II. Someday soon we'll be together.

159 19 2
                                    


Los personajes no me pertenecen, créditos a su respectivo autor.

———

II. Someday soon we'll be together.


Han pasado seis años desde que Tony se fue de esta ciudad.

Por cuestiones de la empresa de su padre, tuvieron que mudarse a Nueva York hace un tiempo. Obviamente cuando la noticia llegó, él no se lo tomó demasiado bien. Tony se había criado aquí desde los tres años, cuando sus padres se mudaron por cuestiones personales, -que nunca le explicaron qué eran, pero de igual manera, a Tony le importaba una mierda saber-, así que prácticamente tenía su vida hecha en esta ciudad. O esa fue una de sus excusas con apenas once años, protestando que no quería mudarse. "¡No puedo irme, aquí tengo a Bruce!" había exclamado por aquel entonces, "¡Rhodey, papá, Rhodey! "¡Y Pepper!" pero no, nada de eso fue suficiente, porque Howard ya había tomado una decisión.

A la semana siguiente de la gran noticia, Tony ya había dejado la ciudad a la cual se sentía tan aferrado. Apenas y pudo despedirse de sus amigos, y lo último que pudo decirles, fue un: "No se olviden de mí, por favor" y ya, no tuvo tiempo de abrazar a ninguno de sus amigos.

"¡Ni siquiera se te ocurra cortar el contacto con nosotros!" exclamó un pequeño Rhodey por aquel entonces, Tony sonrió y eso fue todo.

Por supuesto, a Howard le pareció una tontería de niños aquel numerito, porque era obvio que Anthony los olvidaría pronto. Pero grande fue su sorpresa, cuando todos los días Tony hablaba con ellos. No era que le produjera disgusto aquel hecho; solo eran unos inocentes pequeñuelos. Pero sí le molestaba los berrinches de su hijo, que se rehusaba asistir a la escuela. Así que, debido a esa actitud, Howard tuvo que restringir el contacto con los otros chicos, terminando por prohibírselo por completo. Y gracias a eso, Tony creció rebelde y tozudo, al igual que él.

—Calma, sabes que se viene esta etapa difícil para todo adolescente. — le decía María, cuando Tony se levantaba de la mesa a la hora de la cena, sin siquiera pedir permiso o decir un gracias. Tras él, salía disparado Jarvis, persiguiendo al niño caprichoso que Anthony era.

—¡Es un necio, María! — exclamaba Howard en respuesta, ganándose una mirada desaprobatoria de parte de su mujer, como queriéndole decir con ella que, básicamente, era su culpa. Pero, ¿qué actitud podría tener cuando su hijo se negaba en seguir unas simples órdenes? ¡Era más deslenguado que él cuando joven! Y eso ya era decir mucho.

Sin embargo, aquellas situaciones eran mínimas hasta que Tony cumplió los quince años y supieron que se había ido de fiesta sin permiso. "Las fiestas neoyorkinas son lo máximo, pa" era eso lo que había dicho su único hijo, a las cinco de la madrugada, mientras entraba tambaleante a la cocina. Por supuesto, sería un gran escándalo, cuando ya gozaban de una pequeña fama gracias a Industrias Stark. Esa fue la primera vez de muchas en que Tony llegaba de esa manera, en tal estado. Y por supuesto, esa fue la primera vez que Howard le levantó la mano a su hijo.

Así que cuando cumplió los diecisiete y su rebeldía y su descaro colapsaron a Howard, él no tuvo otra opción. Entró un día al "taller" de su hijo, mientras él estaba con sus audífonos escuchando una música de esta época, que apenas y reconocía. No hizo falta decirle algo a Anthony, porque ya fue suficiente con quitarle esos aparatos de sus orejas de manera brusca.

—¿Qué demoni-

—Haz tus maletas. — dijo en aquel momento su padre. Tony enarcó una de sus cejas, sus ojos miel totalmente confundidos: —Nos mudaremos.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 17, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

AU | The one that would be breaking my heart | StonyWhere stories live. Discover now