UNO

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Pasaron muchas cosas importantes cuando Chanyeol tenía seis años, él más que "cosas importantes" las llamaría "incidentes", porque esa mañana, su madre lo había sacado de la cama apenas había salido el sol, eran vacaciones entonces, no tenía que i...

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Pasaron muchas cosas importantes cuando Chanyeol tenía seis años, él más que "cosas importantes" las llamaría "incidentes", porque esa mañana, su madre lo había sacado de la cama apenas había salido el sol, eran vacaciones entonces, no tenía que ir a la escuela, así que estaba todo el día en casa y por lo regular, en esos días, le gustaba sentarse en el jardín de su pequeña casa a jugar, su madre entonces habría cortado algo de fruta para él, para hacer de esas tardes algo menos duro.

La fruta favorita de Chanyeol en ese entonces, era la sandía, su madre cortaba grandes rebanadas para él y el pequeño las comía sin cesar, pero ese día no hubo juegos en el jardín o sandía, su madre simplemente lo había tomado de la mano y le había dicho que irían con un "tío" uno que ella conocía desde hacía mucho y que quizás sería bueno que él también conociera.

El repentino suceso, había venido de un largo viaje caminando por el mercado de su pequeño vecindario, también había venido por un largo viaje en tren, Chanyeol se sentó en las piernas de su madre todo el camino, mirando a las personas a su alrededor, mientras jugaba con ese pequeño juguete que su madre le había dado por cuidar bien de sí mismo todo ese tiempo porque ella había estado trabajando, prácticamente todo el día.

Era uno de esos juegos que eran una larga tira de plástico, hecha solamente de triángulos, cada uno se podía doblar en su propia dirección y así podías hacer diferentes formas, por eso era que Chanyeol estaba tan entretenido con eso, su madre ocasionalmente solo besaba su cabeza, ella parecía nerviosa, pero aunque Chanyeol le preguntó varias veces si algo malo estaba pasando, ella solo sonreía y decía "Todo está bien", a Chanyeol no le quedaba más que creer eso, porque su mamá luego de decir eso, le daba un beso en la mejilla.

A Chanyeol le gustaba la sandía y cuando su mamá le daba un beso con lápiz labial rojo, para luego tallar un poco su mejilla porque le había dejado una marca, siempre era así, toda la vida del pequeño tenía una razón de ser, al menos hasta entonces.

Le siguió tomando la mano a su madre incluso cuando el viaje en tren terminó, tenía hambre y los puestos callejeros al costado de la calle parecían seducirlo, y aunque pronunció varias veces que tenía hambre, su mamá apenas le hizo caso, dijo que seguramente podrían comer con "el tío" y que si no, entonces ella compraría algo más tarde pero tenían que llegar con "el tío" pronto.

A Chanyeol ya le estaba cansando eso del tío, hasta que llegaron a otro pequeño vecindario, similar al suyo, en donde las casas estaban calle abajo, una pegada a la otra, pero esas no tenían un lindo jardín como la suya, o flores, no había espacio para eso al parecer, y había pocas personas circulando por ahí, su madre lució incomoda cuando por fin se detuvo en una, en una que no destacaba del resto.

El vecindario era Ahyeon-dong que era un laberinto de calles estrechas y empinadas, muchas de las cuales terminaban en largas escaleras que los residentes subían para llegar a sus casas, esa casa donde se habían detenido, no era diferente, tenía un portón de metal pintado de color azul, que estaba bastante gastado, justo como las tejas encima de la misma, que parecían que fueran a caerse en cualquier momento, la madre de Chanyeol aun así, toco el viejo timbre un montón de veces.

Y a ti ¿qué te ha pasado?Where stories live. Discover now