♡ : CAPÍTULO X

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—Quería hablar contigo, Hyunjin. — el omega trató de no mostrarse dolido por escuchar aquel frío tono.

—No tenemos nada de qué hablar. —respondió. — pensé que había quedado claro aquel día.

—Tú lo decidiste así, no yo. — Jeongin se puso de pie y caminó hacia el más alto, quien solo lo observaba en silencio. — aceptaste lo que tus ojos vieron y no me diste tiempo de explicártelo. No sucedió como lo piensas, Hyunjin.

—Aunque no hubiese sido así, habría pasado, Jeongin. — se alejó del omega, se hallaba enojado en ese momento. — ¿Cuánto tiempo iba a pasar para que lo hicieras? ¿Un mes? ¿Una semana? El resultado iba a ser el mismo, al final solo era un juego para ti.

—¡No lo eres! — gritó. — no eres un juego para mí, Hyunjin... yo...

—¿Qué? ¿Me quieres? — rió con sarcasmo. — por favor, Jeongin. Tú no quieres a nadie.

Y Jeongin se sintió dolido. Aquello le había lastimado más de lo que imaginó. ¿En serio pensaba que no le quería? ¿Tan mala persona le creía?

—Esto no va a llegar a ninguna parte, Jeongin. No sé qué tratabas de conseguir al venir aquí, pero lo nuestro nunca tuvo futuro ni lo tendrá. Pronto me marcharé y podrás quedar libre para ir con cualquier alfa, esto no será más que un recuerdo que terminará borrándose con el tiempo.

—Yo no quiero que lo sea. — Jeongin se cansó de que su alfa tomara decisiones por ambos, él quería luchar por su relación. — estás encerrándote en tu propio odio y dolor, sin dejar que te explique cómo son las cosas, sin darme una oportunidad para arreglar lo que destruí, Hyunjin. Tú no sabes todo lo que he sufrido pensando que soy la peor escoria del mundo por haberte dado esa imagen de mí, por no haberte dejado claro desde el primer momento que no eras un simple capricho para mí, que te amo más de lo que alguna vez pensé hacerlo y que eres el alfa con el cual quiero pasar todo lo que me queda de vida.

El peliazul se acercó lentamente hasta que sus brazos cubrieron el cuerpo del alfa por completo, hasta que sintió su cercanía una vez más y se deleitó con el aroma ajeno.

—Por favor, solo créeme... esta vez.

—Escuché algo parecido anteriormente y resultó ser mentira. — murmuró. — no volveré a caer de nuevo, Jeongin. No volveré a sufrir por culpa de un omega egoísta.

—Yo no soy como él, Hyunjinnie. — sus manos viajaron hasta las mejillas del castaño, percibió la humedad en ellas y sintió un nudo en su garganta al ver lo vulnerable que era su alfa. — ¿cuánto te Yang lastimado para que desconfíes de esta manera?

Hyunjin no supo si fueron las palabras de Jeongin o su aroma tan tranquilizador, pero sus ojos comenzaron a derramar el dolor que se había guardado todo aquel tiempo. Las palabras hirientes dichas por su ex novio, el engaño, su falta de amor a sí mismo y la misma sensación de traición que sintio al ver a Jeongin con aquel alfa. Todo aquello se aglomeró en su interior y lograron que se quebrara frente al peliazul, quien, sintiendo el dolor de su pareja, también quebró en llanto mientras lo abrazaba.

—¿Eres igual que él, Jeongin? ¿Vas a lastimarme cuando te dé mi corazón?

Cuán frágil se escuchó aquella petición. Jeongin, quien siempre había obtenido todo y nunca había llorado por alguna pérdida, pidió en ese momento que el dolor de su alfa se desvaneciera y poder darle la seguridad que tanto necesitaba.

—Te amo Hyunjin, por favor créeme. — tomando sus manos, el omega no dudó en guiar los dedos de su alfa hacia donde se hallaba su corazón, el cual latía desenfrenadamente por estar al lado del hombre que amaba. — fui un cobarde por no aceptarlo antes y te lastimé con mi indecisión. Pero, mi corazón te pertenece, Hyunjinnie. Soy un caprichoso y egoísta omega, no voy a negar que antes jugaba con los alfas y los desechaba como lo hizo tu ex pareja, pero... cuando te conocí supe que eras diferente y no me equivoqué. — sollozó al sentir como su lobo interior volvía a él y como se conectaba con el de su alfa, como ambos aullaban al verse juntos por fin. — te amo, Hyunjin. Lo hago desde que te conocí completamente, desde que vi al divertido y detallista alfa, el sobreprotector, el gruñón, el egoísta, el celoso y tierno Hyunjin. No quiero que reprimas tus sentimientos, ni que escondas quien eres en verdad. Sé que puedo curar tu corazón y darte el amor que te negaron.

El castaño adoró sus ojos miel, los cuales se hallaban empapados de lágrimas, pero transmitían sinceridad. Una completa sinceridad que no pensó ver más que en sus padres.

—Solo dame una oportunidad, Hyunjin. Y prometo que no volveré a defraudarte.

Hwang solo lo atrajo a su pecho y lo acurrucó por completo en sus brazos, sus lagrimas descendieron y empaparon el hombro del peliazul, pero eso no importó en lo absoluto. Él se sentía tranquilo y en paz, como si todo lo ocurrido anteriormente se hubiese desvanecido para dejar un camino de felicidad al lado de aquel caprichoso y mimado omega.

—Eso debería decir yo. — dijo con una pequeña sonrisa. — fui yo quien te condenó antes de escucharte.

—Eres un alfa tonto. — golpeó el pecho del castaño con un puño.

Ambos rieron bajito antes de caer en la cama del alfa, Jeongin se mantenía sentado en su regazo mientras acariciaba los cabellos castaños de su pareja.

—Gracias, Hyunjinnie...

—¿Por qué?

—Por la cajita de música. — sonrió al recordar el bonito detalle.

—Supe que no existiría mejor regalo que ello. Aunque es algo pequeño e insignificante.

—¿Bromeas? Es el mejor regalo que pude haber recibido, fue un hermoso detalle.

—Ni siquiera es algo costoso. ¿En verdad te gusta?

Jeongin asintió repetidas veces.

—Es un presente de tu parte, no me impone si es costoso o no. Con tan solo saber que te tomaste el tiempo de comprar un obsequio pensando en mí, es suficiente.

Y la inmensa sonrisa del omega era la evidencia de ello. Hyunjin supo que había conseguido a un omega que lograría amarlo como Seungmin nunca pudo. Ambos eran tan similares, pernoctan diferentes a la vez que no se arrepentía de haberlo escogido como su pareja. Su lobo nunca de equivocó, Jeongin era su omega destinado y lo supo cuando sus labios se unieron en un dulce y profundo beso, el cual les obsequió el amor que sentían el uno por el otro.

—Te amo, Hyunjinnie...

—Y yo te amo a ti, mi caprichoso y mimado Innie.

Ambos volvieron a besarse, el amor floreciendo en ambos corazones y la pasión extendiéndose sigilosamente en ambos.

—Ahora que estamos bien... — mencionó el omega después de separar sus labios. — quiero mi sexo de reconciliación.

—¿Qué?

—Ya sabes, cuando las parejas se pelean, siempre se reconcilian en la cama. Y nosotros no seremos la excepción, quiero que me hagas el amor como compensación por haberme abandonado un mes.

—¿Y si mi padre nos escucha?

—El señor Seokjin me dijo que podría quedarme todo el tiempo que quiera, se quedará a dormir en mi casa esta noche para que disfrutemos de nuestra reconciliación, así que no hay nada de qué preocuparse. — el omega se acercó al oído del alfa y con voz seductora, susurró. — yo siempre consigo lo que quiero, Hyunjinnie. Y justo ahora quiero mi sexo de reconciliación, así que no harás nada para detenerme.

Y que lo golpearan si no aceptaba.

Hyunjin iba a disfrutar de su omega todo lo que no pudo en el mes transcurrido.

I want it, I got it ❁ HyunInDove le storie prendono vita. Scoprilo ora