Por un beso...

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Se inclinó a besarla, pero sus labios rozaron los de ella apenas un segundo. En seguida los deslizó hacia abajo, calentándole la piel con una estela de besos hasta que sus labios encontraron su pecho.

– ¡Aaah! ¡Jack! –gimió ella.

Elsa sintió como una oleada del placer más puro la recorrió por todo su ser. Le tomó la cabeza a Jack, hundiendo los dedos en su cabello blanco y liso, acercándolo más a ella. Las manos de él parecían estar en todas partes, dudosas pero a la vez seguras, como si la conociera desde siempre.

Ella se tomo el derecho de quitarle la corbata a Jack, para después pasar a desabrocharle los botones. Las manos le temblaban con cada botón. Impaciente, Jack, se sacó la camisa rápidamente.

Él se tendió a su lado y la apretó a él para besarla. Hundió sus manos en su pelo, sintiéndolo. Ella apoyó una mano en su pecho y comenzó a explorárselo, deslizándola por su piel, palpando los contornos de sus músculos. Y qué músculos.

Bajó la mano por su costado hasta la cadera y siguió con las yemas de los dedos trazando una línea por el borde de sus pantalones. Y sintió la reacción en él.

Le vibraban los músculos donde se los tocaba, y cuando continuó por su vientre, por esa parte que quedaba entre el ombligo y la cinturilla del pantalón, él retuvo el aliento. Ella sonrió, sintiéndose poderosa y muy, muy femenina.

– ¿Te gu-gusta e-eso? – susurró nerviosa, haciéndole un círculo con el índice alrededor del ombligo.

– Mmm– musitó Jack, con la voz tranquila, pero con la respiración agitada. Con el dedo siguió la línea de vello hacia abajo.

– ¿Y esto? – Él no dijo nada, pero sus ojos dijeron sí.

– ¿Y…?–

– Suelta los botones– dijo él, con la voz ronca.

Elsa se avergonzó. Nunca pensó que ella podría a hacer eso. Él le tomo la mano y se la guió hasta los botones.

Con los dedos temblorosos, ella desabotonó el primero, pero no bajo el cierre. Eso era algo que no estaba preparada para hacer.

Jack pareció percibir su renuencia y con gran agilidad se quitó el resto de la ropa. Ella desvió la mirada, al principio.

– Dios mío–

– Tranquila– la besó muy dulcemente en los labios para darle seguridad.

En un instante le estaba acariciando el interior de los muslos y al siguiente se los había separado y le estaba acariciando el lugar que ella jamás se había tocado. Ella gemía solo para él. Se le arquearon las caderas, y no supo qué hacer. No sabía qué decir. Y de un tirón le quitó las bragas negras con encaje.

– Te haré el amor– dijo Jack, rozándole la oreja con los labios.

Y en ese momento, Jack le introdujo un dedo en la abertura. Jugando con ella. Preparándola.

– ¡J-Jack!- Elsa gritó de placer

Se incorporó y se posicionó encima de ella. Continuaba torturándola con los dedos, pero tenía la cara sobre ella, y ella se sumergió en la profundidad de sus ojos azules.

– Jack...– susurró, sin saber qué quería decirle.

– Elsa...–

Él acomodó los muslos entre los de ella, y entonces ella sintió su miembro tocándole la abertura, grande, vibrante, exigente. Él seguía con los dedos entre ellos, abriéndola, preparándola para su miembro.

Hermoso Error- JelsaDove le storie prendono vita. Scoprilo ora