Capitulo 1

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Relación con Dios - El fundamento del líder

¿Qué tienen en común los siguientes pasajes bíblicos?

Mateo 14:13 y 23; Marcos 1:35, 3:7, 3:14, 6:31-32, 6:46; Lucas 9:10; Juan 6:15; Salmos 5:2-3, 55:17, 63:1; Isaías 26:9.

La manera en que un líder sigue a Dios siempre es más importante que la manera en que un líder guía a la gente.

La inmediatez y las presiones cotidianas pueden desenfocar a un líder en su relación con Dios. El gran desafío es mantenerse enfocado en lo realmente importante y deshacerse de aquellas cosas que no lo son. Mateo 6:33 dice: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia (...)". Orígenes de Alejandría, refiriéndose a este texto, escribió: "Busquen las grandes cosas, y las pequeñas, les serán añadidas".

Kevin Mannoia y Larry Walkemeyer, en su libro Quince características de los pastores efectivos, dicen: "Hasta que un líder despierte al amor apasionado de Dios para buscarlo diariamente, él sufrirá de anemia relacional que mina la energía de su ministerio. Sin embargo, si un líder vive en la cascada constante de amor que fluye del corazón del Padre, una inquebrantable fuente de poder espiritual se pone en acción. La gente percibe si las acciones están fluyendo de un amor al ministerio, un amor a la posición, un amor a sí mismo o de un amor profundo hacia Dios. Las personas respetan y con gusto siguen a un líder de quien claramente emana una pasión personal por Dios. En otras palabras, mientras más profundo y personal sea el amor a Dios, más fuerte será un líder".

David escribió: "Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan (...), nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres. Haz volver nuestra cautividad, oh Jehová (...)", Salmo 126:1-4.

¿Quiénes son los cautivos mencionados en el Salmo? Los que han perdido la presencia de Dios. David se duele porque ya no había pasión por su presencia. El pueblo se preocupaba por lo externo, es decir, por las actividades, los ritos y las fiestas, y había descuidado lo más importante: la presencia de Dios. Cuando se pierde el hambre por la presencia de Dios, el ser interior queda en terapia intensiva, la relación con Dios se vuelve micro y la actividad, macro.

La vida privada del líder

Moisés fue un líder sobresaliente. Su "grandeza" se debió a la relación estrecha con Dios que comenzó a forjar mientras estuvo en el desierto. Recordemos que Moisés vivió cuarenta años educándose en Egipto, cuarenta años pastoreando ovejas en el desierto y cuarenta años liderando al pueblo de Israel.

Ahora bien, Moisés nunca hubiera llegado a ser el líder que fue sin ese retiro del desierto. ¡Fue indispensable! Antes de entrar en él, era un asesino (Éxodo 2:12); después se transformó en el hombre más manso sobre la tierra (Números 12:3).

Para Moisés y para todo aquel que quiere ser un siervo útil, la comunión secreta con Dios y la educación que se recibe en su escuela y bajo su disciplina son irreemplazables.

Jesús comenzó su ministerio público después de estar con Dios en el retiro. Fue allí donde venció a Satanás (Mateo 4:1-11).

Después del retiro, Jesús eligió a sus discípulos y su primer propósito era establecer una relación de amor con ellos: "(...) Llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar", Marcos 3:13-14.

Lee detenidamente Lucas 5:15: "Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades". Este versículo tiene que ver con a su ministerio público.

Cómo ser exitoso a la manera de DiosWhere stories live. Discover now