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Corrimos unas cuadras en dirección a la casa de Nicolás ya que era la más cercana, detrás nuestro iban 3 payasos, uno con un machete, otro con un martillo gigante y el ultimo con un lanzallamas, estos eran bastante veloces ya que iban casi pisándonos los talones. Cuando pude ver la casa pensé estábamos a salvo y corrí más rápido arrastrando a mis amigos, al llegar le pedí las llaves al dueño de la casa y entramos para cerrar con llave y ponernos a trancar todas las entradas posibles a gran velocidad, con miedo y adrenalina corriendo por nuestros cuerpos; al terminar nos quedamos parados mirando la puerta y tratando de recuperar el aire, rezando para que lo que utilizamos para trabar las entradas funcione.

Por unos minutos no se escucho nada y pensábamos que se habían ido, respiramos tranquilos, todo se había acabado. Pero que equivocados estábamos... el payaso del machete empezó a romper las trabas de la ventana de adelante de la casa y el miedo otra vez nos inundo, pero no sé en qué momento desapareció Nicolás y volvió con dos bates de beisbol y un cuchillo grande de carnicero entregándonos los bates a Cristhian y a mí. No era la gran cosa lo que podríamos hacer con unos bates y un cuchillo sabiendo las armas que tenían los que estaban afuera pero al menos no moriríamos como unos cobardes, le íbamos a dar pelea a esos malditos payasos aunque el miedo nos carcomía los huesos; luego de unos minutos el payaso logro romper la puerta y nos vio para seguidamente sonreír de una forma muy escalofriante.

Nosotros alzamos nuestras armas en señal de pelea y los payasos tan solo se reían, y es que la situación era demasiado patética; que haríamos tres chicos universitarios equipados con unas armas de mierda contra unos payasos psicópatas armados y con sed de sangre. Ellos comenzaron a acercarse peligrosamente, nosotros alzamos nuestras "armas" una vez más tratando de intimidarlos y que se vayan, lo cual obviamente no funcionaria; los payasos se acercaban mas, yo fui a por el del cuchillo, Nicolás a por el del machete y Noah por el del lanzallamas. Dimos lo mejor de nosotros, Cristhian logro desmayar al del machete y yo herir bastante al otro payaso del cuchillo, poco después se levantaron como si nada y cuando nos estaban por atacar otra vez pude visibilizar las sirenas de la policía; estos entraron y usando su tazer lograron inmovilizar a los tres payasos para seguidamente esposarlos.

Luego de esposarlos y asegurarse que estuviésemos bien se llevaron a los tipos, al parecer eran unos locos muy peligrosos que se habían escapado de un psiquiátrico de la ciudad; nos llevaron a la comisaria para declarar sobre lo ocurrido. Al final nos dejaron ir, todos estábamos muy asustados por lo sucedido y prometimos nunca jamás volver a hablar de tan horrible suceso; aunque desde ese día todos los días sueño con esos horrendos payasos, siento que alguien me mira desde la oscuridad de la habitación y juro que puedo ver sus ojos brillosos y la nariz roja.



                                                                FIN 

"La noche de los payasos"✔Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ