Sword Art Online Vol.1 Cap.16.5

—Ah… oh… mm…

Cada ocasión en que mi dedo se movía, el cuerpo de Asuna se estremecía y de su boca salía un suave gemido. Luego de acariciar todo su cuerpo, puse el dedo de mi mano derecha bajo su pequeño mentón y levanté su cabeza. Con mi dedo índice izquierdo, tracé diligentemente una línea sobre sus mojados y brillantes labios color cereza.

—No… no sólo… tu dedo…

Una ligeramente sonrojada Asuna abrió un poco sus ojos y me miró, suplicante.

—Bésa…me…

—…

Acerqué mi cabeza hacia ella en silencio. Los labios de Asuna estaban levemente separados, como si no pudieran esperar más. Pero, en vez de juntar nuestros labios, tenté suavemente su labio inferior con la punta de mi lengua.

—Mm…

Como si me buscara, Asuna sacó su lengua, pero me contuve y me moví para evitarla antes de tocarla apaciblemente con la punta de la mia.

—Ah, mm… ah…

Asuna dejó salir un sonido irritado de expectación y necesidad mientras metía abruptamente mi lengua en su boca.

—¡Ah… mm!

Moví violentamente mi lengua.

Los sentidos táctiles en SAO están, tal y como el sentido del gusto, pre-programados de acuerdo a la situación. Cuando tomas en cuenta esto, entonces la única conclusión a la que se puede llegar es que “la sensación de un beso profundo” debe haber sido programada. (Bueno, no es como si lo hubiera experimentado alguna vez en la vida real, pero…) Una indescriptible y fascinante sensación invadió mis nervios.

Mi lengua se entrelazaba con la de Asuna y yo la absorbía con fuerza como si estuviera sintiendo toda la fuerza salir de su cuerpo. Sus ojos estaban húmedos y confusos, respiraba erráticamente, y cuando saqué mi lengua de su boca, procedí a lamer hasta debajo de su cuello, detrás de su oreja y por el hueco superior de la clavícula.

Cuando eventualmente alcancé los suaves valles que conformaban la cima de sus pechos, los cuáles habían estado escondidos hasta ahora, todo su cuerpo saltó y se retorció. Sus brazos se sujetaron entre sí con más fuerza y sacudió su cabeza de un lado a otro.

—Asuna… mueve tus brazos…

—P…Pero…

—Quiero ver tus pechos, Asuna.

Atrapé sus muñecas que estaban cruzadas entre ellas y las tiré, separándolas, mientras lamía y succionaba lentamente mi camino hacia la cumbre de su blanco seno el cual estaba siendo revelado poco a poco.

—Ah… No…

Los brazos de Asuna estaban por fin a cada lado de su cuerpo, y sus cumbres gemelas se encontraban frente a mis ojos. Los pechos, que habitualmente estaban escondidos tras los holgados ropajes de caballero y su coraza, eran más grandes de lo que había imaginado… eran exuberantes y sobresalían marcadamente. En su parte más alta había un par de pezones que eran difíciles de diferenciar de las áreas vecinas, parados impertinentemente en una forma cónica. Lamentablemente toda la habitación estaba bañada en el resplandor azul de la luz de la luna y…

—Asuna, prende la luz.

—Qué… no… no lo haré–

Aceptando la negación de mi petición, succioné su pezón izquierdo con mi boca.

—¡¡Ah!!

Ignorando la estridente voz que Asuna dejó salir ante el repentino ataque, masqué la dura protuberancia con mis labios mientras mi lengua rodaba alrededor de la rígida punta.