Capítulo 2; el café internet.

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Valentina tenía los ojos cerrados. Su habitación estaba completamente oscura y en silencio, solo se podía escuchar su respiración. En cualquier momento, ya casi...

Exactamente dos minutos después su alarma despertadora sonó, logrando que casi brincara de la cama para poder desactivarla.

Mentiría si dijera que pudo conciliar el sueño por más de 15 minutos al hilo durante la noche. Seguramente las ojeras que tenía no se podrían cubrir ni con varias capas de maquillaje, pero no le importaba. El día había llegado, finalmente sería su primer día como practicante en la Editorial Milenio, y no se podría encontrar más emocionada por ello.

Mientras se duchaba recordó la llamada que le hizo el señor Mauricio Valdez el día pactado de la revisión del reportaje, donde le pidió que fuera inmediatamente a la editorial, sin dar ni un solo detalle más. Valentina estaba aterrada, solo se pudo imaginar lo peor. Durante su trayecto se reprochó mil veces el haber corregido el proyecto final días antes de entregarlo. ¿Por qué le había hecho caso a una total desconocida? Ahora eso seguramente le había costado su única oportunidad de sobresalir por sus propios méritos.

Lo que Valentina no sabía, es que ese error de haber puesto s en lugar de z en Valdez, en lugar de perjudicarla, la salvó completamente.

Mauricio la citó en la editorial para felicitarla por el gran reportaje que presentó y comunicarle que oficialmente ya era parte de la Editorial Milenio, y que se debía presentar la siguiente semana a primera hora para comenzar a laborar. Valentina no lo podía creer. Seguramente su cara delató su sorpresa, por lo que el señor Valdez decidió explicarle que la razón por la que ella había sido aceptada, fue por el enfoque que le dio a la investigación. No tuvo miedo de meterse en terrenos peligrosos, de esas cosas que nadie habla o prefiere evitar, al contrario, planteó el lado oscuro con completa profesionalidad y esmero, y eso era algo digno de ser reconocido y recompensado de alguna manera.

Además de contratarla, Valdez le hizo saber que le interesaba ese reportaje para ser publicado en la próxima edición del periódico de la editorial, la cual él alegaba sería una gran oportunidad para una practicante como ella el tener un reportaje publicado en el periódico más importante del país. Ese es el del grupo Carvajal, pensó, pero obviamente no le diría eso a su ahora jefe, al contrario, esto solamente la emocionaba más.

Valentina ya se encontraba bañada y cambiada y solo habían pasado 20 minutos desde que sonó su despertador. Decidió tomarse un poco más de tiempo para maquillarse y peinar su cabello, ya que aunque nunca le gustó ser una persona vanidosa u ostentosa con su apariencia, sí quería causar una buena primera impresión con el resto de sus compañeros de trabajo.

En el camino a la editorial decidió llegar a una cafetería para comprar su tanquecito de endorfinas, como a ella le gusta llamar a su primera bebida del día, y un cuernito para acompañar. Llegó 10 minutos antes a su nuevo trabajo, lo cual le sirvió para pasar a saludar al señor Valdez y que este le diera un breve recorrido por las instalaciones y le mostrara su lugar de trabajo, el cual consistía en un pequeño escritorio de una plaza, una computadora que se notaba que ya tenía sus buenos años de uso y una silla giratoria.

Tomó asiento en la silla giratoria, la cual con el peso se bajó automáticamente hasta casi quedar en el suelo. Valentina al ser de estatura más alta del promedio, se sentía muy incómoda en esa posición, pero al parecer por más que intentara subirla de nuevo, esta se volvía a bajar.

No iba a permitir que cosas tan superficiales la espantaran o arruinaran su buen humor matutino, así que dejó su café y su cuernito a medio comer a un lado y encendió la computadora para iniciar con su día.

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⏰ Last updated: Oct 01, 2019 ⏰

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8/10. {Juliantina AU}Where stories live. Discover now