LAY~

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"El reloj marca las once y media de la noche, no escuchas prácticamente nada, tienes que hablar gritando a tus amigas, quienes prácticamente te obligaron a salir de tu cómoda cama e ir a este lugar escandaloso, en el cual no te sientes del todo cómoda ya que lo tuyo no son las fiestas y mucho menos salir a bailar, pero aunque te hubieras negado mil veces, ellas no se iban a ir sin ti esa noche.

Le das vueltas a la margarita que tienes en una de tus manos y te preguntas una y otra vez el por qué sigues ahí todavía. Sientes como ya la música se transforma en un molesto dolor de cabeza con el cual dices que “es suficiente”, das tu explicación a tus amigas, te despides y dispones a irte intentando atravesar el lugar sin terminar en el piso. Entonces un gran circulo es armado en el centro de la pista, las luces bajan y apuntan a la persona que ha salido a bailar a quienes todos aplauden y gritan. Todo es confuso y lo único que quieres es llegar a la salida. Sigues apartando personas para pasar guiándote solamente por el letrero de neón que a lo lejos dice “EXIT”. 

Sin tener idea cómo, llegas al frente de ese circulo armado de personas, quedando cara a cara con aquel bailarín que estando a escasos centímetros de ti, te mira vívidamente queriéndote comer con sus ojos rasgados. La respiración se te corta por unos segundos y el ambiente se distorsiona, quedas con la vista fija en ese chico y sus increíbles movimientos. Tu mano aparece frente a ti halada por él, te invita a moverte, a soltarte a ser parte de la fiesta y tu accedes sin tener idea si lo estás haciendo bien o mal, eso no es importante ahora, él te está guiando, tu solo te dejas llevar por los movimientos de su cuerpo experto. 

De un momento a otro todo termina y la ronda de aplausos de las personas te traen de vuelta a la realidad, aquel chico sonríe y se inclina en forma de agradecimiento, tu solo le imitas la sonrisa y como alma que lleva el rayo retrocedes y regresas a la mesa donde estabas para darle un gran sorbo a tu margarita y asimilarlo todo. Pero antes que puedas organizar tus ideas, una de tus amigas te hace una seña un poco evidente. 

“¡Él viene hacia acá!” 

Miras hacia atrás y justo como lo escuchaste, aquel bailarín viene hacia ti con una dulce sonrisa y listo para presentarse. 

“Hola, me llamo Lay” dice extendiéndote su mano y dejando ver el hoyuelo de su rostro."

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