Era uno de esos pocos días que aparecía soleado. Debían de aprovecharlo. No salir sería un gran error.

     Ir al jardín, pasear por ahí. Hacer un pequeño picnic, mirar el cielo azul. Antes de que lo nublado regrese, el frío reaparezca, o empiece a llover.

[•••]

     Pudieron hacerlo, Octavia insistió en hacerles una canasta con unos pastelillos, y algunas frutas. Para ella no había nada mejor que tenerlos en la cocina un rato. La gente seguía celebrando, por lo que sabía Octavia las tabernas en el pueblo habían estado llenas hasta la madrugada.

     Preparó su canasta con un mantel rojo y blanco de cuadros, para poder extenderlo en el suelo. Y poder sentarse encima.

     Era obviamente propio preguntar como habían amanecido todos. Si se encontraban bien, y sobretodo si hasta el momento todo estaba bien.

    Octavia respondió que si, que el desayuno estuvo bien cuando se llevaron a las habitaciones. Pero que la Reina estaba insoportable, le había hecho una total mueca de asco al desayuno. Había desperdiciado más de la mitad, porque los restos que dejó, que eran varios, los había escupido, para que ni siquiera en cocina alguien pueda aprovechar esas sobrar para comer un poco.

    Thomas murió de vergüenza y así como Lauren le pidieron perdón a Octavia. No eran responsables por la mujer, pero era inevitable no sentirse mal por como podían sentirse los demás por culpa de la inconsciencia de esa mujer, pero Octavia aclaró  que no pasaba nada, más de dos décadas trabajando hacían que esa actitud no la sorprenda, además estaba muy feliz por la pareja como para dejar su humor caer por las tonterías diarias de la Reina.

     De todas formas, Thomas no pudo evitar sentirse avergonzado por aquella anécdota a pesar del consuelo. Era su madre, pero eso jamás significaría estar ligado a sus constantes comportamientos toda su vida.

     Ya no era un niño, y si su padre siempre la protegía por reputación. Eso en algún momento. Se tenía que acabar. Si sus vidas habían cambiado, debían asegurarse que sea en un buen sentido.

[•••]

     Salieron de la cocina, rumbo al jardín. Thomas parecía algo desanimado. Por lo que había escuchado, pero no podía dejar que eso arruine los lindos planes de ese día.

    Lauren llevó la canasta, y cuando en el inmenso lugar donde estaba la casa de Bruno, habían de buscar un lugar para sentarse. Decidieron estar debajo de la sombra de un árbol.

    Bruno no estaba, lo estaban bañando, pero si regresaba antes no les molestaría invitarle un emparedado de los que también les habían dado.

   Y por otra parte Emperador era un dormilón. Se había quedado en un sillón en el tercer piso para que no lo molesten. Era un poco amargado, y era divertido también.

    Thomas extendió el mantel para que puedan sentarse, Lauren dejó la canasta a un costado del mismo y se sentaron, empezando a acomodar la comida en el medio. Los panecillos, algunas tartaletas, emparedados con la mermelada que se hacía en el castillo, un par de frutas.

   Thomas se quiso comer una naranja, Lauren tomó un panecillo de vainilla y arándanos, a la cocina siempre le salían tan bien.

❛³❜➙ 𝐑𝐄𝐈𝐆𝐍 | 𝔗𝔥𝔬𝔪𝔞𝔰 𝔅𝔯𝔬𝔡𝔊𝔢-𝔖𝔞𝔫𝔀𝔰𝔱𝔢𝔯 (✓)Opowieści tętniące ÅŒyciem. Odkryj je teraz