Nunca es tarde para volver a empezar

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Marie era tan sensible como si de una reluciente orquídea se tratara, por otro lado, John era todo lo contrario, un ser rudo y frío, con grandes ojeras y aquel peinado tan peculiar que le hacía tan único en la ciudad, al parecer eran felices, aunque según indagamos, sólo es al parecer.

30 de Noviembre, San Andrés, Marie se disponía a hacer aquellos pasteles de carne que acostumbra a hacer a su hermana mayor Andrea para su santo, esta es una crítica gastronómica, que por circunstancias de la vida no ha tenido la oportunidad de ejercer, y por lo tanto le sirve de consuelo la valoración de aquellos tentempiés tan sabrosos e ideales para la merienda. Ya se derrumbaba el sol, el reloj de la nevera marcaba las 6.30.

-Debo irme, se quedaron tareas sin acabar, nos vemos mañana hermana, y por cierto, levanta ese ánimo anda, que a este paso, la menopausia va a acabar contigo, JAJAJA- rió y salió con un movimiento rápido por el portón de madera.

 Andrea se quedó unos segundos en silencio, analizando la frase que le había dicho su hermana, pero sólo duró unos instantes ya que de repente recordó lo que le dijo el psicólogo de pensar demasiado las cosas, y siguió limpiando el desastre que se había formado en el rellano, con todos los trastos viejos que su adorable golden retriever había sacado del desván. 

 - Míralo, con sus buenos 13 años, y con el espíritu siempre joven- Replicaba.

 Mientras tanto, Marie ya había llegado a casa, se encontraba apenas a 10 minutos de la de su hermana, y se dispuso a ordenar la pila de ropa blanca nuclear que lavó aquella mañana, todo parecía estar en calma, cuando se escucha un fuerte ladrido procedente de Tongo, un Pomerania, que su amiga le había dejado a su cargo mientras viajaba a Londres, de visita. 

- ¡Tongo, no me pegues esos sustos!- le dijo un tanto sobresaltada. 

El perro agachó las orejas con resignación y se tumbó. Al fondo se escuchaba el sonido de un montón de llaves moverse, no cabía duda, John había llegado a casa. Soltó el chaquetón de cuero en el perchero y se dirigió hacia la cocina, dónde desde el pasillo ya se podía otear a la dulce Marie con el rostro un poco pálido y fruncido.

 - ¿HAS HECHO YA LA CENA?- clamó

- No había empezado aún, vé a la ducha mientras tanto- respondió ella con apenas un hilo de voz.

 El señor cogió la bolsa de sales marinas con aroma frutal y unos mejillones y se dirigió con desdén hacia la bañera. Ya casi llena, decidió sentarse e intentar liberar endorfinas tras un duro dia de trabajo. Justo entonces, divisó a lo lejos unas motas de polvo justo en la esquina que limitaba la bañera y el bidet, y sin más reparo, se levantó de un salto y concluyó cruzando la esterilla beige que cubría el suelo de madera. Allí estaba ella, cocinando las patatas con judías que todos los jueves le preparaba. 

 - Hay polvo en la bañera, ¿Me oyes?, ¿No lo harás a posta?, creo que ya es demasiado por hoy que además de que no tengas la cena preparada, me encuentre una infinidad de polvo en las juntas, no vales para nada, que mala suerte tuve en acabar contigo, y encima te hago un favor, ¿O es que acaso tienes a alguien que pueda mantenerte?, INÚTIL.- expuso con un tono grave y arrogante. 

- Estoy harta de que bajes mi autoestima con tus palabras, si quieres que acabe esto, lo acabarás consiguiendo. Estoy harta de tí y tus frustraciones, harta de que no me valores, de que me haya tenido que ir del trabajo por tu culpa y encima me dices que soy yo la que está mantenida aquí, ¿No te das cuenta? Dejé mis estudios por tí, por irme a vivir contigo, aun trabajando en el oficio más austero en el que se puede trabajar, dejando mi vida atrás,¿y así me lo pagas?, tratándome todos los días como si fuera tu criada o incluso peor. ¿Y el niño qué? Crees que podremos sobrevivir de aquí a unos meses, con todos los gastos, sólo tu sueldo y un bebé. ¿Me despidieron, no te acuerdas? Soy incapaz de tolerar tantas faltas de respeto en un trabajo tan estresante. Quizá la tonta he sido yo por creerme tu estúpido plan y tus ridículas palabras.- Acabó. 

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⏰ Last updated: Dec 20, 2019 ⏰

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Nunca es tarde para empezar de nuevoWhere stories live. Discover now