Capítulo 5

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Maldita Adolescencia

Había concluido de leer el tercer libro sobre finanzas de la semana y me miré al espejo. Me peiné despacio solo para recordar la manera en la que mamá lo hacía y mis ojos se humedecieron. Papá ha hecho una maravillosa labor durante casi 6 años pero nadie sustituye a una mamá.

Emma ingresó a mi habitación tan calmada como siempre y tras ella venía el regalo que mi mamá nos había dejado. Cici se parecía tanto al Duque que hasta caminaba igual a él.

Me pareció extraño que no viniera corriendo hacia mi. Emma la miró con amor. -Ahora muéstrale la reverencia que aprendiste a tu hermana mayor.

Cici asintió aparentando ser una niña educada y me mostró su reverencia. -Wow mi princesa, usted es la pequeña más hermosa de todos los reinos. ¿Verdad?

Asintió de prisa y se olvidó de la reverencia y corrió a mis brazos. Cici hablaba con los ojos y con ademanes pero todos en esta casa ya la entendíamos.

Ella parecía una pintura. Tenía el cabello tan rubio como el sol y unos ojos tan azules que te hipnotizaban. Sus cachetes siempre estaban tan rojos como si hubiesen sido coloreados y ni decir su pequeña boquita. Besé su frente y me sonrió. -Te amo Cici.

Emma se acercó inquieta y terminó de peinar mi cabello. -Amy, la reina te está esperando. Recuerda que dentro de dos meses es el cumpleaños no. 21 del príncipe heredero y el tuyo. La reina confirmó la presencia de su hijo.

Mis ojos se ampliaron. -¿Papá también te lo confirmó?

Ella asintió. -La reina quiere una fiesta "ostentosa y brillante".

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Recorrí los pasillos del castillo que tanto conocía y la dama real me sonrió. -Buen día princesa, la reina la espera en su recámara.

Entré a la habitación de la reina y se encontraba sentada en el balcón. Al verme sonrió como siempre lo hacía y le mostré mi reverencia. -Mi preciosa princesa! Saludó dándome un abrazo fuerte.

Si Emma me había educado en un 60%, la reina abarcaba el otro 40%. Eso sin decir las disputas que tenía con mi amado padre por sus mimos y consentimientos.

La miré detenidamente y con el polvo compacto que ella misma me había regalado le retoqué las ojeras. -Gracias pequeña, anoche no pude dormir... pero no hablemos de eso. Hablemos de que mi hijo estará aquí por unos meses después del cumpleaños.

Le mostré mi felicidad con una enorme sonrisa. -El hermano mayor esta vez ha durado mucho. Casi 1 año majestad.

Ella me miró enojada. -Mi esposo se toma muy en serio los entrenamientos y mi hijo no lo desobedece en nada. Lo extraño tanto Amy y por eso, quiero que le hagamos la mejor fiesta para sus 21 años. ¿Qué opinas? Te tengo 3 vestidos para que elijas el que más te guste.

Me senté triste y ella sonrió con ternura. -A ver princesa, ¿No te pone feliz el regreso de tu mejor amigo?

-Claro Majestad, es la mejor noticia que he recibido en mucho tiempo. El problema es que... no me gustan las fiestas.

Ella rió al ver mi cara desolada. -No entiendo, unos años atrás amabas venir a las fiestas del castillo y hacer travesuras. No permitías que nadie se acercara a mi hijo. ¿Recuerdas?

LAS CARTAS DEL DUQUEKde žijí příběhy. Začni objevovat