En lo más hondo.

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Bueno, no estaba muy segura de si publicar algo, pues hace poco empece a escribir. Agradezco comentarios buenos y malos. =)

Silencio, un sepulcral silencio me rodea. Todo a mí alrededor me es tan conocido que no le presto atención. Tic-Tac se oye de fondo haciéndome saber que aún estoy aquí, que no he desaparecido, que no soy una sombra.

La soledad me abraza, con un apretón tan fuerte que apenas respiro. Ya no oigo la lluvia caer, el viento soplar o las olas romper. No hay nada.

Me planteo cómo he llegado a esta situación. En que punto de mi vida caí tan profundo que la simple idea de mirar hacia arriba me resulta ridícula.

¿Quién soy? ¿Dónde estoy? Son preguntas que he dejado de plantearme desde hace mucho tiempo y de las cuales no tengo interés en saber su respuesta.

Alzo la vista y observo mi reflejo, y no reconozco a la persona ante mí. Esa vitalidad que algún día hubo en mi mirada se apagó cual farola en una oscura noche de invierno. Solo observo un rostro inexpresivo, sin nombre y entra en mí un terror de consciencia de la realidad. No hay salida.

Salgo de mi apartamento con un peso en mi bolsillo. No se a donde voy ni donde me dirijo, mi vacío cuerpo camina por inercia y me doy cuenta de que he llegado a un parque y observo todo a mi alrededor.

Hay niños alrededor jugando y adolescentes reunidos e inmediatamente los envidio. Oigo sus risas, veo sus correteos, su despreocupación por el mundo que les rodea. Esa felicidad casi inagotable que se siente cuando uno es pequeño, imaginando, soñando… Teniéndolo todo en la vida.

En ese momento es cuando aumenta mi desasosiego y mayor es mi consciencia de que mi vida esta vacía. Apenas recuerdo la última vez que sonreí o que besé. Solo hay oscuridad en mi interior, una terrorífica oscuridad donde se oyen ecos de una voz que pide a gritos que la salven, pero es tarde.

Cada vez noto con más pesadez el objeto que tengo en el bolsillo de mi chaqueta como si quisiera llamar mi atención. Sin darme cuenta ha pasado el tiempo y me encuentro solo en el parque ante un hermoso crepúsculo y ante tal belleza pienso que es la hora. No tengo porque aguantar más esto, ¿o si? ¿Debería replanteármelo todo? ¿Buscar sin cesar esa luz que ilumine mis tinieblas?

Saco el arma que tanto me ha acompañado estos últimos años y me planteo si es la mejor salida. ¿Estará cargada? Supongo que será ella la que decida mi destino. Me apunto a la sien y teniendo como mi posible última imagen la hermosa puesta de Sol, sonrío y aprieto el gatillo.

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