-Mamá me avisó que estabas aquí, vine lo más rápido posible. -Kael se acercó hasta llegar a mí. Traté de voltear la cara para que no me viera, pero me agarró de la mano y la tomó entre las suyas-. Dios mío, Sophie... -Sus ojos no se perdían ningún detalle de mi rostro obviamente magullado. No sé si estaba enterado ya de todo, pero cuando quise volver a hablar, la puerta se abrió, entrando una doctora seguida de Cathy y una enferma.

La enfermera hizo a Kael apartarse de mí para que pudiera tomar mi presión mientras la doctora se acercaba a mí para hablarme.

-¿Quieres que hablemos a solas? -preguntó con la mirada fija en Kael. A mí ya no me importaba nada, total, ya todos en esta habitación estaban enterados de lo que había ocurrido. Los moretones hablaban por sí solos.

Me encogí de hombros.

La doctora asintió con la cabeza antes de dirigirse hacia la enferma, que ya le estaba poniendo al tanto de mi presión arterial y algunas cosas que no logré entender. Cuando se volvió a mí, me inquieté un poco, pero ella me tranquilizó sonriéndome.

-Bueno, tu presión arterial está bien al igual que tu frecuencia cardiaca. -Aquello no hizo mella en mí. Ella continuó-. Gracias al cielo que no has necesitado una intervención quirúrgica, porque ese proceso podría haber dañado tu pared uterina si no se realizaba con...

-¿Perdón? -pregunté cortándola al oír las palabras «intervención quirúrgica»-. No entiendo.

Miré a Miriam, a Cathy y a Kael, pero este último parecía tan perdido como yo.

La mirada de la doctora era de simpatía.

-Estabas teniendo un aborto involuntario cuando llegaste aquí. Cuando hicimos un ultrasonido nos dimos cuenta de que estabas de cinco semanas, por lo que procedimos a hacerte una extracción del tejido interno para retirar todo lo restante y evitar infecciones...

Ni siquiera la oí luego de eso. En mi mente sus palabras se repitieron una y mil veces más, atormentándome.

Estuve embarazada, de cinco semanas.

Eso era imposible.

-Pero hoy... me vino la regla... -dije con voz demasiado ronca y perdida. Me senté recta mirando a la doctora con súplica.

-Algunas veces a las embarazadas les viene la menstruación, no en exceso, sino manchas de sangre. ¿Cómo fue en ti?

Ni siquiera le respondí.

Estaba demasiado horrorizada para hacerlo.

En la mañana, lo que creí que era la regla, había sido pérdidas de sangre. ¿Cómo no lo noté?

Vi que Miriam le hacía varias preguntas que la doctora amablemente le respondió, hasta que me llamó por mi nombre, ella parecía estar mirando mis magulladuras.

-¿Deseas hacerte un examen médico? -su pregunta me dejó muy confundida. Ella rápidamente lo aclaró, sin miramientos-. De víctima de violación.

Arrugué el ceño y negué tantas veces que me mareé por algunos segundos.

¿Violación? Hace unos segundos estaba hablándome de un embarazo.

La doctora llamó a Miriam para que conversaran afuera, la enferma se fue tras ellas dejándonos solos a Cathy, Kael y yo. No tenía dónde esconder mi cabeza. Ni siquiera los miré para ver las reacciones en sus rostros. Me sentía rota, y herida, en todos los significados posibles de aquellas palabras.

-Estaré afuera-dijo Cathy, yéndose rápido de la habitación y cerrando la puerta. Quería correr tras ella pero ni siquiera hice el esfuerzo de levantar la cabeza. Estaba sumida en mis pensamientos, en mis recuerdos. Demasiado dolorosos como para expresarlos.

-Sería bueno que te hicieras ese examen. -La voz ronca de Kael me hizo levantar la mirada. Sus ojos marrones estaban rojos, y a pesar de que quería muchísimo un abrazo suyo, no quería que se me acercara. Aun así, él lo hizo. Llegó hasta a mí pero no me tocó. Con mucho cuidado se sentó en la cama, con cuidado de no aplastar mis piernas, y me miró de frente-. ¿Por qué no me lo dijiste, Soph? -Se agarró la cara y despeinó su cabello con frustración-. Lo debí intuir, en el momento que derramó café caliente "accidentalmente" sobre ti debí darme cuenta. ¿Cómo pude ser tan imbécil? Yo estaba allí, por Dios, si lo hubiera sabido lo habría matado allí mismo.

Cogí su mano necesitando consuelo de algún modo.

-Quería dejarlo, Kael. -Mis ojos se inundaron en lágrimas. Kael vio aquello y sus ojos se pusieron igual-. Lo intenté hoy. Encontré tú cartas y comencé a leerlas, cuando él llegó se puso como loco al verlas. Lo último que me acuerdo fue a Cathy. Ella me encontró.

Sus manos apretaron la mía con suavidad. En sus ojos no veía pena o lástima. Solo tristeza, y muchísima.

-Tenemos que denunciarlo.

Negué.

-No. -Kael abrió la boca pero me solté de su agarre y le fruncí el ceño, secándome las lágrimas con mis manos-. Él es policía. ¿Sabes lo que pasará? Nadie me va a creer.

-Tenemos muchas pruebas y testigos. -Se enfureció-. Lo menos que él se merece es la cárcel.

-¿Y? Lo sacarán al día siguiente. Tiene muchos contactos dentro de la policía. Si lo encierran volverá a salir. Yo solo quiero olvidarme de todo.

-Sophie...

-No digas más, Kael. -Lloré porque no sabía qué otra cosa hacer para desatar el nudo en mi garganta, y en mi corazón-. Quiero olvidarme de todo. -Negué con la cabeza-. ¿Puedes creer que estaba embarazada y no lo sabía?

Eso es lo que más me dolía.

Cuando volvió a entrar Miriam y Cathy, vi que ambas notaron a Kael con los ojos rojos por las lágrimas no derramadas pero no dijeron nada. Simplemente vinieron a mí y cada una me abrazó. No entendía en qué momento mi vida se había convertido en un infierno.

¿Fue cuando me casé, o cuando Kael se fue?

No sabía dónde estaba Patrick, tampoco me importaba, pero había dejado mis cartas allí, y tenía mucho miedo que algo les haya pasado. A pesar del dolor interno, y externo que sentía, leer las cartas había sido un respiro en mi vida. Como un soplo de vida nueva, o de amor, y quería volver a experimentar lo mismo. Porque ahora... ahora me sentía vacía y muerta.

☽ ☽ ☼ ☾ ☾

Redes sociales:

Instagram: mariejenn_

Twitter: _mariejenn_

Corazones fracturados | ✓حيث تعيش القصص. اكتشف الآن