Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)

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—Les diré. —repitió, casi fuera de la puerta. Suspirando con alivio, se encaminó hacia la enfermería a un paso lento, luchando contra el impulso de lanzarse de cabeza en una pelea de bolas de nieve que los Hufflepuffs estaban teniendo contra los Slytherins con la espuma.

Parecia que la fuerza del hechizo estaba creciendo — más burbujas emanaban de los baños, y si no se equivocaba, se estaban volviendo más grandes. No tenía idea donde Sirius, James y Peter estaban en ese momento, pero sabía que debían estar disfrutándolo inmensamente.

— ¡Remus, querido! —Madam Pomfrey sonrió mientras entraba a la enfermería. —Gracias por pasar—sé que preferirías estar pasando el tiempo con tus amigos hoy.

Él se encogió de hombros con una pequeña sonrisa,

—No me importa.

—Solo unas pocas cosas antes que empiece el verano, ¿deberíamos ir a mi oficina?

El la siguió, aceptando el plato de galletas que ella le ofreció, agradecido — su estómago estaba rugiendo por haberse perdido el almuerzo.

—Ahora, —Madam Pomfrey se sentó, conjurando las notas de sus pacientes desde el aire, —he intentado contactar a tu Matrona de St Edmunds unas pocas veces…ella parece no comprender como funciona el correo. Sigue tratando de hacerme hablar con ella por un artilugio muggle. Le dije, que nosotros no tenemos un tele-bono en Hogwarts, pero al parecer no me cree…

—No, —Remus aguantó la risa, —no lo haría.

—De todas formas, entre nosotras hemos logrado acordar que me presentaré antes y después de tu confinamiento para ambas lunas llenas. Le expliqué que tu condición se ha vuelto…más difícil durante este último año, pero que no debería ser un peligro para nadie más en la escuela.

—Claro. —Remus asintió. Ahora que estaba acostumbrado a la idea, estaba bastante agradecido de que Pomfrey estuviera ahí, aunque brevemente, durante las vacaciones. Haría las lunas llenas ligeramente menos severas, de todas formas.

—Quiero que te asegures de cuidarte durante ese tiempo. Comer todas tus comidas, y descansar y ejercitarte de forma balanceada.

Remus no tenía el corazón para decirle a Madam Pomfrey que no dependía de él cuando tenía permitido descansar o cuan seguido ejercitar mientras estaba viviendo en St Edmunds. Nadie en Hogwarts parecía entender que tipo de institución era.

Después de eso, ella revisó algunas de sus heridas de la luna anterior para asegurarse que estuvieran cicatrizando de forma correcta, luego realizó algunos hechizos diagnósticos. Eran casi las cuatro de la tarde cuando estaba caminando de vuelta a Gryffindor por lo que pareció como la milesima vez ese día.

Filch no había tenido éxito en domar la espuma, pero por lo menos había dejado de salir de cada grifo y drenaje del castillo. Los otros debieron haberse aburrido y seguido con otra cosa. Mientras Remus subía la torre, vio a unos pocos estudiantes volando pasando por las ventanas en sus escobas. Era un hermoso día afuera, los otros merodeadores probablemente estaban afuera aprovechándolo al máximo también.

Quedó en shock cuando alcanzó el dormitorio.

—Hola Moony, —James le sonrió. Estaba solo, en el lado de la habitación que le pertenecía a Sirius. Estaba empacando. —Buen trabajo con los paraguas.

—Si, bien hecho con la espuma. Filch está echando humo. —Rascó su nuca, sintiéndose incómodo, — ¿Dónde está Sirius?

—Haciendo algo demente en su escoba, creo. Pensé que arreglaría sus cosas por él.

— ¿Quieres ayuda?

—No, no te preocupes. ¿No querías leer un libro o algo?

Remus se encogió de hombros. Se sentía un poco avergonzado ahora. Parecía correcto que James lo hiciera, después de todo — James era el mejor mejor amigo de Sirius.

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