❄Capítulo 14❄

Začít od začátku
                                    

El que intervino fue el Marqués Cetron Henner, situado en el noroeste. Su papel era averiguar e identificar la situación de la línea fronteriza que conectaba al norte y al oeste.

Sus ojos se arrugaron por su sonrisa y su tono de voz era amable. Además, incluso cuando Railda lo señaló con el dedo, no mostró signos de disgusto. Ciertamente parecía un hombre muy amable.

Las palabras del Marqués Cetron fueron respondidas por un hombre de apariencia colorida.

—Es cierto. También me sorprendió escuchar que Su Alteza el Gran Duque se presentara en persona.

—Es un alivio que el Barón Seisen esté bien. A diferencia de mi lado oeste, ¿no es difícil el terreno?

—Los monstruos siempre aparecen.

El tercero en hablar fue el Barón Arthur Seisen, quien a juzgar por su ropa y accesorios no parecía tener sentido de lo excesivo.

Era una persona con un excelente poder financiero, ya que dirigía de manera diferente para cada clase social desde aristócratas hasta plebeyos.

El Barón Arthur miró el jarrón en el centro de la larga mesa e incapaz de contener su curiosidad, preguntó.

—Por cierto, nunca había colocado nada sobre la mesa. ¿Por qué Su Alteza el Gran Duque colocó eso?

—Puse las flores que le regaló el Gran Duque. ¿No son bonitas? —respondió Shuell con orgullo.

Tan pronto como terminó de hablar, una camelia se desprendió y cayó sobre la mesa.

Desde atrás de Shuell, Jess se cubrió la boca para contener la risa.

—¿No es esa la camelia cultivada por el Marqués Cetron? —preguntó el Barón Arthur, mirando la camelia caída.

—Mi hija la cultiva, pero corté una rama porque Su Alteza me la pidió. Ahora que lo veo, fue para dársela como regalo a la señorita Shuell.

Contrariamente a lo que le preocupaba, al parecer Rayglen recibió la rama del Marqués voluntariamente.

El Barón Arthur miró a Shuell con curiosidad.

—Bueno, no sé si puedo preguntarle. Por casualidad, ¿pertenece a la familia Netri del Sur?

—Ah, sí. Así es.

La voz del Barón Arthur se hizo más fuerte ante la afirmación de Shuell.

—¡Oh, es una prestigiosa familia del Sur! ¡Son una familia que florece, así que por eso incluso preparó un jarrón como este!

Fue una reacción tan exagerada como sus accesorios y vestimenta.

No se trataba simplemente de una familia sureña, sino que Netri era una familia prestigiosa incluso entre las familias aristocráticas, y era muy conocida por su habilidad para hacer florecer flores con su manejo de la espada, pero pocas personas pudieron ver con sus propios ojos cómo lo hacían exactamente. Además, para el Barón Arthur, que había estado cerca de la familia Brent durante un largo tiempo, fue demasiado sorprendente la aparición de una señorita perteneciente a la familia rival.

—¡Si se casa con Su Alteza, las dos famosas familias de espadachines del Imperio Weyker se unirán en esta generación!

Fue una felicitación llena de sinceridad y sin malicia. También hubo una anticipación de que en el futuro Netri cooperara con el trabajo de subyugación en el norte.

—¡Barón Arthur!

Sorprendido, el Marqués Cetron interrumpió apresuradamente.

Cuando la mirada de Shuell se deslizó hacia él, el Marqués Cetron se calló rápidamente tal vez sintiendo lástima.

—Fui excomulgada.

—¿Qué? ¿Es la segunda hija?

—No. Me interesa más el Gran Duque que la espada. En primer lugar, sólo porque se nace en una familia de espadachines, no hay ninguna ley que diga que se debe seguir la línea familiar.

La mirada de Rayglen se clavó en Shuell ante el tono tranquilo de su voz al explicar.

Shuell miró a Rayglen y sonrió tímidamente, luego se cubrió ambas mejillas con las manos de forma tímida.

—Me alegra mucho haber venido al Norte porque el Gran Duque pronunció mi nombre. Si es posible, me gustaría que dejara de lado mi apellido y me llamara solo por mi nombre.

Hubo un breve silencio porque nunca nadie se había comportado de esta forma frente a Rayglen.

A excepción de Railda, el dueño de la Torre Mágica, todos actuaban formalmente.

Como era de esperar, salvo Railda, que estaba a punto de estallar en carcajadas, un silencio un tanto pesado llenó la sala de reuniones.

Shuell, que se dio cuenta tardíamente de la atmósfera, movió los labios para añadir unas palabras. Sin embargo, la voz de Rayglen se escuchó primero.

—No puedo simplemente decir tu nombre en una presentación, Shuell.

Fue una voz calmada como de costumbre, pero los oídos de Shuell cosquillearon.

—Justo ahora... ¿Qué dijo?

En medio del silencio, solo la pregunta de Shuell resonó.

—Pronuncié tu nombre —respondió Rayglen con un ligero movimiento de cejas.


La villana cautiva al Gran DuqueKde žijí příběhy. Začni objevovat