Al saber la sentimental despedida del comisario con sus amigos, este se aleja de sus amigos más fieles y de su niña Bonnie, para continuar nuevas aventuras con aquella pastorsita Bo Peep, para compartir su vida con ella.
Continuará aquel noble vaqu...
De verdad... realmente se les extraña chicos -el sheriff se encontraba sentado tristeando en el zacate de aquel parque de diversiones, mientras arrancaba una por una de las hierbas enverdecidas- ¿Qué será de ellos hoy en día?, han transcurrido ya alrededor de quince años, a este tiempo ya debe ser toda una universitaria como un día lo fue Andy, ¿aún seguirán con Bonnie? -el vaquero no dejaba de pensar en eso, lo atormentaba cada que los años pasaban, temía que los desecharán o se olvidarán de ellos, como pasó con él-
¿Comisario?, ¿sucede algo?. Últimamente te he visto muy triste, acaso ¿es por ellos? -se acerca junto a él, y encima del vaquero pone un delicada mano de porcelana- Ellos estarán bien, Woody, confía en Bonnie, cuidará bien de cada uno, son un regalo muy preciado de Andy.
Yo también lo fui, Betty, y ella se olvidó de mí -nostálgico desvía su mirada sin la dignidad de ver a los ojos de la pastorcita- Este pensar me atormenta, necesito saber de ellos, no puedo dejar que los desechen
Woody, no puedes hacer nada, estamos muy lejos de casa, ni siquiera sabes donde reside la pequeña, ¿qué piensas hacer al respecto? -Bo Peep cuestiona al sheriff dejandolo pensativo y tratando que razonará-
Soy capaz de todo por mis amigos, Betty. Tal y como una vez lo pronunció mi mejor amigo, hasta al infinito y más allá. Daré con ellos, sólo necesito pensar en los planes -Woody se pone de pie y toma las manos de su querida pastora, mira fijamente sus ojos y este sonríe- Confía en mí -acaricia el delicado rostro de su querida-
No sé como logras hacer que confíe en esto, pero bien vaquero, lo haremos -sonríe y le devuelve la mirada-
Ustedes, tórtolos enamorados -salta la pequeña agente y logra subir al hombro de Betty- ¿De qué tanto hablan?
Bueno, las dejo, tengo tantas cosas que pensar. Nos vemos, Betty -después de un corto silencio Woody recuerda sus planes y emocionado se marcha del lugar-
¿Qué mosco le picó, Bo Peep?, ¿De qué planes habla? -confundida cuestiona a la porcelana y la observa con atención, esperanzada de recibir una respuesta alguna-
Larga historia, McDimples -suspira y expresa un ceño en su rostro- Piensa volver con sus amigos y con su segunda antigua dueña, Bonnie
Fantástico, pero ¿por qué el desagrado?, ¿acaso lo desapruebas?
Sólo tengo miedo, lo perdí por tantos años y por milagro de la vida, volvió junto a mí, y si ¿nos llegamos a separar durante el camino?. Sabes que el exterior es sumamente peligroso, no es nada seguro, ni bueno para un juguete salir por las calles, mucho peor aún, por carretera, son tantos kilómetros que hay que cruzar para llegar a la ciudad. No tengo derecho de impedírselo, mucho a hecho por nosotros -baja su mirada sin saber que hacer al respecto-
Necesitará apoyo, hay que estar con él, chica. Ha hecho demasiado durante estos largos años -motiva a Betty, mientras se recarga en su cuello, de manera cariñosa-
Entendido, andando, el sheriff lo necesita. Me convenciste McDimples, eres buena en esto -sonríe motivada, mientras la agente miniatura salta de felicidad-
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...
¿¡Acaso te has vuelto loco, vaquero desquiciado?!. Yo no pienso salir, afuera es ¡peligroso! -grita Ducky sin control alguno-
Eres ilógico, sabes que trabajamos en el exterior rescatando juguetes, ¿no? -el comisario hace una mueca y gira sus ojos- ¿Están conmigo o no?
Bien, muchachón, tendrás mi apoyo. Vamos Ducky, lo lograremos y pueda que consigamos dueña por fin -Bunny convence a su mejor amigo a una nueva aventura extrema-
Bien, vaquero terco, nos tienes a tus ordenes -por fin se decide aquel pato, pero aún con temor- Oh, tienes razón, Bunny. Dinos ¿qué tal es esa niña llamada Bonnie?
Es... -es interrumpido por una voz femenina-
Es una gran pequeña, demuestra amor a cada uno de sus juguetes, ¿no es así, Woody?
Sí, Bo Peep tiene razón, chicos.
¡Excelente!, escuchaste eso, Bunny, ¡por fin, nuestro momento a llegado!, tendremos el cariño de un niño -Ducky salta de la emoción y toma las manos del conejo y saltan en forma de ruleta-
Bien, ¿Cuál es el plan? -pregunta la pastorcita al vaquero con una mirada decidida y retadora-
Duke, toma tus tiliches, que tendremos una nueva aventura -grita Ducky, llamando la atención del acróbata-
¡Entendido! -realiza movimientos encima de su motocicleta- ¡Preparado!
