II

9 2 0
                                    

Ahí estaba él, dormido en el bus, con su hijo al lado, el cuál empezaba a despertarse.

— ¿Mami? ¿Estás bien? -agarro la cara de Gustabo, buscando signos de vida.

— ¿Eh? -desperto un poco confuso, aún con la música puesta- hola Cariño, buenos días -el pequeño le apretó los cachetes y él se quitó los auriculares- ef difo fuefos fiaf

— Buenos días mami, creo que hemos llegado. -dijo el pequeño mirando por la ventana la comisaría de Los Santos.

— Va a ser un nuevo comienzo y haré lo posible para que sea duradero, lo juro perla -agarro a Horacio a "aupa" y se bajaron del bus.

Una vez ahí se quedaron en la parada del bus, Horacio confuso de porque su madre no se movía, entonces notó el gran olor a tabaco cerca de ellos.

— ¿Necesita ayuda joven? -un hombre con traje y pistoleras se les quedó mirando, sobretodo al rubio que estaba embobado por su olor.

— Mami, te habla a tí... -dijo el pequeño, siendo dejado en el suelo por el rubio, fijándose en que detrás del mayor se escondía un niño con pelo plateado y bien vestido- Hola niño... -no obtuvo respuesta, y se quedó aguardando las maletas.

— Perdona, eh... -habló el rubio.

— Conway, Jack Conway. El superintendente de la comisaría.

— Vale, eh, estaba buscando un mapa para saber cómo ir a mi casa. -dijo, intentando no oler mucho al mayor.

— Lo que yo me pregunto es qué hacen dos omegas solos ¿Y tú alfa?

— ¿Omega? -dijo mirando confuso a Jack- ¿Porqué admites porque sí que soy Omega? -dijo soltando su olor a chocolate, era muy agrio, era Omega, pero físicamente parecía un Alfa, alto, serio, y con olor muy agrio normalmente, le convenía que los Alfas creyeran que él también lo era.

— Mira, a otro podrás engañarle con tú olor agrio, tú altura y esas mierdas -dijo acercándose al menor- pero hay algo que te delata -dijo mirándole fijamente, sonrojando al rubio- tú cadera, al haber parido ya un pequeño se nota mucho.

— Bueno, ¿Sabes dónde está Grove Street o no? Porqué sí no, no me sirves de nada, sólo para ponerme de mal humor -su olor aumento su nivel de acidez, lo que él rubio no sabía por la cara indescifrable del super, es que a este le encantaba su olor, pero no iba a comportarse como un capullo.

— Claro que sé dónde está Nenaza, entonces ¿eres nuevo no?

— Noooo, llevo viviendo aquí 20 años y aún no me sé las calles, no te jode'. -respondió con ironía.

— ¿Cómo te llamás?

— Yo soy Gustabo y él es Horacio -dijo volviendo a cargar al niño-

— Él es Viktor -dijo apartándose para dejar a la vista al niño de pelo plateado con un chándal elegante y un gorro ruso.

— Hola peque -dijo agachándose a la altura de Viktor.

Viktor miró a su padre, que asintió con la cabeza.

— Привет -Gustabo miró confuso a Jack.

— Es adoptado, es ruso, sabe hablar español pero le cuesta de momento. -dijo acariciándole la cabeza.

— Mami, ¿Puedo aprender ruso para poder hablar con Viktor? -dijo mirando a Gustabo, con ese brillo especial en sus ojos que al rubio le decía "no quiero, NECESITO hablar con ese niño".

— Claro cariño, pero debo buscarte profesor, y eso cuesta dinero... Y-yo.. -vio la desilusión en los ojos del pequeño, y Jack pudo notar la pena en los ojos del rubio, por no poder darle lo que quiere.

— Puedo darle clase yo. -el rubio se giró de repente para que Jack pudiese ver la mirada más iluminada y ilusionada que había visto nunca, y de repente, la sequedad normal de esos ojos.

— ¿Cuánto quieres?... -dijo buscando la cartera a lo que Jack le agarro el brazo y este paró y lo volvió a mirar confundido.

— Nada, no quiero nada, será un placer, ven, os llevó a mi casa y empezamos enseguida -Horacio miró a Viktor y desprendió su olor de flores, cuando el pequeño alfa lo notó, se sonrojó por el efecto que este tenía en él.

Jack guío a los dos nuevos a su coche rosa, Gustabo lo miro extrañado, y el super sin que él preguntará dijo:

— Una apuesta. De aquí poco lo cambiaré por negro.

— Rosa está bien, ¿Sí o no cariño? -miro a Horacio, queriendo jorobar un poco al mayor.

— Sí mami -sonrio-

— Joder, subid y callad -Horacio se sentó detrás con Viktor, y Gustabo de copiloto.

— ¿Podemos poner la radio papá?

— ¿Cómo le acabas de llamar? A ver, Horacio... Él, no es tú padre. Es tú profesor de ruso.

— Mami, pero.. ¿Que diferencias hay entre papá y este Señor?

— Horacio, Cariño, hijo mío, das mucho por culo. Jack no es tú padre, es tú profesor y punto.

— Pero mí papá y él són chicos mamá. -Gustabo suspiró agobiado.

— Santa madre de Cristo, Jack es castaño, y va con traje. Tú padre es pelinegro y va con un suéter naranja y negro por la vida. - dijo, y pensó “Y es drogadicto... Y está en federal...”

— Hemos llegado cotorras, salid.

Todos salen del coche y entran a casa de Jack, Gustabo queda estupefacto ante tal casa.

— Buah.... Espectacular, eh... -dijo apreciando los matices, combinaciones y espacios visibles de la casa.

— Mami ¿Puedo...?

— Sí -dijo suponiendo lo que queria preguntar su pequeño- que te acompañe Viktor.

— Виктор, покажи дом Горацио, пожалуйста (Víctor, muestra la casa a Horacio, por favor)

Los dos niños se van correteando a ver la inmensa casa, Viktor por delante de Horacio y este toqueteando todo lo que ve.

— Jack, no hace falta que hagas gratis esto, de verdad...

— No pasa nada, de verdad..

— Por cierto, ¿No huele mucho a tabaco aquí? -dijo arrugando su nariz.

______________________________________

E S  M I  P A R E J A,  C A P U L L OOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz