Me dio una bofetada en la mejilla y dejó otras pruebas.

«Bueno, sin embargo, valió la pena contemplar su ira y frustración.»

La tensión de los dedos que sostienen su cabeza. El escalofrío aún parecía sentirse, por lo que la risa estalló.

Probablemente Orsini nunca se había encontrado en una situación así en su vida. Tal vez él mismo quisiera morir ardiendo de vergüenza.

«¿Podría volver con tanta satisfacción?»

Se levantó del césped, se arregló el borde del vestido arrugado y volvió a levantar la cabeza, recogiendo cada brizna de hierba. Y entonces se enfrentó a unos ojos azules.

── ……...

Un escalofrío recorrió la espalda de Kanna. Frente a ella estaba nada menos que Sylvain Valentino.





⚘⚘⚘




¿Desde cuándo está aquí? Ni siquiera había oído sus pasos acercarse.

«Espero que no haya visto todo esto, ¿verdad?»

Kanna lo miró fijamente y se dio la vuelta.

Sylvain estaba de pie frente a ella, en el lugar donde Orsini se había ido.

── Aún.

La voz. Su voz se detuvo sin que ella se diera cuenta. Y dudó. ¿Estaba hablando con ella ahora?

── La hierba aún permanece.

── …….

Kanna no podía creer lo que estaba ocurriendo, así que se dio la vuelta lentamente.

«Esto no es un error. ¿Está hablando?»

Silvien habló primero. Por primera vez.

Por sí mismo, habló por sí mismo. Nunca, nunca antes había ocurrido algo así.

¿Por qué?

En la memoria de Joo Hwa, Sylvien siempre había respondido solo.

De hecho, nunca había iniciado una conversación con ella en los últimos siete años.

Por cierto..... ¿De qué estaba hablando allí?

── ...Oh, sí.

Rápidamente aliviada de su confusión, volvió a apartar la mirada de sus impecables ojos.

¿Dónde diablos se pegaba la hierba?

Buscó frenéticamente, girando la cabeza en diferentes direcciones...

¿Qué?

Se oyó el sonido de unos pasos que no se acercaban ni lenta ni rápidamente.

¿Qué?

Kanna tragó.

Esta ilusión parece estar cada vez más cerca.

«¿No viene Sylvien hacia mí?»

No, ¿qué tiene que ver con venir o no?

A toda prisa, trató de ignorarlo, pero le resultó imposible.

No estaba en una situación en la que pudiera fingir que no se daba cuenta. En el momento en que el sonido de los pasos finalmente se detuvo,

── ¡........!

Algo le tocó la espalda. En un instante la piel de gallina le llegó al cuello. Kanna contuvo la respiración y lo miró fijamente, dándose la vuelta.

La Usurpadora |Book 1|Место, где живут истории. Откройте их для себя