MARÍA ÁNGEL

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Enero del 2016
Pensé que era una niña intentando crecer rápido, sin darme cuenta que no era la mejor decisión. Me sentía sola, no tenia el amor, ni la compañía a la que estaba acostumbrada a tener, cuando tan solo tenía 8 años.
Luego del divorcio de mis padres y el continuo cambio de ubicación; me vi afectada bruscamente. Al no dejarme guiar de mi madre, quien estuvo para nosotros cuatro siempre, me descarrile; no por las drogas, el trago o algún vicio, simplemente pensé que podía sola, daba pasos sin ver atrás, con la grande y descomunal inmadurez de una adolescente de quince años. 
Es allí donde pasa todo, en la deriva y la inexperiencia; se llega aún punto donde no tienes de donde cogerte o poder retroceder, ya el error esta y el daño causado mato toda la inocencia que tenía en mi cuerpo. Decidí simplemente dejarlo pasar, no darle importancia, puesto que mis padres y hermanos no estaban cerca, y tampoco les importaba que hacia o dejaba de hacer. Un pensamiento constante rodanba mi cabeza "no soy relevante para ellos", me mortificaba, entre tanta soledad y falta de dirección, deje que el tiempo pasará, doliera y marcará.

Yo no tenia idea de métodos anticonceptivos...

Repentinamente empecé a tener más sueño de lo normal, a comer muy poco, a tener desanimo sin razón; me aleje de una manera abrupta de todos,  sentía realmente estar sola. Aún no lo cuento, no lo saben, porque me duele, porque recuerdo cada día, latente y vivo en mi, ¿por qué somos tercos? ¿por qué no hacer caso?, y solo nos dejamos cegar por el "ya soy grande" .

Me canse de la situación enerve que me causaba la pelea con mi madre a diario. No nos mirábamos a los ojos, eramos desconocidas en una misma habitación; con los mismos genes, engendrada de sus entrañas, era su hija de carne y hueso, y aún no podía creer que fuese tan dura conmigo, quien era "la luz de sus ojos"...

Así fue como decidí en aquel entonces irme de casa. Pensaba que mi abuela era la mejor opción y que así como había querido a mis tíos lo haría conmigo. Con tantas lagrimas y ya teniendo más o menos un mes de embarazo, sin darme cuenta, llegué a casa de mi amada abuela, una mujer con carácter fuerte, llena de cicatricez en el alma, sola y sin amor; una mujer que trae consigo historia, machismo de unos 50 años atrás, y aun así velaba por sus cinco hijos, que le costaron lagrimas y sangre en sus mejillas.

-entonces pensé: "estaría mejor allá",
ahí en ese preciso momento si pensé con calma, como cuando el viento rosa los pelitos de tus brazos, así, con calma.

Emprendí viaje y al momento de llegar tenia más de 30 ojos encima, porque ya no reflejaba ternura e inocencia en mi rostro, cansada y triste por las adversidades que quizá yo misma busque.

Empecé a estudiar, mi abuela con su genio que parecía el incendio de chernobil, (aun así siempre he tenido la capacidad  de entender, de ponerme en los zapatos del vecino y ser paciente frente a todos los tipos de caracteres que tenemos los humanos).

Así fue, poco a poco mi panza fue creciendo, empezaron a verse las evidencias del embarazo. Recortando partes de cada detalle. Llegué a la etapa del tercer trimestre de mi embarazo, donde por fin sentí amor por esa pequeña perla que tenía dentro de mi vientre, empece a hablarle, a consentirla y a sentir amor de ese que todos hablaban pero que yo no veía, ni sentía...

Sábado, Octubre 15, 2016.

Entre a sala de urgencias con severos dolores abdominales y lumbares, recuerdo bien que mi tío Arles entro conmigo y su rostro de nervios me distraía del dolor, porque era como si fuese su primera vez en una labor de parto, pero el ya tiene dos hermosos retoñitos, su rostro me generaba ternura y un poco de paz
En cambio mi cara era otro escenario, cejas fruncidas, mejillas rojas y con la mano empuñada porque quería que se terminara el dolor.

transcurrió la esa semana como si fuese un mes entero, en bata y en una camilla, con frió y cambio de humor a la espera de que mi bebe estuviera en buena posición para empezar la labor de parto, tuve temor todo el tiempo, pero en las rutinas de las enfermeras me hicieron una ecografia para ver el estado de mi bebe, y no encontraban sus latidos, en ese preciso momento si sentí que le mundo se caía, hasta que mi pequeña se movió y sintieron sus pequeños latidos, respire y limpie mis lagrimas, tan solo esperaba el momento de ya verla..

Jueves, Octubre 20, 2016.
Hora: 4:45pm

Empezaron los dolores de parto
Todo encima mio, enfermeras y ginecólogos; haciendo rondas. Hasta que por fin me pasaron a la sala de parto, mi madre afuera esperando, ella recibía quejas sobre mi, por mí mal genio y el estrés que yo tenía encima, alcance a escuchar por el eco de las paredes que mi madre decía "déjenla quieta, ella no sabe como controlar lo que siente".
Así fue, recuerdo paso a paso todo, antes de que naciera, pero cuando llego el momento de que la tuviera en mis brazos, solo escuchaba todo en segundo plano; porque la veía morada sin respirar y tuvieron que hacerle extracción de fluidos para que pudiese respirar por si sola, ya luego me preguntaron qué si la quería ver más, y me la pasaron sobre mi pecho; era diminuta, sus ojitos grandes como siempre lo han sido, y sus pequeñas  manos rosaditas.
A ese momento de mi vida le llamo felicidad, de esa en la que no se tienen palabras para explicar o expresar como y lo que se siente.

Ese es mi Ángel, mi vida y mi corazón, quien siempre estará por encima de todo...

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⏰ Last updated: May 09, 2020 ⏰

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