Capitulo 42:

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Ruben 

Me levanto al escuchar golpes en la puerta, me doy la vuelta y tomo la almohada, tapando mi oídos, y cierro los ojos. El sonido no cesa, y harto me paro de un salto y camino hacia el primer piso.  

— No me importa quien esté detrás de la puerta, pagará por hacerme despertar tan temprano- murmuro y tomo la manija de la puerta. 

Abro la puerta de golpe, sus ojos negros me observan con diversión y pongo mi cara de mala leche, entra a mi casa y cierro la puerta con fuerza. 

— ¿Qué se supone que haces aquí?- pregunto enfadado.

— ¿Acaso no lo recuerdas? o el cerebro dejó de funcionarte- se cruza de brazos. 

Y eso basto para tenerlo del cuello de su camisa, otra vez, y lo estampo contra la pared y él no se inmuta en lo absoluto. 

— ¿Quieres.. bajarme?- pregunta con tono sarcástico.

— Ya quisieras, niñato- murmuro en su rostro. 

Nos miramos por un buen rato, Yo analizando las pecas en sus mejillas y las bolsas que tenía debajo de sus ojos, muy cansados a decir verdad. Su cabello castaño, oscuro, recae en su frente y arreglo su flequillo con mi mano. 

— ¡¿Qué mierda haces?!- aparta mi mano, y lo suelto.

Caer al suelo, y se tambalea un poco.

— Yo..-suspiro- Sólo quería...-aprieto el puño- ¡Olvídalo!- exclamo. 

Me giro y camino hacia la escalera.

— ¿A dónde vas?- pregunta y giro a verlo.

— A mi cua..-callo- ¿Por qué tengo que darte explicaciones, niñato?- camina hacia mí.

— Hice una promesa, Yo nunca rompo mis promesas- ignora mi comentario, se cruza de brazos, y ruedo los ojos.

— Como sea..- mascullo.

— Tienes diez minutos para estar listo-  se gira y camina hacia la cocina.

— ¡Tú no tienes porque manda..-me interrumpe.

— Tienes nueve minutos- grita. 

—  Estúpido- digo entre dientes y subo las escaleras. 

Camino por mi habitación, ya listo y cambiado, tomo mi guitarra y un cuadernillo. Mi madre ayer, me habló sobre el campamento en la cena y me dijo que era necesario llevar mi instrumento. Me coloco una gorra y encima mi capucha, salgo de mi pieza y bajo las escaleras. 

Al estar, ya, abajo camino hacia la cocina por algo de comer; freno al ver a Chris con un delantal cocinando, aguanto la risa, pero se me es inútil.

— Sí, ríete- dice y agrega- Sólo..¿puedes pasarme la botella de leche?- pregunta.

Ruedo los ojos, abro la refrigeradora y saco la botella. 

— Toma- estiro esta, y él me agradece con una sonrisa.

Tomo asiento en una de las silla giratorias, y espero con aburrimiento el desayuno.

— Chris-.

— ¿Qué?-.

— ¿Por qué siempre estás a la defensiva? Tienes agallas, eh- suena como burla, pero mi rostro no dice eso.

Camina hacia mi, con dos platos, los deja y regresa a su puesto. 

— En mi escuela, me molestan mucho- dice y agrega- Así que aprendí algo, gracias a mi hermano, a defenderme de los "tíos chulos" como tú- ruedo los ojos.

— ¿Nunca se lo dijiste a tu madre?- cuestiono, y toma asiento junto a mí.

— No quiero preocuparla- bufo.

— Sabes, haciendo eso te ves patético- llevo a mi boca un bocado de tocino. 

— ¿Tú crees?- me pregunta, y toma un poco de su vaso.

— Sí- digo y agrego- Yo no haría eso, sólo los golpearía hasta que sepan con quien se están metiendo-.

— Dices eso porque nunca has sufrido de bullying- murmura- Es un infierno sabes, que te golpeen y no saber defenderte o que te amenazan si piensa abrir la boca- arregla sus lentes, que yacían caídos.

Y bajo la cabeza avergonzado. 

Yo estoy en ese grupo, de los que golpean, aunque lo mío sea por celos, no está bien que esté agrediendo a Chavales que no tiene la culpa de nada; muerdo mi labio avergonzado y suelto un suspiro.

— No sabía que ustedes se sentían así- hago un puchero, arrepentido- Yo..Yo siempre golpeo a la personas-.

— Lo sé, y debes cambiar eso- me alienta.

Y una idea pasa por mi cabeza.

— ¿Chris?-.

— ¿Hmm?-.

— Tengo una idea- murmuro.

— ¿Cuál?- responde.

— Yo te enseñaré a defenderte, y tú me enseñarás a ser..Tú- y giro a verlo.

Él sonríe, y sus hoyuelos se marcan en sus mejillas. 

— Está bien-.

Me abalanzo a sus brazos, Él cae al suelo y Yo encima de Él; nuestros rostros están muy cerca, su respiración choca en mis labios y cierro los ojos al sentir ese aire tibio.

— ¿Ruben?-.

— ¿Hmm?-.

— Tú madre nos está mirando..-murmura.

Y me sonrojo. 


Un Novio Agresivo - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora