Erik no es el único que ha tenido que despedirse de su familia para ir al frente, ni tampoco será el último. La guerra asola en todo el mundo y todo hombre capacitado tiene el deber para con su patria. Muchos contarán su experiencia en el campo de batalla, o puede que lo hagan otros por ellos. Contarán sus miedos, sus pesadillas y los horrores vividos. Tal vez lloren la muerte de un ser querido o tal vez abracen a alguien a su regreso. Serán condenados y juzgados, vistos con odio o lástima, caminando entre la muerte y la vida sin destino alguno. Una sola guerra contiene miles de testigos. Esta es la historia de uno de ellos.