anuncios desde el balcón de mi habitación en el hotel, las personas sonreían y se divertían. Esa era la impresión que me daban desde allí.
"Es porque soy extranjero. La primera impresión siempre es radiante; una vez que llegas a conocer a las personas, puedes ver lo oscuras que pueden ser."

Yo, al igual que mis compañeros Yoochun, Changmin y Junsu, tenía un nombre coreano pero había nacido en Japón y pasado casi toda mi vida allá. De hecho, ese era un requisito para la audición del grupo: Tener antecesores relacionados con Corea. Ya que sería parte de la estrategia publicitaria internacional, éramos una especie de experimento para la SMent.
"A final de cuentas, éramos idols"
Desvié la vista hacia el celular que acababa de tomar del bolsillo. Veinte llamadas perdidas. Cuarenta y siete mensajes.
Sólo el día de hoy.
Sí, la compañía estaba vuelta loca por mi desaparición desde hace una semana. Y al parecer mis amigos también.
Pero nada de Changmin.
"Él ya no me necesita."
Suspiré con fuerza, no era justo que dejara a todos los demás preocupados.
Así que llamé a Junsu desde el teléfono del hotel, la compañía sabría dónde estoy si utilizo mi celular. De igual manera que no di mi nombre real al momento de registrarme, ni usé la tarjeta de crédito.

— ¿Ah, bueno? —contestó unos segundos después.
—Prométeme que no dirás mi nombre en voz alta.
— ¡¿Eeeehh?! ¡¿Eres Yun-?!
— ¡Junsu! ¡Te lo acabo de pedir!
— ¿D-dónde estás? —susurró desesperado.
— ¿Dónde estás tú? ¿Puedes hablar?
Tardó unos segundos en contestar.
—En la sala de ensayos... Espera un momento.
Se escucharon pasos al otro lado de la línea.
—Listo.
— ¿Por qué están ensayando tan tarde? No estamos en actividades.
—Ayudo a algunos trainees. ¡Todo es un caos aquí! —por el tono pude imaginar la cara de horror que tenía—. Han venido de la oficina principal, han suspendido a Changmin por un tiempo. ¡Y Yoochun está enfermo!
— ¡¿Qué?!
—La chica con la que lo has sorprendido sobornó a la compañía con algunas fotografías —se escucharon unos sollozos—. ¡Yunho eres un idiota! —Junsu empezó a llorar—. ¡Tonto! ¡Tonto! ¡¿Dónde estás?! Todos te hemos estado buscando. He estado muriéndome de preocupación. Creí que habías hecho alguna estupidez.
No pude evitarme sentir culpable. Tanto por el estado de Junsu, como por el estado de Tohoshinki. El grupo al que pertenecíamos.
—T-tranquilo —temblé inconscientemente.
— ¡No puedo! Es que... —paró un segundo y su voz pendió de un hilo—. Siento que me has dejado solo —estaba temblando tanto como yo —. Todo está bien, ¿Verdad?
"Lo siento."
—No ahora, pero lo estará —contesté apenas con un nudo en la garganta. Sonreí en un intento de tranquilizarme.
Él siempre me ponía sensible. Luego escuché la risita nerviosa de Junsu.
— ¿Es por el tonto de Changmin?
Asentí.
—Un día de estos... ¡Bam! Le daré lo que se merece por hacerte esto.
—Ya es muy tarde. Deberías ir a dormir. El sueño te está afectando.
—No me has dicho nada sobre ti. ¿Por cuánto tiempo huirás de la SM? ¿Dónde estás?
—Estoy lejos de casa —le contesté mirando hacia las luces por la ventana—. No sé cuándo volveré, pero me aseguraré de hacerlo pronto.
Junsu suspiró.
—Si no me dices dónde estás reportaré a la compañía este número para que te localice.
Sabía que no sería capaz de hacerlo, pero no quería lidiar con el carácter de Kim Jun Su en un momento como este. Lo dejé en espera unos segundos y tomé una foto del panorama. Me aseguré de que saliera mi mano con mis pulseras para que supiera que estaba ahí. Al yo estar en la foto sería un poco problemático si alguien más la veía. Así que las pulseras eran la mejor opción.
Entonces se la envié por Line.
— ¿Y bien?
— ¡¿Saliste del país?! —Su voz se hizo más aguda de lo que ya era—. Tienes que estar bromeando. ¿Anuncios en coreano?
—No se lo digas a nadie.
—P-pero...
—Está bien, sólo a Yoochun.
— ¿Y qué hay de... —dudó un poco—...Changmin?
"No lo necesitaré"
—Sólo a Yoochun —dije con voz firme. Cualquier rastro de emoción se fue de mi voz.
Alguien llamó a la puerta.
—Junsu, te tengo que dejar. Sé bueno. Duerme tranquilo.
— ¡Espera!
— ¿Sí?
—No ignores mis mensajes de nuevo. En serio te extrañé.
Sus palabras llenaron mi pecho. Sonreí.
—No lo volveré a hacer... Vete a la cama temprano. Sueña conmigo.
— ¡Oye! —se quejó.
—Hasta mañana.
—Bye-bye.
"Yo también te extrañé."

Atravesé la habitación y abrí la puerta.
— ¿Sí?
Era un empleado del hotel.
—Buenas noches. Sé que es un poco tarde, pero hemos olvidado preguntarle a qué hora prefiere que hagamos la limpieza diaria de la habitación.
Pensé unos segundos.
— ¿Puede ser a cualquier hora?
—Sí, nos ajustamos a su horario.
Qué interesante...
—Entonces háganlo a esta hora todos los días.
— ¿P-por la noche? —pareció sorprendido.
— ¿Algún problema? —me recargué en el marco de la puerta.
El empleado fingió hacer anotaciones en la tabla.
—N-No. Está bien. Justo ahora mandaremos a la empleada.

Me quedé helado cuando abrí la puerta quince minutos después.
Simplemente no me lo esperaba.
De ojos expresivos, cara afilada y piel muy blanca.
Un chico con el cabello recogido en dos coletas cafés y flequillo estaba frente a mí.
Estaba delgado, pero no flacucho, de hecho tenía buena complexión. Y tan delicado como una modelo.
Llevaba un vestido vino, como el de cualquier trabajadora en un hotel. Mangas cortas y falda a la rodilla.
— ¿Puedo pasar? Vengo a arreglar el cuarto.
—C-claro...
Nunca me hubiera percatado de que era un chico de no haber sido por todo el tiempo que había pasado entre los de la SM y sus aficiones-no-tan-secretas.
Apostaba a que nadie en el hotel se había dado cuenta todavía.
Pero debía aceptarlo. Era muy lindo.
Me senté en la cama, sin poder comprenderlo del todo y vi cómo pasó derecho hasta unos pequeños cestos de basura del otro lado del cuarto.
Volteaba de vez en cuando. Sabía que lo estaba observando.
— ¿Hay algo que le moleste? —me sonrió.
Negué con la cabeza, yo también le sonreí. Obviamente él estaba fingiendo la voz, pero, seguía siendo muy dulce.
— ¿Cómo te llamas?
— Jae
—Ah. ¿Y tú vendrás siempre a hacer mi cuarto?
—Sí. He sido asignada a usted el día de hoy. No muchas chicas trabajan por las noches en el hotel y las que lo hacen... — rio nerviosamente—...Ofrecen otra clase de servicios.
Oh diablos.
¿Acaso pedir aseo por la noche significaba que quería a una prostituta?
Enterré la cabeza entre las manos para ocultar mi sonrojo. ¿En dónde me había metido?
—Puedes continuar con el trabajo, yo no he venido a buscar esa clase de cosas.
Escuché que suspiró sonoramente, aliviado.
—No sabe cuánto me alegro de saber eso.
— ¿Es que no soy atractivo? —bromeé. Levanté la mirada. Su cara estaba tan roja como la mía antes.
—E-es que yo...
—Eres un chico —sonreí para quitarle impacto a mi afirmación.
Abrió los ojos. Con pánico.
— ¡¿Cómo lo supo?! ¡¿Quién se lo dijo?! —cubrió su boca con las manos.
—Digamos que tengo experiencia en el ambiente... Pero no te preocupes, no le diré a nadie si no quieres. Al fin y al cabo, a mí no me afecta en nada.
Asintió con la cabeza.
— ¿Cómo te llamas?
No respondió.
—Da igual.
Suspiré profundamente. Tal vez estaba dándole mucha importancia a todo este asunto. Él sólo era el de la limpieza.
Me levanté de la cama y caminé hasta el balcón de nuevo.
"Incluso entonces seguía doliendo"
Había llegado ya hacía un par de horas, y la mayor parte del tiempo la había pasado en ese lugar de la habitación. No tenía hambre ni sueño.
Ni una esperanza qué perseguir.
Escuché que cerraron la puerta unos minutos después. Volvía a estar solo.
Regresé adentro para apagar las luces, y encontré una nota encima de la mesita que estaba al lado de la cama.
"En el hotel soy Jae, en mi vida pública soy Hero, en mi vida privada soy Kim Jae Joong, pero para usted, señor cliente VIP, soy sólo el de la limpieza."
Reí entre dientes. Era simpático.
Tímido sí, pero esperaba que nos pudiéramos llevar bien.
Mi celular vibró. Era un mensaje de Changmin.
Sentí en un nudo en la garganta, incluso ante de abrirlo.
"¿Dónde estás? Iré por ti. He sido un tonto."
Apagué las luces.
Aventé el celular contra el suelo.
Y me dejé caer en la suavidad de la cama.
"Sí, has sido un tonto."

[Yunjae/Yoosu] - SomethingWo Geschichten leben. Entdecke jetzt