Capítulo 1

14.6K 661 52
                                    

Cuatro años después 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuatro años después 

Capítulo 1

Aurora Flecher

La lluvia se estrellaba fuertemente contra el ventanal de mi habitación mientras me encontraba cubierta de pies a cabeza con una cobija.

Mis ojos captan como una pequeña mano tomaba el control del televisor lentamente —¿Qué quieres ver? — le pregunto al niño de tez blanca, cabello oscuro como la noche y ojos azules.

— Netflix — contesta.

Mi hijo comenzó a pasar los canales y tiró un enorme grito al ver al hombre con el que comparte lazos de sangre y rasgos físicos, en uno de los canales — ¡Mí papi! — Gritó mientras una sonrisa decora su rostro.

Llevé los ojos hacia la pantalla y reí al ver a mi hijo alegre — ¡Mira, mira! — señaló el televisor — Ahí dice que fue a Argentina ¡mira mami! ¡mira! — me dijo.

Suspiré e intenté dejar de lado lo que me dijo y por segunda vez pregunté — ¿Qué quieres ver?

—Veré a mi papi — respondió feliz.

Sonrió— Está bien — lo miré — ¿Quieres chocolate caliente? — volví a preguntar.

— No — negó.

— ¿Quieres té? — inquirí.

— No — volvió a decir.

— ¿Quieres leche caliente? — pregunté para molestarlo.

Aleph me miró con el ceño fruncido y dijo — Sabes que no me gusta.

— Ajá — dije.

Me reí al recordar que mi niño no quiere tomar leche desde hace unos meses para acá.

— ¿Por qué no te gusta la leche?

— Eso es para bebes — contestó y eso logro que comenzara a reír como loca — Y yo ya soy un hombre.

— Pero eres un bebe — tomé su carita — Mí bebe — lo acaricié.

— ¡No! — gritó.

— Voy a hacer chocolate — anuncié saliendo así de la cama.

— ¿Dónde está el control blanco? — preguntó mi hijo antes de irme.

— Ahí — señalé la mesita de noche — ¿Qué vas a hacer?

— A encenderlo — contestó — tengo calor — lo miro extraño.

Vi como las gotas de lluvia se resbalaban por el cristal de la ventana, hacía frio.

— ¿Cómo puedes tener calor? — pregunté y a la vez me arreglé la sudadera que tenía puesta.

Aleph no respondió a mi pregunta, lo cual me hizo confirmar por milésima vez, que a mi pequeño y travieso hijo no le gusta que se le pregunte o se le busque conversación si este no decide buscarla por sí mismo, además de que es de muy poco hablar (a veces), es muy selectivo en cuanto hacer amigos se trata.

La Sombra del Magnate © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora