—Tenemos suerte de que aún sea temprano.

—Y eso que cierto rubio me distrajo, al menos por una media hora—dijo mientras conducía.

—No te quejes, no parecías molesto cuando te estabas metiendo entre mis piernas.

Iban de camino en el auto. Se fijaron que apenas eras las 7:30 de la mañana. Se alegraron al saber que nadie estaría despierto a esa hora, aunque tendrían que ser cautelosos al entrar.

Cuando estacionaron, caminaron a la casa. Entrarían por la puerta de atrás, la que daba acceso a la cocina.

Entraron, quitando sus zapatos, de esa manera no harían ruido. Subieron las escaleras hasta la habitación que ambos compartían.

Festejaron una vez dentro. Misión cumplida.

—¿Quieres dormir un poco más?—

—No—abultó su labiecito—Quiero mimos.

Jungkook sonrió enternecido—Entonces vamos a la camita, ¿si, bebé?—el rubio asintió complacido, dejándose guiar por el pelinegro.

Taehyung se recostó sobre el brazo lleno de tatuajes, ambos mirándose a los ojos por largos minutos.

—¿Cómo me dijiste antes?—preguntó refiriéndose al apodo de "bebé", que lo había hecho saltar internamente de la emoción.

—¿Bebé?

—Si, eso. Dime así siempre, ¿okay?

—Cómo tu quieras mi bebé—se acercó para darle a Taehyung un beso esquimal.

—¿Soy tú bebé?—preguntó mimoso. Este era como su little espace, comportarse como un pequeño niño, pidiendo mucha atención.

—Claro que lo eres—iba a besarlo, cuando la puerta se abrió de golpe. Era Hoseok.

—Ya está el desayuno—sonrió animado. ¿Cuanto tiempo había pasado? Habían llegado recién—Bajen rápido, antes de que se enfríe.

El rubio se aferró al torso del pelinegro cuando el intruso había abandonado la habitación.

—Quiero quedarme aquí contigo, Jungkookie—hizo un mojin.

—Ya sé, bebé—acarició sus rubios cabellos—Pero necesitas recuperar las energías que perdiste ayer, y el desayuno es importante.

Bajaron entre protestas del más pequeño, y con Jungkook casi empujándolo para que caminara.

Cuando pisaron el comedor, todos les dirigieron una mirada. Aunque distintas, Namjoon y Jimin con el ceño fruncido, Hoseok y Seokjin con una sonrisa, y Yoongi solo estaba existiendo.

Tomaron asiento uno al lado de otro. Taehyung seguía refunfuñando, sentándose con los brazos cruzados y un puchero. Jungkook sonreía nervioso, al parecer su plan no había salido tan bien. Sabía que se habían dado cuenta que no llegaron a dormir.

—Al parecer alguien amaneció mimoso—Jimin rió mirando al rubio caprichoso.

—Cállate, rubio teñido.

Pequeño Desastreحيث تعيش القصص. اكتشف الآن