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El último sueño.

1972

Tom

De nuevo aquel campo verde. Ella estaba parada vistiendo un precioso vestido azul, su cabello negro brillaba bajo el sol y sus ojos verdes me miraban con tristeza.

-Es bueno verte de nuevo, princesa-dije sonriendo. Era la única felicidad que me quedaba. El amor de mi vida y mis hijos habían muerto hace años y ella era mi única felicidad después de eso.

-Si, supongo-murmuró encogiendose de hombros.

-Tessa, Estas bien-pregunté al notar su tono apagado.

-Creo que es hora de que me valla-dijo viendome con los ojos cristalizados.

-Qué?-pregunte confundido.

-Ya has superado la muerte de tus hijos y mamá, creo que es hora de que superes la mía también. Conmigo apareciendo en tus sueños nunca lo lograrás, por eso creo que es mejor decir adiós de una vez por todas-Dijo. Sus palabras eran profundas y maduras para una niña de siete años.

-No, no me hagas esto, por favor no, te prometo lo que sea, pero por favor no te vallas-rogué de rodillas con lágrimas en los ojos.

-Lo siento, me tienes que dejar ser libre. Dicen que si amas algo, tienes que dejarlo ir- dijo con la voz quebrada.

-Tessa, por favor, te lo ruego, no me dejes- susurré en un último intento de que no me dejara.

-Prometeme que seguirás adelante-susurró.

-Lo prometo.

La refugié entre mis brazos apretándola con fuerza.

-Te amo, papi-murmuró contra mi pecho.

-Yo también, princesa-susurré y la sentí desvanecerse entre mis brazos.

Desperté sudando y sintiendo las lagrimas saladas correr por mi rostro. Estiré mi brazo buscando a alguien, pero el lugar a lado de mi estaba vacío, me levante de la cama buscándola y me derrumbé. De nuevo había olvidado que había muerto hace cinco años.

Me sentí vacío al darme cuenta de que ya no volvería a ver a mi pequeña Tessa, jamás.

Un fuerte sollozo salió de mi garganta, me sentía solo, después de todo, Tessa era quien alegraba mis días, mi pequeña felicidad. Y ya no estaba y no volvería nunca.

Me paré del suelo y jale de mi cabello con frustración, el aire empezó a ser pesado impidiendo que entrara a mis pulmones. Oh no, estaba sucediendo de nuevo.

Un ataque de ansiedad.

Intenté respirar fracasando en el intento, empecé a caminar buscando la tranquilidad y el oxígeno que no llegaban a mi.

La imagen de ella llegó a mi cabeza.

"Respira y exhala"

Repetía las palabras que ella solía decir para ayudarme a calmarme cuando me daba un ataque.

Poco a poco me empece a tranquilizar dejando al oxígeno entrar a mi cuerpo.

Empecé a llorar desconsoladamente contra el colchón de mi cama abrazando a una almohada.

Con el tiempo conseguí dos compañías, eran inseparables, como mejores amigas, que me seguían a todos lados todo el tiempo hasta el último de mis días.

La soledad y la tristeza.


. . . . . . . .

Sorpresa!

Llevaba semanas pensando en esto y simplemente no salía la idea de mi cabeza, y me dije a mi misma "Por que no lo hacemos?" Y las palabras fluyeron cuando empecé a escribir. En fin solo quería darles esta pequeña sorpresa, y prepárense por que pronto vendra otra.











Atte: Escritora.

 𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 ||Tom Riddle|| #2Where stories live. Discover now