Capítulo 8

315 35 2
                                    

JENNA

Miré a Anthon.

Luego a la gallina.

Volví a mirar a Anthon.

Tomé el puente de mi nariz.

—Me puedes explicar—Lo miré—, ¡¿POR QUÉ TENEMOS UNA JODIDA GALLINA EN NUESTRA SALA?!

Llegué cansada del trabajo, lo primero que veo es una gallina de plumaje marrón en el mueble y Anthon en la cocina; encima de su cabeza tenia un sombrero de vaquero.

—Me lo regaló un granjero por curar a su caballo y este sombrero también. ¿No es cool?

—¿Cómo te dijo exactamente?

Él respiro hondo.

—¡Orale doctor, es milagroso, gracias por curar a mi caballo, diría que Dios se lo pague pero de aquí a que Dios pague será lento, ten, tenga una gallina! ¡YIJAAAAAA!—Se quitó el sombre al estilo de un vaquero, aproveché para darle un zape.

Miré a la gallina.

—¡Au!—Se acarició la nuca.

—Anthon, no podemos tener una gallina—Razoné.

—Pero ya tengo un nombre perfecto—Se acarició la parte afectada una vez más.

—No te atrevas—Lo señalé.

—Gina...

—No.

—LA...

—Ni se te ocurra.

—GALLINA.

—¡COCOOOOOO!—Cacareo la gallina.

Anthon se tiró al suelo para reírse.

La gallina cacarea espantada y corrió al patio, mientras que Anthon se levantó de suelo, aún riéndose.

—Bien—Suspiro, rendida—, al menos nos trajiste algo más.

—En realidad.

—¡BEEEEEEEEEEE!

Una cabra en mi cocina.

¡HABÍA UNA CABRA EN MI COCINA!

Me tomé el puente de mi nariz y respiré hondo, otra vez.

—Anthon—Lo miré, nuevamente—, no podemos tenerlos aquí—Dije con tanta tranquilidad que hasta yo me sorprendí.

—Pero hay patio—Señaló el patio.

—¡No es una granja, Anthon!

—Pero cabrón no tiene hogar.

¡¿Pero qué carajos?! ¡¿Acaba de llamar cabrón a la cabra?!

Diosito: Pendejo hasta la medula.

—¡¿Llamaste a la cabra cabrón?!

—Sí, porque esos cuernotes que se carga, uff, pobresito.

Y yo que pensaba que Brad estaba pendejo hasta la médula.

—La gallina...

—Gina.

—Gina, y la cabra...

—Cabrón.

—Acepto lo de Gina, pero cabrón suena feo, hasta para un pobre animal, cambiale el nombre.

—Bien.

—Se quedaran aquí, pero si cagan en mi casa, ellos se van.

—¡Yay!—Dice con emoción.

—¡Y tú con ellos!—Advertí para luego voltearme.

Ahí se le paró lo emocionado.

—¡Heyy!

Y caminé hasta el cuarto.

—Y olvidate cuchichiar ésta noche.

—¡¿QUEEEEEEE?!

No Apto Para Parejas Normales 2Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin