Prueba su bebida en silencio revisando su teléfono viendo los últimos mensajes de su mejor amigo que muestra que sus hijos ya están en pijama preparados para ver películas juntos, sonrió feliz antes de sentir como alguien se sienta a su lado

—¿___?—ladea su cabeza mirando a su lado encontrándose con un hombre de cabellos negros lacios bien peinados con un traje costoso, algo que destaca es la cicatriz en el rostro del hombre

—Kakucho...—dice sabiendo que no puede existir otra persona con la misma cicatriz que tiene Kakucho, la recuerda perfectamente

—Ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos—el azabache muestra una sonrisa al castaño claro recordando aquellos días cuando eran pandilleros—¿Cómo haz estado?—

—Me ha ido bien—sonrió con amabilidad—Trabajo como cirujano en uno de los mejores hospitales de la ciudad, cuidando de mis dos hijos—responde con mucha confianza

—¿Hijos? ¿Te casaste?—pregunta sorprendido el contrario

—Sí, me casé, mi esposa se embarazó de gemelos pero lastimosamente falleció en el parto—dice con normalidad ya habiendo superado aquel dolor en su corazón por la pérdida de su esposa

—Lamento eso—dice Kakucho—Pero estoy sorprendido, te casaste y tuviste hijos—

—Sabía que te sorprenderías—ríe Fumiya dándole un trago a su bebida—¿Cómo haz estado tú?—

—Bueno, no me he casado ni he tenido hijos—comenta escuchando la risa de su viejo amigo—Yo trabajo para una organización como ejecutivo, nada impresionante la verdad—

—Claro que es impresionante, no cualquier tiene un trabajo como ejecutivo de una organización—señala antes de terminar su trabajo—Me alegra mucho verte después de tanto tiempo, Kakucho. Me hiciste falta todos estos años—

—También me hiciste falta, Fumiya—levantando un poco su vaso lleno de licor—Celebremos por nuestros reencuentro—ambos chocaron sus vasos comenzando a hablar sobre sus vidas, obviamente Kakucho ocultando la verdad sobre su trabajo

Entre tragos ambos hablaban sin parar, Kakucho miraba algunas fotos de los hijos de Fumiya sonriendo con ternura porque esos niños son sumamente adorables diciéndole a su amigo el gran parecido que tienen con él cuando era más joven

—Deberías conocerlos algún día, ellos estarían encantados de conocerte, son bastante amigables, más porque les había hablado de ti antes—comenta con una tonta sonrisa el castaño claro

—¿Les hablaste de mi?—sus mejillas se sonrojaron pareciéndole un detalle muy lindo

—Claro que sí, hasta mi difunta esposa sabía de ti, Kakucho—responde—Ella casi se muere cuando se enteró que me había metido en una pandilla—

—Ya me lo imagino—ríe el azabache—Supongo que nunca dejamos de pensar en el otro—

—Sí...—las mejillas de castaño claro se tiñeron de rojo—Eres difícil de olvidar, Kaku—

—Tú también lo eres, Fumi—llamó por aquel apodo sintiendo como sus manos rozaron un poco al estar sentado uno al lado del otro

Ambos hombres buscaron tomar valentía antes de juntar sus labios en un silencio contacto, sintiendo el hormigueo en sus cuerpos ignorando los sonidos ajenos para disfrutar de la caricia de sus labios, Kakucho sintió una mano de Fumiya acariciando su cabello por su nuca causándole un escalofrío



























Kakucho llega hasta el edificio de Bonten porque tienen que discutir un tema importante, llega hasta el piso indicado de la sala de reuniones encontrándose con los hermanos Haitani que fueron los primeros en llegar aparentemente, toma su lugar en la gran mesa en silencio después de haberlos saludado recordando fragmentos de la noche anterior, justamente ese momento cuando sus labios se juntaron sin ser la última vez de la noche, lamenta no haber podido hacer más para tener algo más íntimo

Es un hombre, tiene necesidades, encontrarse con Fumiya le hizo recordar esas necesidades tan carnales

—¿Por qué tienes esa expresión encantada, Kakucho?—pregunta alzando una ceja el hombre de cabellos morados con mechones azules largos

—¿Tuviste sexo?—pregunta con una sonrisa juguetona el hombre de cabellos morados con mechones azules cortos bien peinados

—¿Por qué siempre se quieren meter en mi vida privada?—cuestiona cruzándose de brazos haciendo una mueca irritable

—Somos amigos, estamos interesados en saber sobre tu vida privada para asegurarnos de que seas una persona feliz entre toda esta mierda que tenemos por trabajo—comenta el Haitani menor con un buen argumento válido para chismear sobre la vida del azabache

—Exactamente, cuéntanos sobre tu vida—insiste en saber el Haitani mayor con una leve sonrisa amistosa que oculta sus ganas de saber más sobre la vida privada de Kakucho, alguien que es tan duro como un tímpano de hielo

—¿Ustedes recuerdan a Fumiya?—Kakucho tiene que reconocer que necesita personas con quien hablar, incluso si esas personas son los hermanos Haitani, los hermanos asintieron recordando perfectamente a aquel chico—Nos encontramos ayer en la noche en un bar, estuvimos hablando por un rato para ponernos al corriente, me entero que se casó, su esposa murió cuando dio a luz a sus hijos, es padre soltero y cirujano de uno de los mejores hospitales de Tokyo—

—¿Y qué sucedió?—pregunta apoyando sus codos sobre la mesa Rindo

—¿Tuvieron algo?—pregunta también Ran—Recuerdo lo unidos que eran, seguido pensaba que tenían algo en secreto por la forma en que se miraban—

—¿Qué?—dice desconcertado por aquellas palabras del Haitani mayor

—Continúa—piden ambos hombres de cabellos morados con mechones azules sin querer cortarle el rollo, menos cuando la reunión está cerca de empezar

—Nos besamos...varias veces—ambos hermanos sueltan sonidos sorprendidos—¡No tuvimos nada!—dice rápidamente

—¿Por qué?—cuestionan ambos hombres alzando una ceja

—Me contuve—ahora se está regañando mentalmente por haber hecho eso

—Eres un idiota—niegan ambos sus cabezas justo cuando entran los demás miembros para la reunión

Lo sabe perfectamente no necesita que se lo recuerden

One-shots Tokyo Revengers II [Male reader]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin