Capítulo 17: Bonnie. Maratón (1/3)

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Me tiré al piso y James me cubrió con su cuerpo de los fragmentos que volaban, no estaba segura de que era los fragmentos pesados, si partes de la casa o cosas que habían tirado, y no alcanzaba a ver por el humo que se negaba a disiparse.

-Mierda- oí decir a James entre la bulla que nos rodeaba, gritos y más explosiones.

-Hay que salir de aquí- dije y tosí por el humo.

-Los ayudaré- dijo una voz femenina a mi lado, la conocía, la había escuchado en la enfermería de la facultad antes de despertar. La mujer me tomó del brazo para levantarme pero James me cubría dejando descansar parte de su peso en mí, no me dejaba levantarme.

-¿Otra vez tú? No- dijo James que había dejado de cubrirme y pararse a hacerle frente a la dueña de la voz. Tosí.

-Aún no es una Eterna por completo, este humo la hiere- dijo la voz femenina -Déjame ayudarles, soy su amiga, la puedo proteger- añadió y hubiera quedado con la boca abierta de sorpresa si no estuviera ocupada tosiendo.

-¿Amiga? Más bien creo que esos cazadores te contrataron para alejarla de esto, malditos cazadores- gruñó James.

-He renunciado, y si quiera pruebas puedes preguntarle a Daniel que está detrás de todo esto tratando de llevarse a Bonnie, ha invocado a varios demonios, en cambio yo la quiero sacar de aquí pero no estoy con él ni con los cazadores, estoy de parte de ella- finalizó la voz y James me tomó de un brazo y me levantó.

-Iras con ella, pero yo iré por ti, no te preocupes- susurró a mi oído con ternura. Asentí y la mujer me tomó del otro brazo y me arrastró en dirección contraria

-James...- susurré pero ya estaba bastante lejos para que me escuchara. Realmente lo quería a mi lado.

Salimos por el jardín al patio trasero donde el humo no llegaba, se nos dificulto ya que a veces fragmentos caían delante nuestro. Respiré pesadamente recuperando el aliento, me senté al pie del árbol de flores verdes, sus raíces me reconfortaban y por alguna razón me ayudo a recuperarme más rápido de ese humo.

-¿Estarán bien?- pregunté llena inexplicablemente de energía.

-Sí, se saben defender bien, pero tengo que ir a ayudarles- dijo la mujer que me estaba dando la espalda y apoyada en sus rodillas, como si le dolieran los pulmones se palpaba el pecho ya que perdía de vista sus brazos.

-¿Quién eres?- pregunté y volteó, abrí la boca para gritar pero nada salió de mis labios -Noah-

-Sí, larga historia, como habrás notado no soy española y tampoco mortal- dijo en forma de disculpa.

-¿Qué eres? Y ¿Daniel? ¿Qué hay de las mentiras? ¿Por qué me mentiste? ¿Trabajabas para Raquel y Samuel? ¿Me buscan? ¿Estos Eternos que me han estado protegiendo están en peligro por mí?- lancé todas las preguntas que se me ocurrieron.

-Sigues siendo la Bonnie que conocí, no te cansas de preguntar, me alegra saber que hayas descubierto de nuevo a los Eternos no te cambiará- dijo y volteé los ojos.

-Responde- exigí.

-Tengo que ir a ayudarles- repuso e iba a avanzar hacia la casa.

-Ellos pueden con Daniel sin ti- afirmé.

-Sí, tienes razón- dijo rindiéndose y sentándose en el césped.

-Contesta-

-Una pregunta a la vez- dijo e hizo un gesto con la mano para que prosiguiera.

-¿Qué clase de Eterna eres?-

-Un hada- respondió.

-¿Qué? ¿Cómo es posible que tengas el tamaño de un humano corriente?- esto era bastante confuso.

Eternos II - Desnuda Tormenta (Secuela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora