Desear es algo tan natural en el ser humano, tanto que todas nuestras acciones están basadas en deseos. Algunos de ellos son puros y legítimos, otros más un tanto egoístas y en ocasiones existirán aquellos que simplemente no podrán ser comprendidos. Aunque el porcentaje de los que veremos convertirse realidad a lo largo de nuestra vida es casi nulo, lo cuál constantemente nos proporciona una sensación de frustración pero en ocasiones sería sabio sustituir la frustración por gratitud, tal vez suene ilógico pero habrá momentos en los que hay que agradecer que no todos nuestros deseos se realicen, momentos como este....