Bed of Lies [Proyecto HipHopRapFem]

Adiestramiento crítico

Golpeó mi vientre con su rodilla, tratando de colocarse en otra posición mejor para penetrarme con mayor fuerza, la cama chirrió debajo de nosotros; el hotel barato donde nos hospedábamos no era el mejor por lo que el polvo sobre el lecho de una plaza donde estábamos recostados, cayó al suelo al compás de los movimientos que Jony pronunciaba sobre mí. En la noche quedarían marcas en mi piel donde él había pasado sus manos para acariciarme celosamente.

Acabó con un grito furioso dentro de mi cuerpo. Sentí cómo se le arqueaba la espalda en dos mientras pronunciaba el nombre de otra mujer, aquella que tantas veces había inundado nuestra cama como un fantasma, alguien a quien no conocía pero que era tan importante para él… ese alguien que tanto había rondando en nuestra pareja, porque Jony veía su fantasma por todos lados cuando estamos juntos. Ella le había roto el corazón; ahora necesitaba amor para poder curar esa herida, pero no parecía ser suficiente el amor que yo le daba.

Comenzó a alejarse, dejándome sola en el lecho oscuro de la habitación barata que se encontraba en medio de la ruta de camino a Nueva York. Su cuerpo desnudo estaba envuelto en sudor refrescante. Su calor corporal se había alejado, dejándome a la intemperie del frío desolado de lo desconocido.

—Vístete rápido. Tenemos que continuar viaje si queremos llegar mañana por la mañana. Iré con los demás al bar del hotel. —Subió la bragueta de su jean, se colocó la camisa a cuadros que le había regalado su mejor amigo, Frank, hace años, y salió de la habitación con un portazo a sus espaldas, haciéndome pegar un brinco sobre las sábanas con olor a sexo rápido.

Asentí con miedo, pensando en qué hacer a continuación. Observé mi cuerpo desnudo, sintiendo cómo el viento de la mañana corroía mi piel desnuda. Mi vestido negro, junto a mis botas, descansaban en el suelo. Jony me los había quitado bruscamente, como la mayoría de las veces. Su maltrato empeoraba pero sabía que lo merecía. Él era demasiado hombre para mí, una pobre niña de escuela privada que sólo quería recorrer el mundo. Jony me había dado todo lo que yo quería: un escape, una aventura y un amor. Todo en mi vida había sido gracias a él. Desde que lo había conocido, mi vida entera había cambiado, había conocido personas nuevas, viví experiencias y vi cosas que jamás nadie podría siquiera imaginar.

Me paré, me vestí. Fui hasta el baño, miré las paredes cubiertas de humedad que parecían sonreírme ante la expectativa de un nuevo día; en el espejo mis ojos lloraban una canción que jamás cantaría en voz alta: la del sufrimiento. No sabía qué me estaba pasando, era feliz por primera vez en la vida y, aun así, sentía un amargo peso en el pecho que desintegraba mi sonrisa día a día, enmarcándola con una mentira que todos parecían creer.

Me regañaba a mí misma, esto era todo lo que merecía: un gran premio tiene por detrás un gran precio. Jony me había liberado de mi monótona vida, pero debía aceptar sus besos en forma de golpes por no poder ayudarlo yo a él a escapar de su propio amor enfermizo. Me observé la sombra violácea que rodeaba mi ojo derecho, hacía ya tiempo la tenía allí, era el recuerdo de la noche del martes anterior, cuando Jony había vuelto borracho del bar. Tomó de mis cabellos, acorralándome contra la pared; recuerdo sus manos, como tantas otras noches, abarcando con brusquedad todo mi cuerpo sin escrúpulos ni restricciones. Por último, me usó como un juguete sexual hasta que se cansó, dejándome tirada en la cama, mientras veía las estrellas. Allí era donde terminaban siempre nuestros encuentros: en la cama. En ese lugar yo me volvía sólo un pedazo de carne, él me llamaba por otro nombre y ahí era donde yo me encontraba más feliz ya que él lo era.

Salí de la habitación con la frente en alto, la marca del golpe había sido provocada por mí misma, por culpa de no poder ayudarlo con su problema con las bebidas aunque muchas veces había intentado hacerlo, sin éxito alguno.