PRÓLOGO

25 5 2
                                    

Un peldaño más, luego otro y así sucesivamente en medio de esta oscuridad. No sé cuanto tiempo llevo aquí, envuelto por las tinieblas, ¿años? ¿meses? ¿horas? ¿o puede que solo cinco minutos? Es imposible determinarlo con exactitud, parece que aquí el tempo fluctúe de manera diferente.

—¡Oye Jorge! —siento como mi garganta hace fuerza, siento que estoy gritando, pero, pese a eso, solo me sale un hilillo de voz de mi boca—. No sé a que estas jugando, pero ya lo tienes bien. O me contestas o me largo de aquí, tío.

¿Se puede saber que cojones hacemos en este sitio? Jorge me ha dicho que había encontrado un sitio perfecto para celebrar nuestra graduación en física. Un sitio discreto donde poder fumar unos pitillos y beber un par de tragos ajenos a la sociedad. Se nos considera unas eminencias en nuestro campo y según que cosas no las podemos hacer en público.

Cada paso que doy resuena por todas las escaleras, si mis cálculos son correctos debería de estar a centenares de metros debajo de la superficie, pero nadie construye un sótano tan por debajo. Aunque claro puede que simplemente este confundido y que no haya bajado tanto. Esta oscuridad es perturbadora y me confunde... como si estuviera viva y riéndose de mí.

—Vamos Lucas, que eres un físico teórico —me digo a mí mismo—. Bueno, ja me he cansado, me vuelvo para atrás, si quieres algo me llamas luego al móvil.

Me giro y el corazón me da un vuelco, no puede ser verdad lo que estoy viendo, debe de ser una ilusión óptica. Sí, eso debe ser. Escucho detrás de mi la voz de Jorge que me llama.

Me giro y en ese momento algo me golpea el pecho y consigo recogerlo entre mis manos. Noto un líquido espeso escurriéndose entre mis dedos. Una luz fantasmagórica ilumina el bulto que sostengo. Es la cabeza destrozada de Jorge mostrándome una mueca.

—No mires atrás —susurran los cadavéricos labios de mi amigo.

Doy un grito de terror y lanzo por el hueco de las escaleras la cabeza, inmediatamente, me doy la vuelta, pero algo con muchas cuchillas entra en mi campo de visión. Me llevo las manos al cuello y noto fluir mi propia sangre mientras mi consciencia se desvanece.

LAS ESCALERASWhere stories live. Discover now