Frunció los hombros, yo miré a los bolsillos delanteros de sus pantalones.

El borde negro de un teléfono quedaba fuera de sus bolsillos.

-¿Es ese mi teléfono?-le pregunté.

Bajo la mirada y empujó el móvil hasta que quedó cubierto completamente.

-Es el mio.- respondió.
Cruzó los brazos frente a él.

-¿Estás seguro?

Yo estaba 100% segura de que ese era el mio, y eso me generaba otra pregunta.
¿Por qué ocultaba mi teléfono?
Tuvo que haberlo cogido antes de que yo despertara. Es decir, esperaba que esto pasase.

-Sí.

Extendí la mano.

-Dámelo.

-Ya te dije que es mio.

-Quiero mi teléfono.

A veces parecíamos 2 niños peleando.
Esto no nos iba a llevar a ningún lado.

-Este es el mio.

Caminé unos pasos hacia él.
Retrocedió.

-Entonces llama al mio.

Bien, con eso no iba a tener salida.

-Vamos.- continué.- Saca tu teléfono y llama al mio, debo encontrarlo.

Metió su mano su bolsillo izquierdo y lo sacó.

Maldición.
¿Por qué teníamos que tener el mismo modelo de teléfono?

Pero...

-¿El tuyo no tenía algo pegado en la parte de atrás, Ross?

-No...-volvió a guardar el teléfono en el bolsillo.- Nena, no hice nada malo.

Cambió de tema.

-La forma en la que actuas me dice todo lo contrario.

-Dime que quieres saber.

-Todo.

-No puedo.

Suspiré.

-Bien.

Y ahora iba a ir directamente a la casa de mis padres y no saldría de allí hasta que me explicaran todo.

Salí de mi habitación empujando a Ross de la puerta, trató de detenerme, pero le aparté las manos.
Creí que había aprendido que cuando una mujer está molesta lo mejor es no detenerla.

-¿A donde vas?- me preguntó siguiéndome.

-A la casa de mis padres.

-Mierda, _______.

Corrió detrás de mí y se colocó frente a la puerta antes de que yo llegara a ella.

-Muévete.

-Sabes que no lo haré.

-Entonces, respondeme. Dime que está pasando. ¿Qué me estás ocultando?

Me cogió de los brazos, tal vez porque sabía que perdería el control y lo golpearía, y los sujetó fuerte para que no los moviera.

Suspiró.

Era muy difícil estár molesta con alguien con un rostro así.
Tan perfecto y...

-No puedo decirte que pasa exactamente, solo tienes que confiar en mí y todo estará bien.- respondió finalmente.

-¿Me has engañado, verdad? Hay otra muj...

-¡No! Demonios,________. No te he engañado. No hay otra, lo juro.

La desesperación con la que dijo eso me devolvió un poco la seguridad, pero no del todo.
¿Podía creerle completamente?

-Has estado lejos de mí por varios meses, es difícil no creer que...

-Te amo tanto que engañarte suena completamente ridículo para mí,_______.

-¿Y debo creerte porque...?

-Por qué estoy aquí contigo.

-Mi padre te dijo que te quedaras conmigo, y ahora no me dejas que vaya a hablar con él. ¿Qué quieres que piense, Ross?

-Tu padre sabe que es lo mejor para tí y yo también, por eso estoy aquí.

Seguía evitando la verdad.

-Si me has engañado, por favor solo dímelo ya. Nada de lo que estás haciendo va a arreglarlo.- sus dedos me sujetaron con más fuerza.

Negó con la cabeza.

-No te engañado. Nena, lo juro.

Sus brazos me rodearon y me sujetaron contra su pecho.
Me levantó la cabeza y besó mis labios.

-Tu me haces el hombre más feliz del mundo, no veo porqué quisiera arruinarlo.- empezó a susurrar.- Nena, tu tienes todo el control de mí, ¿No lo notas? Tu dices algo y yo estoy a tus pies. Pero ahora mismo no puedo decirte todo, porque lo arruinaré.

-Ross.- no podía negar que me gustaba mucho que ahora estuviera sosteniendome así y susurrandome cosas como esas, y eso de "Estoy a tus pies" me había casi hecho olvidar que estaba molesta.- En serio necesito saber...

-Si llamas a tu padre ahora mismo, él se molestará mucho conmigo. Y necesito a tu padre a nuestro lado.

-¿Por qué?

Volvió a suspirar.

Mis ojos se comían a los suyos, estaba completamente necesitada de sus respuestas.
Pero él no iba a darmelas y no entendía porque.
Por dentro no dejaba de rogar y decir: "Por favor, que no haya engañado", porque sabía que eso me destruiría.
Y amaba tanto a este hombre que no lo superaría nunca.

Besé suavemente su mentón.
Tal vez si dejaba mi enojo de lado y me volvia alguien más tranquila y racional...

-Deja de hacer eso.- me advirtió.

-¿Qué cosa?- susurré con los labios pegados a su piel.

-Distraerme.

Rodeé su cuello con mis brazos.

-No intento distraerte, solo trato de comportarme mejor.

Sonrió tristemente.

-_______, juro con toda mi alma que no te engañado, ni tampoco he hecho nada malo.

Me quedé en silencio y entrelacé mis dedos con los suyos.

Sus ojos tambien encontraron los mios, le rogué con la mirada que por favor me dijera lo que pasaba, sabía que no iba a tener éxito pero...

-Llamaré a tu padre ahora mismo y le diré que quieres hablar con él.

Sonreí.

-¿En serio?

-Sí, pero prométeme que no mencionaras nada de lo que hemos hablado hoy.

Mordí mi labio para controlar mi sonrisa.

-Lo prometo.

Intentó mantener su rostro inexpresivo pero fracasó.
Ambos reimos al mismo tiempo.

Besó mi frente y yo levanté los labios.
Me besó allí tambien.

-Volví a caer a tus pies.

Sonreí de nuevo y volví a besar sus labios.

-¿Quieres que yo caiga a los tuyos?

Mi guapo esposo levantó las cejas.

-Dejame llamar a tu padre antes de que te lanze a la cama y te haga las cosas que he estado soñando con hacerte.

Besó mis labios rapidamente y lo detuve antes de que pueda irse.

-Espera, aún no me has dado mi teléfono.

Dejó de sonreir.

-No puedo dartelo.

Fruncí el ceño.

-¿Por qué?

Suspiró.

-Le dire a tu padre que venga ahora mismo.

YELLOW (Ross Lynch) (Hot)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें