Capitulo 2. De las garras de la muerte, a la libertad

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            Ethan al salir del edificio de los Cascos Alados miró a su hermano. Era evidente que le gustó la chica.

            — ¿Te gustó, eh? —dijo cuando iban saliendo hacia el hospital Gorgas para saber el estado de salud de Kara.

            —Tanto como a ti y a Eric la que está muriendo en el hospital.  Me gusta, si, tiene unos ojos hermosos, que imagino que serán los mismos que tendrá Kara.

            —Nunca me he metido en tus conquistas, se que eres muy reservado en ese tema,  debes saber que ellas son mujeres con poca vida intima, cuando no tienen ninguna. Ten cuidado.

            —Eso lo sé, hermano.  No naci ayer.  Y la verdad, Eric no es nada bueno para Kara, que es tan inocente.  Recuerda con quien se codea nuestro chico artista.

            —No le tengas tan poca fe.  Un buen amor, hace milagros.

            En el hospital estaba Eric, que no se había desprendido del lado de la enferma.  Al verlos llegar, supo que tenían noticias.

            —Hemos conseguido datos harto interesantes, la chica era acosada por su padre, pero es algo que no se entiende tampoco, solo un padrastro acosa a las hijastras, un padre biológico no.  Cada vez se complicaba más con cada nueva prueba e indicio.

            — ¿Lograron hablar con su hermana?

            —Sí.  Una chica simpática, muy madura para su edad, sobre todo bellísima, con unos ojazos negros que acarician.

            —Veo que quedaste entusiasmado.

            —Y no es para menos.  Me comprometí a sacar a Kara, y lo vamos a hacer.  Averigua en el grupo de Maryland,  quienes son abogados titulados, alguno tiene que servir para lo que queremos.

            Subieron al piso donde estaba la sala de cuidados intensivos para preguntar el estado de la enferma.   Los hermanos esperaban tener buenas noticias de la chica.

            —La fiebre ha cedido un poco, está respondiendo al tratamiento. —informó el médico que estaba de turno en la unidad. — Sonrió — La chica es una guerrera, está luchando por seguir con vida.

            Eric sintió alivio, rogó tantas veces que se salvara, aun no la había visto bien, sin embargo, sentía que esa sería la mujer de su vida.  La que enderezaría un poco esa vida loca en la que estaba metido.  Estaba descontento con la forma en que estaba viviendo desde que empezó su carrera de actor. 

            Al principio le encantaba el salir todas las noches con una chica diferente y que esas chicas le proporcionaran satisfacción sexual, eran mujeres que sabían a lo que iban con él a quienes no tenia que enseñarles nada.  Últimamente se sentía cansado de ese tipo de relaciones, deseaba algo más que superficialidad.   Kara le despertó esas ansias de tener una mujer a quien dedicarse en cuerpo y alma.

            —Investigué sobre el abogado que llevo la causa por parte del Ministerio Público,  también qué fue de él.  —Comentó Aidan — Un abogado al que se le comprobó nexos con el crimen organizado. Se llamó, por que murió en un incidente que aun no se aclara, Hernán Enrique Madariaga.

            —Un hombre con serios problemas con las mujeres, según se rumoraba le gustaba pegarles antes de tener relaciones íntimas.  Por eso creo que tuvo tantas calabazas.

            —Se obsesionó con una de sus secretarias —siguió contando Aidan —, esta chica al verse acorralada decidió renunciar a su empleo, la corrieron de su casa porque la familia decidió ponerse de parte del tipo.  Ella ingreso al grupo de la señora Ainsworth y hace unos días en un asalto a una de las casas de Noriega, el tipo murió devorado por los tiburones, en medio de una pelea con la chica que se obsesionó.  La muchacha no era la sumisa que él conoció cuando ingreso a trabajar con él, le dio una vapuleada fuerte.

TERCIOPELO NEGRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora