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"¡Charlotte, date prisa!”Grita Jack desde abajo.
Rápidamente la chica termina de atar los cordones de sus zapatillas, toma su teléfono y corre escaleras abajo para encontrarse con los demás chicos, quienes al parecer están absortos en una conversación, pero segundos después Jack levanta su mirada. Ella le sonríe y él le devuelve el gesto mientras se acerca.
"Te tomó el tiempo suficiente", dice entre risas.
La castaña rueda los ojos hacia él pero finalmente toma su mano entre las suyas, arrastrándolo hacia el grupo.
"¿Ya nos vamos o qué?", Pregunta interrumpiendo su conversación.
"Bueno, si no tardaste tanto", comienza Jack.
Charlie se da vuelta y le lanza una mirada juguetona antes de volver a los chicos. Con la mano de Jack todavía entrelazada, lo arrastra por la puerta, sin darse cuenta del sutil guiño de complicidad que Jonah le entrega a Jack. Finalmente todos se suben al gran auto que los llevaría al centro comercial más cercano.
Como los chicos tenían el día libre y necesitaban nuevos atuendos para la escuela, todos decidieron ir de compras juntos. El viaje fue bastante corto considerando que los chicos hicieron de todo una aventura y siempre mantuvieron a la chica distraída y riendo.
Ella conoció a los chicos hace unos meses cuando estaba en el centro de Los Ángeles. Un día cualquiera, Charlotte salió con su mejor amiga cuando decide ir a Starbucks. Después de tomar su bebida favorita, estaba a punto de dirigirse a su automóvil cuando se estrelló directamente contra alguien mientras salía de la tienda.
Levantó la vista para ver a un chico, definitivamente más joven, que parecía tan enojado como ella.
“Esa fue una bebida de cinco dólares”. Comenzó ella rompiendo el silencio.
"Y estos son zapatos de cien dólares".
"Bueno, si miraras por donde caminas-"
"¡Tu fuiste la que te cruzaste en mi camino!" Él la interrumpe.
“Creo que necesitas que te revisen los ojos, cariño."
Antes de que el niño pueda responder, su amigo se para frente a él y la mirada de Charlie se desvía hacia él.
Su cabello y sus ojos color marrón claro que parecía brillar a la luz del sol, inmediatamente la cautivaron.
"Lo siento por Zach, no está teniendo un buen día", dice el niño con el pelo extremadamente rizado.
Ella vaciló por un segundo mientras él le muestra una sonrisa rápida e incomoda. Rápidamente recupera la compostura para finalmente responder.
