Mas Que Lo Invisible: Parte Uno.

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El siglo XX fue acompañado de muchos cambios y descubrimientos. Algunos de ellos buenos, otros simplemente no lo fueron.

Dos guerras mundiales no es poco decir; crisis, hambrunas, bombas nucleares, luchas de poder que llevaron al límite a muchos países y que lograron que algunos de ellos desaparecieran del mapa. ¡Vamos,  pero que sin sentido!

Durante la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, en la Guerra Fría fue el período de tiempo en el que los experimentos con seres humanos abundaron, más que nada por la lucha por demostrar que sistema económico, social y político era mejor. Si el capitalismo cuyo principal país fue Estados Unidos o el socialismo marxista-leninista dirigido por la Unión Soviética.

Hubieron diferentes tipos de experimentos en esta época, que en general eran para el uso bélico, desde modificaciones en los ojos para ver en la oscuridad hasta pastillas para quitar el sueño de los soldados.
La avaricia y la ambición de un grupo de científicos soviéticos llevaron estos experimentos, al igual de Estados Unidos, a otro nivel... mientras que el anterior había logrado tele-transportar un navío entero, conocido como experimento Filadelfia, los soviéticos no quisieron quedarse atrás.
Y con ello crearon un nuevo proyecto, no para hacer invisible un objeto, sino que su intención era utilizarlo con humanos, conocido como el proyecto F.I.H (fenómeno de invisibilidad en humanos).

Aquí es donde nuestro querido Samuel entra en acción... con apenas cumplidos los 18 años, Samuel De Luque se encontraba en una situación económica muy deplorable, su familia estaba devastada y empobrecida debido a la reciente guerra. Y desgraciadamente sus consecuencias estaban haciendo mucha repercusión en la sociedad.
Se lo podía considerar un joven bastante ágil e inteligente, siempre le fue bien en el instituto, cuyo esfuerzo era producido por las ganas de querer sacar adelante a su familia. Quería estudiar una carrera para ayudar a sus progenitores a progresar, aunque las esperanzas en un ambiente post-guerra no eran precisamente grandes.

Él era un soñador nato, tenía esperanzas de un mundo mejor en el que la paz y la justicia reinaran, no más guerras ni muertes sin sentido. Si el poseyera el poder de arreglar el mundo entero y aunque su vida dependiera de ello, lo haría sin dudar ni mirar atrás.

Una tarde de invierno mientras el frío se colaba por sus huesos y sucumbía a el. Al doblar por la esquina anterior a su casa, entre un paisaje de devastación y pobreza, los famosos hombres de traje negro, gafas oscuras y presencia intimidante hicieron aparición frente al pequeño Samuel.

Este paró en seco, estupefacto, los observaba con intriga, pero más que nada mucho terror, que a su vez era acompañado de un "respeto". Eran dos, jodidamente iguales. Más allá de que se diferenciaban en estatura y color de piel parecían robots en automático, hasta en sus movimientos se copiaban.

-Oye tú, escoria- dijo el más alto de los dos, su voz era ronca y muy gruesa. Ambos debían rondar los 30 años - Seré breve... estamos reclutando personas para realizar unos experimentos muy sencillos, nada de otro mundo.
-Te pagaremos bien si vienes con nosotros ahora- continuó el otro, aunque su voz no era del todo "masculina" la sensación de desagrado y terror no desaparecía - y no tienes que preocuparte, ya hablamos con tus padres y están de acuerdo, además de que el dinero irá directo a ellos.
- ¿De qué clase-se de experimentos ha-hablan? - dijo Samuel tartamudeando, el quería, que digo, necesitaba realmente ese dinero.
-Escucha, nosotros venimos de Alpha, un grupo de científicos que solo buscan el bienestar del mundo, que como tú sabes son momentos difíciles, necesitamos gente para realizar unas pruebas, ¿quién dice que no te puedes convertir en el hombre que salvó el mundo? Solo tienes que venir con nosotros- El joven abrió los ojos sorprendido, ¿él un salvador? Su sueño hecho realidad pensó. - ¿aceptas? Dijo con mucha seriedad el más alto.

Ya no había nada más que hablar, Samuel se subió al asiento trasero de un Chevloret 55 rojo y blanco seguido por los dos hombres, uno de piloto y otro de acompañante. No tuvo tiempo ni de despedirse de sus padres ni de recoger sus cosas pues los hombres afirmaron que no sería necesario y era de suma urgencia irse ahora, la ciencia no podía esperar al parecer.

 No tuvo tiempo ni de despedirse de sus padres ni de recoger sus cosas pues los hombres afirmaron que no sería necesario y era de suma urgencia irse ahora, la ciencia no podía esperar al parecer

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Las horas pasaban y cada vez se alejaban más de su ciudad natal, el miedo a haber tomado la decisión equivocada aumentaba dentro de él, pero ya no había vuelta atrás.
El viaje transcurrió con un silencio sepulcral tanto por parte de Samuel como de los dos hombres, como si tuvieran prohibido hablar. Luego de un rato se pudo divisar a la lejanía varías edificaciones de varias plantas cada una. Mientras se acercaban más al establecimiento se podía notar que su tamaño era muchísimo más grande de lo que aparentaban: eran cinco edificios de unos quince pisos cada uno que estaban unidos por calles internas, a su vez todo el complejo estaba "aislado" por unas paredes de concreto que alcanzaban los 3 metros de altura. La fuerza militar custodiaba todo el lugar, tanto como por el exterior de la barricada como por el interior de los edificios, patrullaban sin descanso alguno.

Lo siguiente fue Samuel siendo escoltado por los dos hombres a través de lo que parecía el edificio principal, llegaron al ascensor y marcaron al piso -3. Largos pasillos no muy angostos recorrieron hasta llegar a una puerta doble. "Prohibido pasar". Contuvo la respiración y atravesó la puerta.

El hombre ahí dentro lo esperaba con una sonrisa cínica, era alto, y de cabellos castaño, vestía una bata blanca: "Dr. Garnes" decía en una placa brillante en ella.
-Al fin llegan, agárrenlo- dijo aquel hombre con mucha autoridad, en un tono bastante alto.
Los dos escoltas procedieron a agarrarlo por los brazos, muy fuertemente...los gritos de auxilio se escuchaban por toda la sala, pero era inútil. ¿quién lo iba a ayudar?
Lo llevaron a un cuarto apartado donde se encontraba una maquina metálica que estaba conectada a muchos cables que llevaban a lo que parecía las pantallas de control, atrás de ellas había gente con batas blancas que según parecía las vigilaban.
Mientras se acercaban a aquel monstruo en tamaño, Samuel distinguió que en el fondo había agua, pero no cualquier agua parecía espesa como si fuera un engrudo asqueroso lleno de grumos. Sus colores variaban, pasaba de un rojo carne a un rosa chicle en cuestión de milésimas de segundo.

Ya al borde de ser tirado a aquella arena movediza, el Dr. Garnes frenó a los escoltas quienes lo dieron vuelta para quedar frente a frente con el científico. Samuel quería matar a ese hombre en ese mismo instante. Sus ojos no transmitían nada más que odio y confusión. Se dio cuenta...había sido engañado.
-Bienvenido a F.I.H De Luque o, mejor dicho, Sujeto 777.

Continuará...

Espero que les haya gustado esta primera parte, el fic no va a tener muchas partes pero...todavía falta lo mejor .

Les recomiendo el fanfic Gernay de una amiga que esta muy bueno! "La luz de tu sonrisa"
Z4

Más Que Lo Invisible ~Wigetta~Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ