Epílogo: Sin presiones

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A pesar de haber hecho un "simpa" involuntario la primera vez que estuvo allí, del Clouds guardaba tan buenos recuerdos que el único remordimiento que tenía con relación a dicha cafetería era el no poder ir más a menudo. Estaba seguro de que a Jiang YanLi iba a fascinarle y acertó de lleno. Sentada en una de las encantadoras mesitas frente a él, su hermana adoptiva disfrutaba de una deliciosa infusión de frutos rojos recién hecha. Estaban ellos dos solos, Jiang Cheng no había podido venir por culpa de un examen para subir nota, porque era así de testarudo y quería ese diez en Análisis Vectorial, y Jin Ling estaba en casa al cuidado de su padre. Wei WuXian le daba vueltas a su café, dejando que los azucarillos se disolviesen en ese amargo líquido negro. Tenía una bonita sonrisa pintada en los labios y la psicóloga —sin ser tanto por su vocación profesional como por lo mucho que le conocía— veía con claridad lo diferente que era esa del resto de sus expresiones. Su semblante estaba más relajado y había una chispa de ilusión en unos ojos que si bien nunca habían lucido desencantados, siempre se habían obligado a brillar más de lo que realmente deseaban. Estaba feliz, muy feliz, y eso hasta un ciego sería capaz de notarlo. Por supuesto, ella también sonreía, encantada al presenciar en primera persona la alegría de su hermanito. En lo que llevaban de charla ya se habían contado los acontecimientos tanto de su viaje a Sapporo como todo lo que ocurrió el sábado cuando le dejó a su sobrino.

-Que tuvieses una cita justo ese día explica muchas cosas, la verdad. -Comentó Jiang YanLi, llevándose su taza a los labios y tomando un pequeño sorbo del ardiente té.

-¿Sí?

-Sí. Te noté algo ausente, y ahora entiendo por qué.

-Supongo que me pillaste desprevenido en más de un sentido, shijie. -Rio el más joven sin dejar en paz la cucharilla.

-Ya lo veo. Y dime, ¿qué sois ahora mismo?

-¿Lan Zhan y yo? -Ella asintió con brevedad-. La verdad es que no lo sé, no llegamos a aclararlo.

-¡¿Eh?!

La sorpresa —y cierta decepción mal camuflada— cruzó el rostro de su hermana mayor, incrédula. Wei Ying se llevó una mano tras la cabeza, esbozando una sonrisilla nerviosa. No mentía. Aquella noche, de haber querido hablar o formalizar algo, los acontecimientos se lo habrían impedido. En realidad, lo que sucedió después de empezar a besarse como si no hubiera un mañana todavía estaba un poco vago en sus memorias, cubierto por la bruma del cansancio mental que les supuso aquella jornada. Lo que sí recordaba era despertarse semi desnudo en el sofá con Lan WangJi durmiendo encima de él. Había estado usando su pecho como almohada y, al parecer, lo había disfrutado bastante. Los colores se le subieron a la cara al pensar en como tuvieron que limpiar a toda prisa el desastre de la noche anterior, antes de que los niños despertasen. También trataron de asegurarse de que Jiang Cheng no sospechase nada, pero el piso estaba tan reluciente que al final dio el efecto contrario. Hasta Wen Ning al ir a recoger a A-Yuan se imaginó que había pasado algo raro —sobre todo por el hecho de ver tras él a Lan Zhan sosteniendo a otro bebé—, pero su compañero de clase por suerte tuvo más decencia y se abstuvo de hacer preguntas. Su hermano no. Su hermano le sometió al tercer grado a grito pelado y con Jin Ling llorando en brazos. Si se quedaba sordo de forma prematura, sería culpa de esos dos.

-¿Qué querías que hiciésemos? Fueron muchas emociones y estábamos cansados.

-Pero te confesaste, ¿no?

-Más o menos. Y él aceptó y correspondió mis sentimientos, pero no hicimos nada oficial. Vamos, que no le pusimos etiquetas ni nada por el estilo.

-Vaya forma de tirar a la basura una oportunidad, A-Xian.

-Yo no diría tanto como tirarla a la basura. -Meditó el estudiante-. De hecho, creo que aprovechamos la oportunidad hasta donde quisimos. Vamos sin presiones, a nuestro propio ritmo.

-Eso ya lo veo. -Tomando esta vez un trago más largo, Jiang YanLi fijó sus bondadosos ojos en su hermano pequeño-. A-Xian, ¿eres feliz?

-Bastante, la verdad. -Iba a beber algo de su café, pero al querer hablar se vio forzado a volver a bajar la taza-. Quiero a Lan Zhan y, pase lo que pase entre nosotros, cada momento que estoy a su lado me hace más feliz que el anterior.

-En ese caso, yo no tengo nada que objetar. -Declaró la mayor con una amplia sonrisa-. Y dime, ¿qué tal le va a tu hermano?

-Ay, por favor, no me hables de él. Me tiene con sus crushes hasta las narices. De pronto le ha dado por decir que es hetero, pero no sé a quién le tiene más ganas, si a Lan XiChen o a Wen Ning. Es que de verdad, ¡hetero! Eso no se lo cree nadie.

-Oye, que yo soy hetero.

-Claro, por eso te liaste con la hermana de Wen Ning en secundaria, ¿verdad?

-Vale, no soy hetero. -Concedió la psicóloga con una sonrisa pícara.

-Nadie es hetero en esta familia.

Riendo, ambos hermanos siguieron disfrutando de su tiempo juntos entre cotilleos y sorbos de café. Sí, sin duda Wei Ying estaba feliz, tanto que resplandecía. Jiang YanLi solo podría haberse alegrado más de no haber sabido que su hermano biológico era un batiburrillo de sentimientos confusos y etapas de negación. Pero bueno, ya se le pasaría, ya se encontraría a sí mismo a su debido tiempo. No le preocupaba. Sabía que Wei WuXian y Jiang Cheng se cuidaban mutuamente el uno al otro mejor que nadie, pese a vivir en un intercambio constante de pullas y bromitas. Era justo como cuando eran críos y, al mismo tiempo, le demostraban que habían crecido bien. Se sentía orgullosa de sus hermanos.

A eso de las seis de la tarde, los dos hermanos salieron del Clouds para irse cada uno por su lado. Se despidieron con un efusivo abrazo, pero la psicóloga no pudo evitar sonreírle con complicidad al ver una silueta vestida casi por completo de blanco —menos por unos vaqueros negros que le quedaban de muerte, palabras y pensamientos de Wei WuXian— observarles al lado de una farola. Los pómulos de Wei Ying se tiñeron de rojo al despedirse de su hermana y correr en dirección a su cita, a quien no le había importado ir a esperarle a la entrada de la cafetería cinco minutos antes de la hora. Cuando caminó en su dirección, Lan Zhan esbozó para él una muy leve sonrisa. Apenas era un atisbo, pero le calentó el corazón. Como si llevasen haciéndolo toda la vida, entrelazaron las manos y compartieron un fugaz beso en los labios a modo de saludo.

-Hola, Lan Zhan.

-Hola.

-Me tienes con la intriga, como siempre. ¿Qué vamos a hacer? Querías que quedásemos, pero te has negado a compartir tus planes conmigo. -Le instigó, falsificando un mohín dolido.

-Han estrenado esa película de zombies que querías ver. Vamos.

-¿Te has acordado?

A modo de respuesta, Lan WangJi le mostró dos entradas recién sacadas de la taquilla. Una sonrisa radiante se abrió paso en el rostro de Wei WuXian mientras caminaban en dirección al cine con sus dedos entrelazados. En realidad, Jiang YanLi le había preguntado si era feliz solo por asegurarse al cien por cien. Viéndoles caminar juntos, nadie lo dudaría.

Hold me [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]Where stories live. Discover now