⚔Capitulo 4: Evaluación

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-Es un poco enérgica -admitió mas tranquilo y la tensión de la desconfianza se disolvió.

-¿Estas bien? -pregunte luego de un rato.

Si algo se me daba era analizar a las personas y las ojeras, la ligera palidez que contrarresta su tono cálido y tostado y toda la paranoia no eran normales.

-Yo debería preguntarte eso -frunció el ceño manteniendo una sonrisa confundida aunque el destello de miedo se vio en sus ojos.

-No... nos conocemos claramente -señale obvia- Pero soy una excelente amiga y si.. necesitas sabes... hablar -señale algo nerviosa y lo vi sonreír enternecido haciéndome poner mas nerviosa.

-Me encantaría hablar contigo Helena -admitió acomodando de nuevo los mechones de mi cabello, sentí una ligera presión en el pecho.

Me iba a desmayar seguro.

-Me encantan tus ojos debo admitir -murmuro un poco mas cerca y trague seco mirando sus labios unos microsegundos antes de ver sus ojos pero por como sus sonrisa creció se que lo noto.

-Seguro se lo dices a todas -entorne los ojos con ligero nerviosismo intentando bromear para rehuir del cumplido.

Ahora su vista baja a mis labios y una muy engreída sonrisa adorna mi rostro, pero luego lo veo mirar hacia otro lado y frunzo el ceño cuando su rostro se vuelve serio.

-Descansa y no dejes que estos mounstruos te ganen Lena -pidió con una sonrisa algo tensa antes de voltear.

Algo decepcionada y con un atrevimiento que no sabia que tenia, tome su mano deteniéndolo y antes de que preguntara bese su mejilla muy cerca de sus labios y tan lento como él en el desfile.

-Descansa Finn, tampoco dejes que los mounstruos te ganen -murmure sonriéndole honestamente antes de volver y morder mi labio con una gran sonrisa como si fuera una niña.

Quería saltar y celebrar, pero seguro me estaba mirando y esos movimientos le quitarían tensión y drama a mi despedida.

Camine sintiéndome intocable hasta que descubrí que hizo que Finnick se marchara.

-Papá, hola -salude esperando que no me hubiera visto pero la respuesta era obvia.

-¿Odair, enserio?

-¿Cual es su problema con Finnick? -pregunte cansada de esa pregunta.

-Sabes bien lo que hace -alzo una ceja haciéndome suspirar molesta.

-No por que quiere, no es su culpa, eres muy injusto -contradije molesta y cuando iba a acercarse me aleje- Volveré sola, descansa padre.

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Segundo día de entrenamiento.

Desperté... Animada.

Extrañamente imperturbable a pesar de todo, pero no dejaría que me vencieran, era hija de una vencedora, soy parte de un linaje de vencedores.

La confianza lo es todo y no me permitiré estar triste, sé que puedo hacerlo y lo hare.

Salgo decidida y perfectamente arreglada, tomo mi desayuno rápido y salgo apresurada hacia el centro de entrenamientos, soy como la tercera en llegar y no pierdo el tiempo.

Redes, entrenamiento de supervivencia, entrenamiento con mis dagas y mantener la unión con el grupo de los profesionales...

Honestamente no me interesaba mucho formar parte de ese equipo y cazar a los demás tributos, pero tenia protección y eso me era suficiente.

Fenix ~ Los Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora