☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

139 17 28
                                    

— ¡Aimeé! - azota la puerta.

— ¿¡Qué pasa!? - acción - Respira un poco, bájale a tu tonito y a la próxima por favor golpeas antes de entrar.

— Te dije que te alejaras de Renato - la jala del brazo

— ¿Renato?¿Y ese quién es o qué? - hace una mueca - ¡Ay Regina! Hace meses que dejé de verlo por tu obsesión de querer complacer a papá en todo

— No me mientas - la toma por ambos brazos - ayer te vieron llegar a media noche, seguro andabas tomando aire, ¿No?

— Yo no he salido a ningúna parte y deja de jalonearme que me lastimas - se suelta - ¿Será que ya te puedes salir de mi recámara, santa Regina?

— ¡Te he dicho que no me digas así!

— Es que te queda - ríe

— Eres insoportable - se va molesta

Que tonta es si pensó que aceptaría las acusaciones. De verdad no entiendo porque la servidumbre es tan chismosa, ¿acaso no tienen cosas por hacer? Siempre se meten en la vida de sus amos como si uno les pagara por eso, pero tengo en mente quien pudo ser, seguro fue Tomasa ¡Maldita vieja metiche! No me pueden dejar en paz; igual, no me importa cuanto me lo prohíban, iré a ver a Renato otra vez.

Mordía mi labio inferior tratando de buscar la manera de salir esta noche, seguro mi hermana pondrá más guardias para impedir que vuelva a salir, ¡Ay que ridicula! Piensa que así me voy a detener.

Salí a como pude por la puerta de la cocina que da a las caballerizas, necesito mi caballo para poder salir de aquí, si me ven no me van a disparar porque se meten en un problema con mi hermana entonces salir en caballo hará todo más fácil.
Ya estoy en el camino que va hacia el pueblo, pero no recuerdo que este árbol estuviera aquí antes. El caballo se inquietó un poco, pero al fin me ubiqué y pude llegar al pueblo, claro que esta vez me coloqué un disfraz para que los pueblerinos que no tienen vida propia no me lleguen a reconocer.

Estoy frente a la casa de Renato pero al parecer tiene visitas, ¿Será que si toco? Mejor me espero, ¿No? De la nada empezó a llover y ahí si tuve que optar por tocar la puerta.

— ¡Voy! - camina a la puerta.

— Hola - dice cuando este le abre.

— ¡Mi amor! - hace espacio para que entre - pasa.

— ¿Estás acompañado?

— No, bueno si - suspira - es mi mamá.

— Ya lo sé, ahí está su carruaje - susurra.

— Vino de imprevisto, pero no tarda en irse.

— Seguro esto es obra de Regina - bufa.

— Relajate - la toma de la mano - ven aquí.

— ¿Dónde me llevas?

— Te vas a quedar en el cuarto de Andrés en lo que mamá se va.

— Está bien - asiente - pero es tarde.

— Todavía tenemos tiempo, son las nueve - sonríe y deja un beso en su frente - haré que se vaya lo más pronto posible, no te preocupes.

— Como digas - hace un mohín - Regina debería conseguirse un novio así de guapo - se muerde el labio viendo la foto de Andrés - tal vez así deja de ser tan hostigosa. Necesita algo que le de ánimos de cambiar - ríe.

Llevo al menos media hora aquí encerrada, ¡Que ansiedad la que siento!, ¿Y si Andrés viene?¿Qué haré? Bueno, solo me queda estar en este delicioso colchón esperando por Renato, aunque me estoy hartando y si no viene soy capaz de salirme e irme de regreso.

Du har nått slutet av publicerade delar.

⏰ Senast uppdaterad: Mar 01 ⏰

Lägg till den här berättelsen i ditt bibliotek för att få aviseringar om nya delar!

Ambrosía [OS - Corazón Salvaje]Där berättelser lever. Upptäck nu