Capitulo 39

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Lo admito, esa imagen me había destrozado, había hecho que mi pecho se estrujara de una manera inexplicable, no podía pensar con claridad, si quiera sabía adónde me dirigía, pero no me importaba, lo único que quería era salir de este maldito edificio.

-¡Nicole!-La voz de Edward detrás mío me hizo acelerar el paso, una parte de mi decía que él no había podido simplemente estar con ella, que ellos no tenían nada que ver y que todo esto se había mal interpretado, pero la otra... La que estaba destrozada, la que estaba debilitada, esa parte simplemente me decía que siguiera, que me fuera de ahí, a la cual le hacía caso.

Presione repetidas veces el botón del elevador, haciendo que la tensión creciera cuando éste no se abría y podía sentir cada vez las pisadas de Edward más cerca. El aire faltaba en mis pulmones y sentía como si en cualquier momento pudiese dejar de respirar, la tensión era demasiada que dudaba si podría soportarlo un poco más.

Mire hacia atrás, la imagen de Edward corriendo hacia mí me hizo girarme y darme cuenta de que las puertas del elevador se habían abierto, entre rápidamente en este cuando las puertas se cerraron de inmediato, dejando a Edward fuera de este.

Suspiré.

Con una mano, limpie rápidamente la lagrima que corría por mi mejilla. Estaba harta de llorar, estaba harta de que el mundo se parara por cualquier cosa insignificante, estaba harta de toda la gente que pretendía no hacerme daño cuando de alguna manera lo hacía, estaba harta de ser la chica que no podía superar la ida de su mejor amigo. Odiaba todo esto, odiaba tener sentimientos, de alguna manera, hubiese querido que simplemente desaparecieran, que se fueran de mi vida.

De alguna manera pensaba que merecía esto, yo había lastimado a alguien más y ahora era mi turno de sufrir, ahora era mi turno de darme cuenta que probablemente perdí a una persona que valía la pena por alguien que en menos de un mismo día me dijo que me amaba para después encontrarlo besándose con la persona que se supone que lo había lastimado.

Tome aire intentando recuperarme. No iba a llorar, no iba a hacerlo más, no valía la pena hacerlo y si lo hacía, no permitiría que la gente viese, odiaba que me vieran llorar.

Tenía que ir a algún lugar, Michelle estaba molesta conmigo, Jaden... Simplemente dudo que volvamos a ser amigos, el único lugar al que podía ir, era a la casa de mi madre, sin duda, el único lugar en el que quería pasar la noche.

(...)

-¿Nicole?-Frunció el ceño cuando me vio del otro lado de la puerta.

-H-Hola-Tartamudee intentando que no preguntase como me sentía, porque no me sentía bien, no había necesitad que me lo preguntara.

-¿Estás...?-Antes de que pudiese terminar la oración, me lancé a sus brazos. Necesitaba un abrazo sincero, un abrazo que me demostrará realmente lo que es que alguien te quiera, un abrazo de una persona en la que pudiese confiar-¿Quieres hablar de ello?-Preguntó y dude antes de asentir levemente con la cabeza.

Gabriella estaba en la escuela y mi padre se encontraba trabajando, así que podía hablar con ella a solas y sin interrupciones, necesitaba desahogarme y mi madre era la única persona en la que podía confiar en este momento.

Me senté en uno de los pequeños sillones que ya hacían en la sala para después comenzar a hablar, me costaba explicarle lo que había pasado. Me costaba decirlo sin tener que tragarme ese nudo en la garganta.

-Hija... -Tomo mi mano haciendo que le mirase-A veces las personas vemos lo que queremos ver... Dime algo, ¿Edward te ha fallado antes?

-El... -Aparte la mirada-No-Dije al final, cuando una sonrisa se adornó en su rostro.

-Parece un buen chico. No te estoy diciendo que lo perdones, porque si no quieres hacerlo lo entiendo, nunca te diría que hicieras algo que no quisieras. Pero... Él nunca te ha fallado y como digo, no tienes que perdonarlo... Pero sugiero que le dejes explicarte.

-Y-Yo... No sé si pueda hacerlo... No hoy.

-Tu sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que necesites-Sonrío-Está siempre será tu casa.

-Gracias... Necesitaba hablar con alguien... -Los golpes en la puerta me interrumpieron, haciéndome sobresaltar y haciendo que mama me mirase, su mirada se dirigía hacia la puerta, la cual seguía siendo golpeada levemente.

-¡Nicole! Sé que estás ahí... Necesitamos hablar-Su voz hizo que mis sospechas se confirmaran, Edward era tan listo como para conocer dónde iba a estar. No quería hablar con el, no hoy. Necesitaba aclarar mi mente y por lo menos, pensar bien las cosas y estar más calmada, sinceramente... No sabía que pensar ahora, no sabía si hacerle caso a mis instintos o a mama.

-No te obligaré a que hables con el, hija-Dijo mama haciendo que dudará un poco más acerca de ello.

-Por favor... Nicole, déjame hablarte-La voz de Edward por el otro lado de la puerta sonaba un poco más relajada, había bajado el volumen-No me iré hasta hablar contigo-Mordí mi labio inferior con nerviosismo.

No quería ser la chica que pensase que todo se arreglaría con un perdón, no quería que pensaran que era débil, no quería que me viesen hacer eso. Odiaba el hecho en el que las personas pensaran que soy un objeto que puede dominarse simplemente con un "perdón"; No quería ser su juguete, no iba a hacerlo.

Mi mano se posó en la perilla y antes de dudar de nuevo si realmente quería hablar con el, mi mirada viajó hasta el suelo, dándome cuenta de que no lo sabía. Pero fue entonces cuando, sin saber porque lo hice, mi mano giro la perilla, haciendo que el chico quedase frente a mí para después verlo colocar una sonrisa en su rostro cuando me miro.

-¿Puedo hablarte?-Tome aire antes de mirarlo de nuevo, su ceño estaba fruncido con nerviosismo y la preocupación se adueño de su rostro por unos segundos.

-Si.

Casados por compromisoWhere stories live. Discover now