Manual para padres [Larry Stylinson] [M-preg]

Capítulo 21 "Conversaciones y ropa de bebé"

-¿Qué tu qué? -preguntó asustado- tienes agallas amigo...

-Tarde o temprano tenían que saberlo, ya lo había dicho, no es como si se los escondiera hasta que Kyle tuviera veinte.

-¿Se llamará Kyle? Eres un mal amigo, debería llamarse Liam -y como todas las veces que Liam decía alguna tontería, recibió un golpe en la nuca de parte de Peter.

-El bebé se llamará como ellos quieran Liam, no como tú quieras... -Peter rodó los ojos y vio al ojiverde- te está esperando muchacho -Harry asintió y se levantó de su asiento.

-Deséenme suerte -dijo antes de salir.

-Suerte -dijeron al unísono y con paso firme, el ojiverde salió de su oficina.

Caminó por el pasillo hasta llegar a donde su padre se encontraba; tomó una profunda respiración y tocó suavemente. Cuando escuchó un 'pasen' del otro lado de la puerta, movió la perilla y entró; encontrándose a su padre rodeado de papeles, mientras hablaba por su celular.

-Si cariño es él -dijo su padre a la que el rizado dedujo era su mamá- no, no diré nada malo... si, no gritaré... yo le digo... nos vemos -cortó la llamada y volteó a ver a su único hijo- tu madre dice que lo siente y que te quiere mucho -el rizado asintió y se sentó en el sofá que tenía la oficina.

-¿Y bien? -preguntó poniendo sus codos sobre sus rodillas, inclinándose hacia adelante, su padre soltó un suspiro y se levantó de su asiento para ponerse delante de uno de los grandes ventanales y ver la ciudad.

-Sé que hay muchas cosas que no entiendes y otras tantas que odias sobre esto de la rivalidad entre familias y la verdad no quiero hablar mucho de ello porque quiero que sepas algunas cosas sobre mi... entré en este negocio siendo joven, incluso más joven que tu; el dinero te ciega y no ves más allá de él y cuando mis padres me pusieron un ultimátum sobre sentar cabeza o si no me dejarían en la calle, me casé con la primera chica que vi -el rizado sintió como si un balde de agua fría por lo que acababa de escuchar.

-¿Mamá lo sabe? -preguntó en un susurro.

-Sí, ella lo sabe; lo supo desde el principio, aceptó... era una chica linda; poco a poco comencé a tratarla y me di cuenta de que me había casado con una increíble mujer. Mis padres estaban contentos conmigo y cuando no pudieron hacerse cargo de la empresa todo quedó en mis manos, es increíble las miles de cosas que puedes obtener con dinero y poder... estaba en la cima cuando tu llegaste, fuiste una sorpresa para mí... y el saber que nacerías me hizo querer más y más para dejártelo todo a ti, estaba feliz, claro que lo estaba; expandí la empresa y con eso más responsabilidades generaba; iba de un lado a otro, casi no veía a tu madre y estaba en otro estado cuando naciste, desde ahí comenzó mi error.

El ojiverde trataba de analizar todo; sus padres no se casaron porque se amaban, se casaron por dinero. Y aunque ya lo sabía, él había llegado en un momento inesperado y su padre no estuvo en su nacimiento, esas eran muchas cosas para procesar.

-No pasaba mucho en casa así que tu madre comenzó a sentirse sola y poco a poco ella también empezó a trabajar en lo que amaba, así que desde el principio yo fui el culpable; mi ambición me hizo caer bajo, me alejo de mis responsabilidades y no merezco ser llamado padre...

-Sin embargo eres mi padre -dijo el ojiverde.

-Me hubiese gustado enseñarte a andar en bicicleta, a jugar algún deporte, a leer o escribir... todas esas cosas que nos decían Mily y Peter de ti eran maravillosas, estaba orgulloso de ti, pero luego tu rebeldía, tus reproches me hicieron darme cuenta de lo mucho que te había fallado, si tan solo hubiese estado ahí desde un principio.