02:31

11 1 0
                                    

Y lo sé, no estoy dedicándote, siempre hay aberturas...

hoy un suspiro se disipó involuntariamente, mío, sí.

Y la pesadez tan lenta agoniza en cada noche, derramándose,

nunca entendí tus alas, nunca hacia qué dirección;

y tu refugio propició mil ecos mientras dormía frío,

y este suspiro aún vaga frío tratando de encontrarte

pues ni el mismo frío logra concebirlo y volverlo uno,

cada gramo de letra esparcida,  desvaneció este mensaje

en el cual te quería pero que ahora no, pues no lo sabes todavía.

¡Cómo mantendré el recordatorio de lo nunca sucedido pero siempre imaginado?

Al igual que el frío, yo no lo consigo. En campo inmaculado,

donde cualquier triza cae como fresca brisa y, sobre tus manos.

¡Oh benditas manos, cuyo cauce te dio yacer en vida, en vida!

En vida (donde nunca quise lastimarnos), goce el mal sobre la vida.

Entre tú y yo, un cambio de papeles: te di mi bendición,

a cambio, de rendirte culto entre burdeles, mi perdición.

Ahora estoy en busca de sombras arbolares, de fe, de ti.

Heme tan longevo, abundante de ausencia y lejanía, y con migas.

Y ahora sin que lo pidas, no hay ofrenda más allá del día, elegiré un día;

como el día tardía entre mi sangre detenida; qué más te ofrezco, ¿vida mía?

si a voz no osas del todo agregarle sinfonía ni luz ni color, mía. 


Y nadie va a saber sobre lo que siento, porque no siento esto.

Y si dijera que te quiero, sólo a ti que te quiero, ¿me harías responsable?

Y si no es de medio día para la luna, en ti cultivaré necesidad.

¿Qué es ser alguien en un lugar de nadie? No te culpo

¿Cuántas veces no viste dentro de ti, cariño? Estoy sin mí.


De las 2:00 en adelanteWhere stories live. Discover now