Mi apellido

247 28 46
                                    

Continuación de 'Familia' del AW 2022

[🎁🎁🎁]

—¡Suegro, pero qué... Bonito suéter! —Karma burló, señalando la tela navideña color rojo que la esposa de Gakuhoū le había obligado a usar.

—Gracias, Akabane-kun —sonrió con sarcasmo—. Aunque el rojo no es de mi completo agrado —dijo, haciendo referencia al cabello del contrario, quien solo soltó una carcajada.

—¡Lástima! Tendrá que verlo seguido~ —sacó su lengua con burla.

—Recuerda que estás aquí porque mi esposa y yo te lo permitimos.

—Claro, claro —asintió—. La cosa es que sí usted me corre de aquí, su esposa lo corre a usted —rio.

—¿Conociéndose? —la mujer salió de la cocina con una bandeja de comida en cada mano, interrumpiendo la repentina guerra.

Probablemente no había escuchado la conversación o no se vería tan genuinamente feliz.

—Algo así —Karma se levantó de su lugar para ayudar a la mujer, que le agradeció con un amable asentimiento de cabeza.

—¿Ves? Karma-kun sí es caballeroso —le encaró a su esposo, quien solo bufó molesto.

El oji cobre sonrió de nuevo, mostrando sus afilados caninos. Genuinamente se estaba divirtiendo.

A penas eran las 7 de la tarde, había llegado a la casa de los Asano treinta minutos antes. Leana le había dicho que Gakushū se estaba dando una ducha y que podía esperar en su cuarto. Claramente, el pelirrojo encontró más divertido molestar al señor director en la sala de la mansión.

Era una sensación extraña en su pecho, una especie de nostalgia de algo que jamás había vivido. Sus padres habían intentado darle buenos recuerdos; lamentablemente habían quedado en eso, en intentos. Incluso ese momento, cuando se suponía que debía estar con ellos, compartiría la mesa en la casa de su novio porque no habían podido llegar.

Aún así, no los juzgaba en lo absoluto. Sabía que sus padres no debían tenerla fácil, siendo él su hijo; el niño problema, el que se mete en aprietos cada día, el que golpea a sus compañeros y les responde mal a sus maestros.
Ser padre de Karma Akabane debía ser mucho trabajo, se decía a sí mismo en un intento de excusar a sus progenitores.

—Karma —jadeó Asano con asombro bajando las escaleras. El nombrado sonrió al instante—. Llegaste temprano.

—Qué te digo, estaba emocionado por pasar tiempo con tus padres. Sobre todo con mi querido suegro~ —miró a Gakuhoū de reojo, obteniendo un gesto extraño.

Gakushū negó con la cabeza, sonriendo cuando llegó al fin de la escalera.

—Seguro que él está encantado con la situación. Se nota —respondió sarcásticamente mientras abría los brazos en una clara invitación.

El rostro de Akabane se suavizó en cuanto correspondió al abrazo. Pudo sentir el cabello húmedo de Asano contra su sien, inhalar el aroma de su perfume recién aplicado y sentir la calidez con la que su novio lo apretujaba entre sus brazos. Una extraña sensación lo invadió, como una corriente eléctrica que le recorría el cuerpo en un segundo y un repentino nudo en la garganta.

Se separó con delicadeza para que Asano no se diera cuenta de su urgencia y se aclaró la garganta. Vio a su novio abrir la boca para preguntar pero, afortunadamente, su madre también lo hizo.

—Ya vamos a cenar —aplaudió para llamar la atención de los dos jóvenes—. Leí en internet que cenar después de las 7 solo hace que el metabolismo sea más lento y...

Asakaru Week 2023Kde žijí příběhy. Začni objevovat