"Profesora Manoban.." [ JENLISA ]

#11 : ¿Te gusta?

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Después de salir del baño me quede viendo mi celular en mi habitación, yo estaba de espaldas a la puerta, de repente se escuchó cómo abrían y cerraban la puerta de mi habitación, y también sentí como me tomaban de la cintura.

— ¿Ryujin? - pregunté aún sin mirar atrás.

— No soy Ryujin. - dijo y quede helada.

Oh shit, ¿Manoban? ¿Qué hacía en mi habitación? Mejor dicho, ¿por qué creí que era Ryujin? Pudo haber sido Jisoo..

— C-creo que debería ir a ver cómo están las demás.. - me estaba poniendo nerviosa, y caliente.

— Tu no vas a ningún lado, no sin antes demostrarte de quién eres.
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P.O.V Jennie

— Tu no vas a ningún lado, no sin antes demostrarte de quién eres. - Dijo Manoban.

— Profesora.. ¿q-qué hace? - preguntó Jennie, mientras Manoban besaba su cuello.

— Shh, sabes que lo quieres.

Después de eso no dije nada, Manoban había comenzado a besar mi cuello y pasear sus manos por mi abdomen, lentamente me fue sacando la blusa, me estaba excitando demasiado todo esto.
Me giré para mirar a a la bella mujer que tenía detrás mío, nos miramos fijamente a los ojos, no pude aguantar más y la besé, al comienzo fue un beso suave, pero después fue subiendo de tono. Abrí la boca lentamente, dejando a Manoban introducir su lengua dentro de esta. El beso se tornó caliente, lujurioso y algo agresivo, ella mordía mi labio suavemente, haciéndome gemir del dolor. Me recostó en la cama y ella se sentó encima mío mientras se sacaba la blusa, pude admirar su hermoso pecho y abdomen, con mis manos comencé a tocarla, desde su abdomen hasta sus pechos, los cuales aún se cubrían con su sostén, deseaba demasiado quitárselo. Manoban tomó mis manos y las colocó encima de mi cabeza, mientras dejaba besos húmedos desde mi cuello hasta mi abdomen, me arqueé un poco, dejándola remover mi sostén, liberando mis pechos. Después comenzó a lamer uno de mis pezones, gemí un poco alto por ello, pero no le importo que nos escucharan, pues continuó haciéndolo. Mi espalda se arqueaba levemente ante el tacto de su lengua, luego ella bajó hasta mi abdomen con besos, y de un tirón sacó mi pantalón, dejándome en ropa interior y nada más, lanzó mis pantalones a sabrá Dios qué parte de mi habitación, junto con mi blusa y sostén. Manoban bajo hasta mi intimidad y lamió mi clítoris por encima de la prenda, haciéndome gemir, después removió la prenda.