~Capítulo 19~

Magsimula sa umpisa
                                    

- ¡¿Pues qué quieres que haga?! – gritó- ¡es mi cama! ¿sabes qué? como sea, vete a la mierda.

Con eso, jalo innecesariamente fuerte las sabanas para enrollarse con ellas y darle la espalda un Kirishima confundido. No le importo si el pelirrojo se quedaba sin algo con que taparse, solo se escondió entre las telas para no verlo y evitar golpear su tonta cara. Maldito pelos de mierda.

- ¿Katsuki?

- ¿Qué quieres? - contestó hostil- ¿no ves que estoy cansado? Ya duérmete maldita sea. Que fastidio.

No lo volvió escuchar por lo que asumió que había vuelto a su descanso sin tener idea de nada.

.

.

.

Al día siguiente, Bakugo confirmo que el pelirrojo no sabía nada de lo sucedido, pues este actuaba con normalidad.

El rubio estaba de salida cuando Eijiro lo interceptó en la puerta para robarle un beso casto dejando al joven atónito.

- Dijiste que saldrías, ¿no? - hablo al ver que el cenizo reaccionaba- buena suerte.

¿Qué fue eso?

- ¿Desearme suerte? - alegó finalmente- quizá vaya a invadir tu hogar y destruir a tu familia.

Un silencio se acentuó entre los jóvenes. La expresión del pelirrojo era digna de admiración, y el cenizo solo meneó la cabeza con una sonrisa en los labios, listo para marcharse.

Fue complicado para cabellos de mierda comprenderlo, pero luego que lo hiciera mostró un gesto de sorpresa.

- ¿Esa fue una broma? - dijo admirado- ¿acabas de bromear? ¿enserio?

La sonrisa de Bakugo se expandió como nunca antes y partió de la recamara.

La sonrisa de Bakugo se expandió como nunca antes y partió de la recamara

Oops! Ang larawang ito ay hindi sumusunod sa aming mga alituntunin sa nilalaman. Upang magpatuloy sa pag-publish, subukan itong alisin o mag-upload ng bago.

- ¿tuviste sexo anoche?

Apenas había llegado al final de la escalera cuando la mapache lo abordó. ¿Que tenía la gente hoy para sorprenderlo?

- ¿Qué?

- Tienes una sonrisa estúpida en la cara.

- ¿Estúpida te voy a dejar la cara a ti?

- ¿Qué? – preguntó muy confundida. Ni él sabía lo que había dicho. Dios el pelo de mierda le estaba contagiando lo tonto.

- ¿Qué quieres?

- ¿puedo quedarme? Ya sabes, la misión ira bien, lo sé. ¿Puedo quedarme?

la pelirrosa jugaba con sus dedos ansiosa, y por experiencia, Katsuki reconocía los síntomas de travesuras de la mujer.

- ¿Por qué?

- ¿Quién vigilara a tu mascota si te vas?

- No es mi mascota- dijo molesto

Un pequeño trato   [kiribaku]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon