15 - 🚨(+18) El Juego de la Seducción

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Al pasar el tiempo, el vínculo entre Ao'nung y Neteyam se fue debilitando, como una sombra que se desvanecía poco a poco con el paso del tiempo. Aquella separación que en su momento fue dolorosa, comenzó a revelar sus razones en el horizonte de sus vidas, y aunque llevara consigo ciertas punzadas de añoranza, ambos comprendieron que la decisión que tomaron había sido la correcta para su crecimiento individual.

Ao'nung, con determinación tallada en su mirada, asumió el rol que su linaje le tenía destinado. Cumplió y superó con creces las expectativas de su padre, labrando su camino como un jefe ejemplar del clan Metkayina. Su destreza y habilidades pronto lo alzaron como una figura respetada y admirada entre los suyos. Las huellas de la experiencia se marcaron en su rostro, otorgándole una madurez que resonaba con su liderazgo. Sus ojos brillaban con la sabiduría forjada en las travesías y desafíos a los que había hecho frente.

Por otro lado, Neteyam irradiaba un aura que capturaba la atención de todos aquellos que cruzaban su camino. Cada día que pasaba, su personalidad y valía se volvían más notorios, como si el tiempo le otorgara un brillo adicional. La penumbra en la que una vez se encontró quedaba atrás, reemplazada por una confianza que emanaba de su ser. El vino del tiempo había hecho maravillas en él, refinando su apariencia hasta convertirlo en un joven magnético y carismático.

Neteyam se había convertido en una especie de ídolo entre su clan, una inspiración para las generaciones venideras. Su presencia era como un faro, iluminando el camino hacia nuevas posibilidades. Sus logros y experiencias lo habían convertido en un relato viviente, un testimonio de que las adversidades podían moldearse en triunfos con suficiente determinación.

Aunque las distancias físicas y emocionales entre Ao'nung y Neteyam crecieron, en sus corazones persistía el recuerdo del lazo que compartieron en su juventud. Aunque trataron de ocultar sus sentimientos por el bienestar del otro, el brillo en sus miradas y los roces fugaces contaban historias no expresadas en palabras.

En los momentos de celo, el deseo mutuo emergía como un fuego ardiente, desafiando la barrera de la contención que habían erigido. Era como un eco persistente que resonaba en cada encuentro, llenando el espacio entre ellos con una electricidad palpable.

Las miradas compartidas se cargaban de un significado más profundo, mientras que los roces accidentales encendían chispas que amenazaban con convertirse en llamas incontrolables.

Un ejemplo vívido de esto se desplegó durante una noche impregnada de un magnetismo irresistible. En el umbral de un acantilado, encontraron refugio mientras el cielo se vestía con estrellas titilantes. Cada ráfaga de viento parecía llevar consigo una energía cargada de promesas y secretos compartidos. Mientras la oscuridad los envolvía, sus cuerpos anhelantes se aproximaron peligrosamente, alimentando la danza tentadora de sus deseos.

A pesar de sus esfuerzos por contenerlo, el anhelo ardiente dentro de ellos se negó a ser ignorado. Como polos magnéticos atrayéndose con fuerza, sus manos casi se rozaban, tentándolos a cruzar esa línea invisible que habían trazado. El silencio que compartían estaba imbuido de un significado profundo, como si las palabras fueran innecesarias para expresar lo que latía en sus almas.

Fue en ese momento, en ese espacio compartido en el filo entre la razón y el deseo, que la pasión estalló en una explosión de fuego ardiente. Las barreras que habían construido con tanto cuidado se desmoronaron ante la implacable urgencia de la atracción carnal. Cada roce de sus cuerpos era como un choque eléctrico, una descarga que encendía cada centímetro de piel sensible a su toque.

Sus bocas se encontraron en un beso que sabía a un deseo contenido durante demasiado tiempo, una mezcla de hambre y necesidad que los consumía por completo. Neteyam tomó el control con una pasión feroz, sus manos explorando cada contorno de Ao'nung con una determinación incendiaria. Los gemidos comenzaron a brotar de lo más profundo de sus gargantas, ahogados por la lujuria que los envolvía y que vibraba en el aire nocturno.

Nuestro Pequeño SecretoWhere stories live. Discover now