-Vamos...-Habló esta vez más calmado pero aún mostrándose insistente -Marco no quiero esperar ni un segundo más. -Sus manos se volvieron a aferrar a la cintura del menor con fuerza, al mismo tiempo se dedicaba a repartir besos por todo su cuello.

Se removió inquieto, entre jadeos intentó nuevamente detener al mayor pero este parecía cada vez más decidido, hizo el amago de querer pronunciar unas palabras para convencerlo de que era mejor buscar otro lugar para estar a solas pero justo en ese instante sintió un breve empujón acompañado de una risa socarrona, pudo ver perfectamente como el demonio se volteaba a ver con mirada fulminante a quién había interrumpido aquel momento.

- ¡Oops! Lo siento cuernitos, sin querer tropecé-Bill Cipher había hecho presencia, aunque obviamente, de la peor manera posible, traía una expresión que pretendía ser "inocente" pero se quedaba corto, su sonrisa derrochaba aires de travesura.

-Lárgate. - De veras hizo el mayor de sus esfuerzos para contenerse y no terminar provocando un incendio intentando atacar al rubio, tan solo le respondió con tono corrosivo y de regalo una mirada que expresaba claramente "Tienes tres segundos para desaparecer"

Para su suerte, Bill captó esta última advertencia más que a la perfección, por lo que dio paso para retirarse aún con su sonrisa divertida, recordemos que su propósito había sido cometido, había logrado fastidiar una vez más a su compañero.

Mientras tanto, Díaz solo observaba curioso toda la situación, para cuando el mayor intentó retomar el clima en el que se hallaban el morocho se distrajo con un punto fijo en el suelo.

- ¿Qué es eso?-Preguntó volteando la mirada hacia el objeto, el cual se encontraba a tan solo unos pasos.

- ¿Mhh?-De igual manera el demonio volteo la vista hacia el suelo, pudo notar algo familiar, se separó del castaño para inclinarse y recoger aquello que no era nada más ni nada menos que las llaves del auto de Bill, al parecer se le habían caído tras hacer la broma y haberlo empujado. -Ya sé donde podemos ir.

. . .

Los gemidos de Marco se hacían oír sin ningún tipo de impedimento ni escrúpulo, el chico se retorcía de placer al sentir la traviesa lengua del mayor recorrer por todas las partes de su piel, y aún más al sentir que dejaba un par de mordidas por su cuello, torso y también pezones.

Actuaba sin delicadeza alguna, era más bien brusco, pero esto no parecía molestarle al castaño. Hacerlo en el asiento trasero del auto era la mejor idea que se le pudo haber ocurrido al demonio, era una experiencia completamente nueva y aún más excitante, en definitiva le fascinaba a ambos.

Los minutos pasaban y todo era besos y roces cargados de lujuria y acompañados de jadeos, pero ya era hora de dar el siguiente paso, Tom se adelantó y tomó la iniciativa quitando bruscamente la remera roja del menor, este intentó hacer lo mismo aunque de una manera algo más torpe con el demonio, en cuestión de segundos ambos chicos se hallaban libres de prenda alguna.

-Tom...

El aludido alzó su vista hacía su pareja, este tenía los ojos entre cerrados y las mejillas completamente rojas, sin duda la mejor expresión que podía por parte de Marco.

-Tom, ya... sólo mételo- habló suplicante ante las caricias que el otro le estaba proporcionando con la punta de su miembro, satisfecho luego de oír tal suplica decidió atender a tal pedido.

Tras haber preparado la entrada, procedió a continuar y adentrarse en el castaño, la primera estocada fue algo suave, mas a medida que estas seguían se volvían cada vez más intensivas, Marco se aferró con fuerza a la espalda del mayor y dejaba uno que otro rasguño.

Cada movimiento brusco generaba en ambos una enorme oleada de placer, los vaivenes, los gemidos, los besos y las mordidas, todo aumentaba a la vez que avanzaban. Tom pudo notar la erección en el miembro de su pareja, optó por tomarlo con suavidad y masajearlo de arriba a abajo.

En este punto no había nada más que pudiese interrumpirlos ni sacarlos de sus pensamientos, tan solo disfrutaban de cada sensación que iba ofreciendo el otro.

Para Marco, sentir la fria mano dándole esos tratos le hacía perder la cabeza casi por completo, comenzaba a sentir espasmos los cuales les llevaban a emitir fuertes alaridos de placer.

No pasó mucho tiempo más hasta que finalmente el castaño se corrió, seguido por el demonio. Todo finalizó y ambos solo jadeaban, el mayor procedió a retirar su miembro causanto que su pareja gimiera nuevamente.

-Si quieres podemos repetir -Sonrió divertido.

-Olvídalo, ya es suficiente

-Debes admitir que no es mala idea

Marco se cubrió el rostro con ambas manos al notar la mirada sugerente, se sentía ligeramente avergonzado puesto que sabía que en esos momentos su expresión no era de las mejores según él. Aunque Tom opinaba todo lo contrario, verlo tan sumiso y sonrojado le encantaba de sobremanera.

Con cuidado se acercó a la frente del castaño y posó con delicadeza.sus labios sobre este, recibió una suave caricia a cambio y un beso en los labios por parte del menor.

Ambos no podían estar mas satisfechos.

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N/A: Sé que dije que iba a actualizar el 23 y ya es 28 pero es que realmente se me complicó escribir este capítulo, soy horrible con el lemon :'(

Mil disculpas.

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⏰ पिछला अद्यतन: Dec 28, 2015 ⏰

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